Por Dr. Geógrafo Pablo Kaplún, asesor ambiental de Geografía Viva

Escribo esto poco antes de la que la COP25 como tal finalice, normas entendibles de El Nacional así me lo exigen, pero, salvo que pase un milagro, lo escrito en el título respecto a los poquitísimos venezolanos que tuvimos algún tipo de participación en estas cumbres (fueron 4 en simultánea, algo muy difícil de entender desde la despelotada Venezuela), será el justo balance de lo aquí hecho.

La representación que trajo el gobierno cumplió un discreto pero eficiente papel: lograr que los escándalos que denunciaba la oposición no tuvieran demasiada repercusión.

La delegación que se supone representó a la AN, se paseó todo el tiempo (al menos esa fue su agenda pública) embelesada porque una compatriota de origen hispánico ha sido elegida diputada del Congreso de España. Claro que denunciaron lo que en Venezuela ocurre, pero pareciera que no vieron que la mencionada arrojada compatriota, si bien  logró un escaño (lo cual merece un especial reconocimiento),  pertenece al partido que peor golpeado salió en las recientes elecciones generales de este país y, que si no entendemos que, le guste o no a quien sea, la madre patria hoy por hoy está gobernada por la izquierda, con la cual si no nos relacionamos no encadenamos salidas para Venezuela. Este reino tiene un peso decisivo en todo lo que se intente definir para el futuro venezolano: nada más ni nada menos tiene en sus manos la política exterior de la Unión Europea.

Un diputado como Américo De Grazia, sin duda un valiente que ha recopilado como pocos el horror que ocurre en el estado Bolívar por el cual fue elegido, espero que haya podido moverse un poco más allá del corsé en que hoy está entrampado el Partido Ciudadanos, por el cual fue elegida nuestra hispano compatriota diputada. Tal vez el esfuerzo más destacable fue el convocar a un foro para el  público en general, pero para la comunidad venezolana en particular, el día viernes 13 dedicado al Arco Minero del Orinoco.

De mi actuación no puedo hablar tampoco muy bien. Me pasé estos días entre las dos conferencias a las que pude acceder: las supuestamente social “oficial” organizada por los lobbies empresariales de España para propagandear supuestos compromisos la Emergencia Climática, sitio sin embargo donde hubo muchas movidas interesantes de propuestas y acciones) y la no oficial organizada por un impresionante voluntariado muy dispuesto y militante, la cual se desarrolló en la Universidad Complutense (como decir la UCV en Venezuela). Hay que reconocer que Ecologistas en Acción es una organización de muy potente capacidad de movilización, aunque no fue la única involucrada en la, por algunos llamada, “contracumbre”.

De Venezuela recibía encargos, que hablara aquí y me presentara acullá. Se estableció un momento en que sí podía hablar (no diré en cuál de las cumbres porque no se trata aquí de acusar a nadie) y se me negó el micrófono. Mientras que se gritó furibundamente contra la “dictadura de Ortega” en Nicaragua, a los venezolanos se nos mandó a callar la boca. Hablar de nuestro país genera enfrentamientos terribles, tantos como los tenemos los venezolanos entre nosotros mismos. Mientras escribo estas líneas, se abre la esperanza de que, con base en videos de un ilustre venezolano mundialmente respetado, Edgardo Lander, finalmente se pueda difundir lo que ocurre en el Arco Minero del Orinoco, pero como no puedo dar seguridad en este momento de que  ello ocurra, no es para mí una verdad, y sí en cambio lo es lo dicho antes. Ortega pareciera tiene peor fama que Maduro y genera más consenso en cuanto a ser condenado. ¿Hay alguna lógica en ello? ¿Hay responsables de que esto sea así?

Pero hete aquí que se supone que yo represento a las ONG ambientalistas, las que hemos trabajado toda la vida en ese tema, tengamos o no recursos. Desde nuestro país se me mandaban mensajes diciendo que los integrantes de la delegación de la AN  me irían a llamar. Eso nunca pasó y, al parecer, si bien hay fondos a los que las menguadas ONG venezolanas podríamos optar, como afirmó  públicamente un miembro del IPCC, nos quedamos sin información en mi imposibilidad de ingresar a las cumbres donde estaban los niveles de decisión.

Pero, por suerte, los indígenas actuaron más sabiamente que nosotros. Cedo el resto de este espacio a compartirles una noticia que, si bien es tremendamente alarmante, lo deja a uno un poco  más aliviado: el hecho de que los pueblos aborígenes organizados en la Coica (Coordinadora Indígena de la Cuenca Amazónica) sí coordinaron sus acciones y denuncias, y, al menos, se hicieron notar. Hay que señalar que, pese a las enormes restricciones con las que operan los pueblos originarios que aún defienden su causa de manera organizada en nuestro país, el venezolano José Gregorio Díaz Mirabal, un indígena curripaco que es coordinador general de esta institución de los pueblos originarios, pudo llegar a la cumbre y la ya mencionada Coica se hizo notar de la siguiente manera; transcribimos a continuación una información que nos llegó del desempeño de la coordinadora citada. Menos mal que los indígenas fueron más sabios que nosotros, los criollos, a la hora de moverse en una cumbre tan complicada como esta.

“En el marco de la celebración de la COP25, la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (Coica) dio una conferencia de prensa —con el apoyo técnico de Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR)— para anunciar la emergencia climática y humanitaria por el genocidio y ecocidio de la mayoría de los gobiernos de la Cuenca Amazónica contra los pueblos indígenas, lo que repercute en pérdidas irreparables para el planeta.

En ese sentido, Robinson López, coordinador del área de Cambio Climático de la Coica, señaló que la vida de los pueblos indígenas está sustentada en los Sistemas de Conocimiento Tradicional/Espiritual, que a su vez se ven afectadas por la crisis climática y humanitaria que afecta la vida y pervivencia de los pueblos.

Dichas crisis se agravan por problemáticas como la deforestación, la agroindustria y asesinatos sistemáticos a líderes indígenas, entre ellos sabedores de la medicina tradicional que han aportado por millones de años a la mitigación del cambio climático.

“Todos tenemos una visión diferente, esa visión de mundo, y esta no se interpreta por los gobiernos al punto de que estamos en una COP hablándole a sordos, unos negociando por un lado sobre nuestros territorios, sobre nuestro destino y nosotros estamos por fuera de ese diálogo», refirió López.

«Hacemos un llamado a las Naciones Unidas y sus países miembros para que en estos diálogos se garantice la participación real y efectiva de los pueblos indígenas, de lo contrario solo será una ‘feria’ de negocios del clima», exhortó.

«La Coica sienta su voz de protesta en el sentido de que los gobiernos deben escuchar a los pueblos originarios porque no solo está en juego la vida de nuestros hijos, sino también de la humanidad”, puntualizó el coordinador de Cambio Climático de la Coica.

Así también, la líder Claudette Labonte, coordinadora del área de Mujer y Familia de la Coica, levantó su voz para ser escuchada.

“Nosotras, las mujeres amazónicas, nos estamos despertando para que se escuche nuestra voz, pues somos la primeras afectadas en los temas de contaminación, como cuando se encuentra mercurio en nuestra leche. Estamos aquí para pedir que se direccionen los fondos a las mujeres amazónicas», sostuvo.

«Quien toca a nuestros hijos, toca lo primero que nos preocupa y para nosotras es fundamental defender los derechos de nuestros hijos. Por eso queremos estar aquí fuertes a la par de nuestros líderes”, finalizó Labonte.

Por su parte, Marlon Vargas, presidente de Confeniae, señaló preocupación por la situación de los pueblos de Ecuador.

“Los pueblos están siendo desplazados de sus territorios y no se ha respetado la consulta previa”, indicó.

En ese sentido hizo un llamado a la humanidad para que se sumen a la defensa de los territorios indígenas, así como de sus recursos, el agua, el bosque.

Asimismo, Sandra Tukup, dirigente de Confeniae, convocó a la sensibilidad de los presentes para que difundan la situación de emergencia que viven los pueblos indígenas, pese a ser los guardianes de la Amazonía, lo cual beneficia a toda la humanidad, y exigió a los gobiernos del mundo que respeten sus derechos humanos.

Finalmente, la Coica instó a los Estados de la Cuenca Amazónica e hizo un llamado a la cooperación internacional para que dirección su financiamiento a través de las instituciones de gobierno propias de los pueblos indígenas.

“No están llegando los recursos económicos a los pueblos indígenas que están siendo afectados y que están poniendo el pecho para frenar el cambio climático, por el contrario están llegando a los gobiernos que son regresivos con los derechos de los pueblos indígenas y que nos están llevando al punto de exterminio físico y cultural”, expresó Robinson López.

Por eso hizo un llamado a la Unión Europea, Cooperación Internacional, al gobierno noruego, a Alemania y todos los aliados de los pueblos indígenas a que direccionen los fondos climáticos a los pueblos originarios, a sus territorios e instituciones de gobierno propio creadas para ello, así como la creación de un programa integral para protección y prevención de los pueblos indígenas en Aislados Voluntario o Estado Natural que están en inminente riesgo de desaparecer.

Lo que acabo de reproducir es recuperado de https://www.servindi.org/actualidad-noticias/05/12/2019/organizacion-de-la-cuenca-amazonica-declaro-emergencia-climatica. Que conste que no estoy de acuerdo con la romántica idea del “buen salvaje”, todos tenemos luces y sombras, criollos, “musiú” e indígenas, pero me parece, en el caso de lo sucedido en esta cumbre,  hubo mayor asertividad indígena que criolla. Hasta donde pude apreciar, sus fuertes denuncias impactaron bastante más que lo dicho por los distintos delegados criollos venezolanos. Esto, una vez más, demuestra que solo bajo un nuevo pacto social que reúna a los venezolanos bajo normas que todos aceptemos como elementales de sana convivencia puede plantearse que nuestro país efectivamente se incorpore a la lucha local y global sobre la emergencia climática; de otra manera nos convertiremos en el peor ejemplo para el planeta y terminaremos por estar todos en un definitivo infierno.

 


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