Ahora que están aprobando el presupuesto para 2022, el gobierno chavista seguramente guarda una partida importante para un trabajo fundamental de la era roja, los ataques sistemáticos contra la prensa libre y los periodistas independientes. El Colegio Nacional de Periodistas documentó que este año hubo 251 agresiones contra comunicadores sociales o medios, y eso que no ha terminado 2021.

En este recuento hay un lugar especial para el robo que hicieron de la sede de El Nacional, que fue desalojada desde el 14 de mayo y por órdenes del Tribunal Cuarto de Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas. Pero el periódico ha demostrado que no necesita un edificio para seguir informando a los venezolanos sobre lo que acontece, seguir denunciando y seguir diciendo la verdad.

Y es por todo eso por lo que este gobierno, desde que llegó Hugo Chávez al poder, ha enfilado su rabia en contra de los medios de comunicación. Para los negocios oscuros, el robo del dinero de la nación y la corrupción generalizada no es bueno que exista una prensa libre y dispuesta a denunciar todo lo que vea que ocurre fuera de la ley. Los medios y los periodistas venezolanos llevan más de 20 años en esta lucha, y si bien es cierto que muchos han tenido que dejar de circular o han desparecido, como RCTV y muchas emisoras de radio, el compromiso y la responsabilidad de estos profesionales se han mantenido intactos e incluso han ejercido su profesión a riesgo de su propia vida.

Cuando el CNP enumera las agresiones en contra de periodistas, la censura a programas de radio y el bloqueo de páginas informativas en la web, el mundo debería sorprenderse, pero para los periodistas es algo con lo que se enfrentan todos los días. Muchos colegas han sido secuestrados y encarcelados en las mazmorras del régimen, como Roland Carreño, pero todo eso lo que ha hecho es reafirmar la convicción de servir a la sociedad diciendo la verdad.

El gremio y los medios siguen en pie de lucha, a pesar de sufrir amedrentamiento a diario. Desde los atropellos más sencillos como el decomiso de equipos o el cierre de un programa por días, a veces basta con tumbar una página por unas horas, todo lo han intentado, incluso poner a rodar chismes, posicionar tendencias en las redes sociales, pero nada de eso ha podido con la determinación del periodista venezolano.

Y aunque muchos han tenido que salir del país porque su vida y la de su familia estaba en peligro, no dejan de estar pendientes de lo que sufren sus connacionales y siempre están dispuestos a contarlo. Por eso, aunque tengan planeado seguir intentando ahogar a la prensa libre, hay que decirle al gobierno chavista que los periodistas y los medios venezolanos planean también seguir en la lucha.


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