La crisis de Ecuador tiene sus obvias ramificaciones en Venezuela. Lastimosamente, todo lo que sea desorden, caos, zozobra para la población, economía devastadora, se relaciona con el régimen chavista.

Será por eso que cuando el diputado ecuatoriano Juan Fernando Flores aseguraba a principios de esta semana que el ex presidente Rafael Correa estaba en el estado Lara, Venezuela, a nadie le pareció descabellada la idea.

Tenemos historias como esas para contar. Basta recordar al peruano Vladimiro Montesinos o a alias Jesús Santrich, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Llevan 20 años desmintiendo la presencia de grupos subversivos y narcotraficantes en el territorio venezolano. Es vergonzoso que por más que sigan negándolo, los trabajos de inteligencia de los países fronterizos los desmienten a cada rato.

Así que hay altas probabilidades de que sea verdad lo que el diputado Flores dijo. Casi inmediatamente después de que él hizo la denuncia de la presencia de Correa en Venezuela, salieron del aeropuerto de Valencia dos avionetas, una con rumbo a Bolivia y otro sin plan de vuelo conocido. Correa apareció en Bruselas.

La amistad del ex presidente de Ecuador con Hugo Chávez es de todos conocida. El difunto siempre se llenó la boca alabando a Correa y compartieron, además, muchas visiones de lo que deberían ser los dos países.

Si bien es cierto que Chávez trató de exportar la “revolución bolivariana” (entre comillas hasta que alguien demuestre que sí lo fue) a toda Latinoamérica, hay que afirmar que sus métodos eran un poco más sutiles, más pensados en verse bien ante los ojos del concierto de naciones.

Si se llega a comprobar que el régimen que manda en la actualidad en Venezuela está contribuyendo de alguna manera con las revueltas en Ecuador, entonces podríamos afirmar que el estilo ha cambiado un poco.

Es posible que se deba a que ya no hay suficiente dinero como para comprar lealtades y elecciones en otros países, una de las prácticas favoritas de Chávez. Quizás sale más económico exportar revoltosos que prendan las protestas in situ.

El propio presidente Lenín Moreno afirma que el régimen que encabeza Maduro es el responsable de lo que ocurre en su país. Es muy difícil pensar que el mandatario haga acusaciones a la ligera.

La verdad es como los ahogados, algún día sale a la superficie. Mientras tanto, esperemos que Moreno pueda controlar la situación y explicar a los grupos opositores las medidas que ha tomado para enderezar la economía ecuatoriana.

Ojalá que así sea, pues la prosperidad de un país hermano es lo más deseable. Sobre todo porque con la tragedia venezolana, Ecuador ha sabido abrir los brazos y recibir a muchos que se han ido de su patria para labrarse un mejor porvenir.


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