En el imaginario global sigue intacta la idea de: frenar el aumento global de la temperatura. Así sencillo. Esa es la noción que desde hace algunos años continúa en el debate: reducir emisiones mejorando nuestro consumo de energía.

En algún momento, los países se plantearán reducción de emisiones del 60% para 2035.

La preocupación viene desde 1992 (Cumbre de Río de Janeiro, con participación de 154 Estados) cuando formalmente se reconoció que hay un “cambio climático” generado por el hombre. Concretamente por el uso de fósiles (carbón y petróleo) en industria y transporte.

Posteriormente, desde la COP21 (que delineó el “acuerdo de París”) los avances en: a) mitigación o reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero; b) adaptación al cambio climático; c) medios de aplicación de medidas a ejecutar; continúan siendo objeto de debate y análisis cada dos años. Hay avances, pero a veces retrocesos. Insistimos en que China debe cumplir su papel en este acuerdo. Es el único que no cumple, comparativamente con Europa y Estados Unidos. Haciendo un parangón con la migración de población musulmana o africana a Europa y Estados Unidos, no hemos visto misma capacidad de recepción de China a nueva población para que China sea más diversa e inclusiva. Parece que el discurso de la inclusión y la diversidad únicamente es obligatorio para Europa y Estados Unidos; mismo “modelo de pensamiento” aplican a la industria energética: quieren que Estados Unidos y Europa abandonen su producción y consumo de petróleo y sin importarles cómo eso afectaría a sus economías.

Los ultrafundamentalistas verdes indicaron desde ese momento que el “maldito petróleo” es culpable. Ciertamente es culpable en gran medida pero la humanidad no tiene, de momento, la tecnología adecuada para dejar de usar 100% el petróleo. Se están dando los pasos correspondientes para sustituirlo por gas natural y por electricidad (desde renovables), hasta llegar a hidrógeno; pero el transcurrir de estos pasos requiere inversiones, tiempo y tecnología y normalmente los que más se someten a este tipo de trabas (de dejar de usar fósiles) es Europa y Estados Unidos olvidándose que China es el principal emisor de CO2 y consumidor de carbón, como ya dijimos líneas arriba.

Obviamente repetiremos lo que siempre decimos: el uso de fósiles (combustibles derivados de petróleo) no se acabará en esta generación, es imposible. Se requiere al menos un par de décadas más para afinar la tecnología en sustitución por renovables y en tanto eso ocurra también avanzarán las tecnologías para exploración y explotación de fósiles haciéndola más amable con el entorno ambiental.

Por ello es que en este tipo de enclaves importa mucho no ser fundamentalista.

En esta oportunidad la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y su órgano de toma de decisiones, la Conferencia de las Partes (COP) que reúne a las 198 Partes en Emiratos Árabes Unidos (del 30 noviembre al 12 de diciembre en éste país productor de fósiles por excelencia) están examinando los avances de los acuerdos de reducción de emisiones y próximas medidas a implementar.

Algunas conclusiones, que serán permanentes en esta y en las próximas COP:

a) el financiamiento. Alguien tiene que pagar el desarrollo de tecnología y el costo de oportunidad de reducir uso de fósiles por más renovables; entonces aplica la idea de un “fondo global” contra el cambio climático en donde todos se comprometan a pagar sus cuotas para establecer dicho fondo, y China debe ser obligada a hacerlo porque normalmente no cumple los pactos acordados en materia de clima y energía;

b) los países deben acelerar tecnologías y la adopción de políticas para la transición hacia energías de bajas emisiones sistemas, pero para ello requieren de dinero. No es sólo discurso, la acción requiere ser financiada;

c) implementar nuevos modelos de generación de energía limpia y medidas de eficiencia energética, reduciendo, en lo posible y de acuerdo a las economías de los países, la energía de carbón y la eliminación gradual de los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles;

d) impulsar proyectos de generación eléctrica vía solar; sólo por dar un ejemplo sobre los anfitriones EAU que son una potencia en gas y petróleo al mismo tiempo lograron integrar su matriz energética con casi 5% de electricidad vía solar (de 23 gigavatios GW llegarán sin duda a más de 50 GW en 2031) vale decir Emiratos está apostando a mejorar las condiciones tecnológicas de explotación de fósiles pero al mismo tiempo apostando dinero y tecnología en renovables como la solar; pero fue con inversión estatal y privada; de allí el compromiso ineludible de todas las partes.

Finalmente, la sociedad entiende que no podemos vivir sin energía y que al mismo tiempo debemos ser cuidadosos con el entorno ambiental; es una ecuación complicada de cumplir pero se está haciendo, con todos los tropiezos y principalmente contra los fundamentalismos y los reacios que esperan que nosotros (la sociedad occidental) reduzcamos consumo de fósiles y ellos continuar viviendo la “vida loca”.

El equilibrio es fundamental para que el mundo avance.

@BorisSGomezU


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