Desde el siglo pasado, incluso antes de la Primera Guerra, se viene alertando a la humanidad de la latente amenaza del control social de forma global, de acuerdo con signos sociales que fueron objeto de varios análisis de observación mundial.

Esta amenaza no es nueva, existía y existe en algunas zonas del mundo, pero no había sido objeto de amenaza global hasta el precedente más reciente del intento del Nacional Socialismo en los años treinta. Lo que no se imaginaba la población es que todas las arremetidas en contra de los Estados totalitarios iban a ser la antesala para el derrumbe de los Estados nacionales y erigir un Nuevo Orden de Control Global a escala totalitaria.

Hoy la población mundial se encuentra bajo un sistema global, en términos totales en todos los ámbitos humanos, es decir, un sistema de comunicación global al punto de que las noticias que se reproducen en cualquier medio son la reproducción de los principales canales internacionales.

Es decir, la población mundial está integrada a un sistema de comunicación y difusión internacional a través de redes de información, igual sucede en términos médico sanitarios, en seguridad social y personal, con el respectivo componente militar de orden global.

Mismo escenario sucede en el ámbito económico financiero junto al comercio internacional, todo bajo la vigilancia y control total de las que no escapa el constante espionaje general y selectivo a través de los medios de la tecnología de la información hacia la integridad de cualquier persona, en los que cabe mencionar a los guerrilleros comunicacionales, que son una herramienta cada vez más usual en todos los regímenes.

En cuanto al ámbito religioso, reaparece la figura de una sola religión universal, dirigida desde los principales pontífices y líderes religiosos de todas las principales religiones, a los que reportan las mismas a los niveles superiores de la gobernanza mundial.

En conclusión, nada escapa del control total, ni siquiera, el sector de la alimentación, derivado de los grandes monopolios del agro; igual sucede con el agua o el oxígeno, las enfermedades, los virus, y por supuesto el sistema educativo, que es la base de todo el edificio, en pocas palabras, todo está globalizado e incluso el hambre.

Tanto es así, que los poderes establecidos, en grandes centros monopólicos, se pueden tomar la tarea de determinar qué zonas del planeta las pueden someter a mecanismos de control poblacional como el hambre, enfermedades crónicas, dictaduras, tiranías, decadentes democracias, enfermedades infecciosas, virus, bacterias, a un nivel de moderado a extremo.

Justo en este momento se están librando batallas civiles en muchas naciones contra los controles del Estado, lo cual es muestra de que la población civil irrumpe contra un modelo de Estado tiránico totalitario, que tiene todas las de ganar, donde las cosas no terminan de cambiar, porque las supuestas oposiciones a esos regímenes se encuentran captadas a través de la financiación, informando de toda amenaza a sus captores que son el mismo régimen al que dicen oponer.

Regímenes  que no sólo son sombras en la historia, sino también pesas de cartón, sólo que, al no conocerse los sistemáticos mecanismos de control, que los mantienen ahí, se tiende a pensar en términos generales que son imposibles de trascender.

En definitiva, el mundo quiere ser engañado a toda costa, a pesar de que, las observaciones, explican el constante saltimbanqui de los análisis, investigaciones y propuestas públicas de presumir de una autonomía que no existe.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!