VPI GNB

Como hoy los estadounidenses celebran el Día de Acción de Gracias, hay que sugerirle al régimen que así como adoptaron los dólares, se apoderen de esta celebración. Tienen que dar gracias porque este año han tenido muchas excusas para apretar las tuercas de la censura y los ataques a la libertad de expresión.

Al menos así lo evidencian los números recogidos por la organización no gubernamental Un Mundo sin Mordaza. Y eso que solamente presenta resultados del primer semestre de 2020. De enero a julio, 13 emisoras y 2 programas televisivos fueron sacados del aire; 4 canales de televisión fueron suspendidos temporalmente y 17 páginas web o cuentas de redes sociales fueron bloqueadas.

623 violaciones de la libertad de expresión en 281 casos documentados por Espacio Público. 48 periodistas, reporteros gráficos, trabajadores de la prensa, del sector salud o ciudadanos comunes fueron víctima de detenciones arbitrarias. También 75 casos de intimidación, amenazas, hostigamientos y agresiones. No deja de resaltar esta ONG el cese de operaciones de Directv. Y solo en la primera mitad de 2020, aunque la segunda mitad no ha sido tan diferente.

El covid ha sido una de las excusas esgrimidas por el régimen para atentar en contra de la libertad de expresión, sobre todo porque cualquier información sobre la verdadera situación que se ha vivido con la pandemia es muy temida por los rojitos. Aunque los médicos y el personal de salud se quejaran por la falta de insumos o la falta de medidas de bioseguridad en los centros asistenciales, nada de eso debía llegar a los medios y mucho menos a los ciudadanos que todavía dudan de la veracidad de los números oficiales.

Es importante que no se pierda de vista que la censura es uno de sus principales objetivos del régimen. Una población que no puede expresarse libremente y que tampoco tiene la posibilidad de informarse es presa de la manipulación de los que detentan el poder. Además, las intimidaciones y amenazas en contra de los ciudadanos por decir lo que piensan tienen un efecto a largo plazo. Al final, lo que quieren es que nadie hable, que nadie piense, que nadie levante la cabeza.


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