Estimado empresario/emprendedor:

Me dirijo a usted con la intención de conversar acerca de su situación actual. Comprendo que han sido momentos duros para usted y el esfuerzo que involucra mantenerse en pie después de un golpe de semejantes dimensiones.

Es difícil imaginar las preocupaciones, los compromisos incumplidos y el desgaste emocional y económico acarreado para todos en su equipo de trabajo, incluyéndole. Este retador momento ha llevado a muchos al borde del precipicio, de hecho, varios han caído. De antemano le distingo como un fuerte luchador. El adjetivo de valiente ahora es generalizado para todos aquellos quienes resistimos y logramos llegar hasta este punto. En Venezuela, debería crearse un adjetivo aún más contundente, pero a pesar de la riqueza de la lengua española, aún ninguno llega a dar la talla para conseguir mantenerse en pie. Quizás la combinación de varios logre dar una descripción para tal osadía.

Todo lo expuesto anteriormente y más, aclara mi comprensión ante su situación. Ahora, es imprescindible comenzar a hablar sobre lo que viene. Llegó la hora de reflexionar sobre su intento desmesurado de recuperación inmediata tras los meses de inactividad o actividad escasa, consecuencia de la pandemia que recorre el mundo. Mientras usted y su empresa recibían los estragos, sus proveedores y clientes también los padecieron. Su recuperación no ocurrirá intentando llevar los números de rojo a verde en una semana. En ese intento solamente logrará terminar de arrasar con las bases que puedan quedar de su organización.

Le recomiendo establecer un plan, con el que sienta que la presión baja pero sin ahorcar a su entorno. Tómese el tiempo de conversar con sus proveedores y negociar. Concrete las conversaciones internamente con sus equipos para alinear expectativas de compensaciones o idear planes de acción. Tenga en cuenta a sus clientes, de allí provienen los fondos que se convierten en gasolina para su motor empresarial. Por último, evalúe la posibilidad de que existan competidores con más cordura y entendimiento global de la situación; adivine ¿a quién le comprarán los clientes?

Es imperativo comenzar a levantar la cabeza para que la visual sea del cuadro en grande y no continuar viendo una pequeña foto tipo instantánea. Sea coherente con una realidad generalizada, forme parte de la construcción y no del desgaste. Vienen tiempos mejores, pero asegúrese de llegar. Ya bien lo dicen los italianos: piano piano si arriva lontano.


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