De la misma manera que vemos las curvas y aplicaciones que nos muestran la forma como se propaga el covid-19, es menester llevar un registro de cómo esta parada brutal de la economía está afectando los trabajos (desempleo), hogares y negocios.

Hay que afrontar la crisis, pero la decisión pasa por la “inmunidad colectiva” o el “distanciamiento social”. En otras palabras, ignorar o combatir la pandemia. Boris Johnson, el primer ministro del Reino Unido, intentó una nueva versión británica de la ruleta rusa antes de darse cuenta de que el problema no estaba en el porcentaje de personas que estarían gravemente enfermas o morirían (el famoso 2%), sino la cantidad, estimada en 510.000 fatalidades (incluso estudios señalan que muchos más). Tuvo que cambiar, muy tardíamente.

El virus no se propaga. Son los individuos que lo transportan y transmiten. En la ausencia de medidas, una vez alcanzado el nivel de inmunidad colectiva (estimado en 60%), la epidemia continúa su propagación hasta alcanzar 90% de la población. Y esto sin tomar en cuenta la duración de la memoria inmunitaria y una potencial mutación mayor del virus que harían los anticuerpos inútiles.

Está demostrado que la propagación del contagio crece de manera exponencial. Aunque la mayoría de nosotros asistió a un curso de álgebra, probablemente no tengamos en mente cómo es la progresión exponencial y estudios confirman que la mente humana funciona de manera lineal o aritmética.

Una progresión aritmética se incrementa sumando la misma cantidad a cada paso: 2, 4, 6, 8, 10, 12, 14, 16, 32, 64 y una progresión exponencial es aquella en que se multiplica la cantidad anterior a cada paso por un valor constante: 2, 4, 8, 16, 32, 64, 128, 256, 512, 1.024. Así que por cada 2 contagiados luego de múltiples contactos (10 en el ejemplo), se contaminan 1.024 personas.

En este efecto radica la estrategia del distanciamiento social. Pero se debe entender que lo que se busca es disminuir el número de casos para no colapsar el sistema de salud. La pandemia proseguirá, solo que de manera más lenta hasta que se llegue a la inmunidad colectiva o se descubra la nueva vacuna (se estima disponibilidad y vacunación masiva en 12-18 meses).

Así que la decisión del distanciamiento social es la más correcta, y parte de la premisa de anteponer la salud de la población a la economía. Lo más importante es salvar vidas humanas y no hay valor que se le pueda poner a la vida de una persona. Las especulaciones económicas son irrelevantes.

Añadámosle a la ecuación otra variable. La opción del distanciamiento social genera una parada brutal de la economía y muchos se preguntan si no es peor el remedio que la enfermedad. A nivel mundial ya se hablaba de recesión (que se acelerará con esta pandemia) e incluso algunos expertos ya hablan de depresión.

No hay analogía en la era moderna. Se esperan, al menos tres ondas de choque, las cuales incluso ocurren en paralelo. La primera, la “parada brutal”, la cesación inesperada de las actividades económicas. Como resultado de la primera. La segunda será la subida del desempleo, con o sin medidas de inamovilidad laboral, simplemente muchas empresas irán a la quiebra o cesarán actividades. No es desempleo cíclico, es “desempleo de cuarentena” provocado por las medidas de distanciamiento social. La tercera onda vendrá de empresas que, aunque podrían resistir cortarán sus niveles de inversión.

¿Cuánto tiempo durará el confinamiento? La respuesta determinará el costo de la crisis, y las medidas anunciadas de soporte a las personas y las empresas, no es sostenible. La economía no podrá quedarse eternamente en perfusión gubernamental.

Con las ayudas gubernamentales y si la pandemia es controlada en mayo, la economía tendrá una recesión tipo “V”: una caída fuerte seguida de una rápida recuperación. Pero este es un escenario poco probable.

Si medidas extremas de control social son requeridas más allá de junio, lo cual es considerado el escenario mas probable, habrá un colapso brutal de la economía mundial. Una reacción en cadena de negocios en quiebra. Solo pensar en el colapso de la PMI, restauración, terapistas, salones de belleza, plomeros, gimnasios, produce escalofríos. Y las grandes empresas también sufrirán los embates de la crisis. Basta mirar el impacto a las líneas áreas, y no olvidar la cantidad de proveedores alrededor de las grandes empresas.

Es importante discutir y establecer estrategias de cómo volver a la normalidad o a la nueva normalidad. 

Definir el cómo saldremos del confinamiento o cómo seguiremos viviendo nuestras vidas en modo distanciamiento social más relajado.

No hay otra solución que los empleados vuelvan a sus puestos de trabajo, los estudiantes a sus escuelas y universidades y el comercio en general se reactive. El Imperial College de Londres simuló la eficacia de las diferentes formas de distanciamiento social, sin haber llegado a la inmunización colectiva y sin la disponibilidad de vacunas. Se volverá entonces a las actividades, con ciclos de confinamiento por la subida de los casos de contaminación.  Cada vez que la propagación retoma su ciclo exponencial, se intensificará el distanciamiento social: aislar a los enfermos, aislar sus familiares, cerrar escuelas y universidades, cerrar los comercios, cuarentena a domicilio de diversos grados y según diferentes criterios.

Se hablaría, según los expertos, de porcentaje de distanciamiento social. A definir. Se tendrán que aplicar reglas estrictas tales como cerrar las escuelas 2/3 del tiempo, lo que significa que la escuela estará abierta 1 mes y luego cerrada 2 meses. Adicionalmente, prepararse para un despistaje sistemático de todas las personas y medidas similares a esta se irán sumando.

La solución en la lucha contra la pandemia necesariamente pasará por el control de los individuos, vía las empresas de telecomunicaciones y la Inteligencia Artificial. Esto impone un problema en el plano jurídico y exige un marco legal a redefinir ya que toca las libertades individuales. Medidas tales como el seguimiento de personas a nivel individual, control de acercamiento (vía teléfono celular) a grupos a riesgo o de personas contaminadas. El marcaje individual pareciera devenir la norma por largos meses. Es la única solución posible y disponible para salir del confinamiento total. Los israelíes van a utilizar su sistema de rastreo de terroristas para el seguimiento de sus conciudadanos y verificar si han estado en contacto con casos precedentes declarados positivos, ya que lo más rápido que se aísla a un contaminado, más controlable es la propagación del virus.

La idea de que la economía versus vidas es un juego suma-cero es totalmente falsa. Es una falsa dicotomía.

El problema potencial más complicado no lo constituye el índice de mortalidad del covid-19, es el colapso del sistema de salud de cualquier país, en el cual se debe llegar y estar preparado para seleccionar cuáles casos que serán tratados y cuáles no. Solo este hecho paralizaría cualquier economía y socavaría cualquier confianza del consumidor o corporativa.

No debemos olvidar la variable de la “fatiga conductual” (un término elegante y diplomático para no hablar de choque social) que en este artículo dejaremos de lado para una próxima ocasión, pues conlleva a otra variable adicional llamada “sismo político”.

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