El régimen violador de libertades se cobija en su férrea hegemonía comunicacional a punta de robos, confiscaciones y censuras de medios independientes, para difundir la mentira y falsear la información. Desvirtúa la realidad desde nichos que responden a sus intereses criminales, que no dan cuenta de lo que realmente está sucediendo. La comprobación de 17 centros de torturas provocó la censura y cierre de medios de emisión abierta. Son indiferentes al dolor ajeno como lo refleja la patética realidad de los migrantes en fuga muertos de hambre.

Tenemos que condenar siempre la conducta del usurpador régimen que lleva años ininterrumpidos de horror violando sistemáticamente los derechos humanos, cometiendo crímenes atroces, como corrobora al mundo la misión de expertos independientes de la ONU. Suman años de horror las torturas verificadas en las maquinarias tenebrosas del Sebin y la Dgcim, ordenadas por las cadenas de mando con responsabilidades inevadibles. En los episodios de tortura han hecho presencia fiscales y funcionarios del poder judicial. Señala la ausencia de Estado de Derecho, el sistema de justicia es parte del aparato represivo. Lo que ocurre en el Arco Minero bajo la yunta de grupos armados irregulares y regulares es abominable. Mutilaciones, golpizas y extorsiones hablan de la desaparición del Estado. Las violaciones ocurren en un clima de impunidad al depender el sistema judicial del dictador. No hay duda sobre lo que está ocurriendo. No es un accidente lo que pasa.

El liderazgo vencido acepta la visión que el tirano promueve. El ecosistema perdura al replicarse sus valores aguas abajo en cada subsistema que le da fuerza, allí incluimos a la opolaboración. El peligro es el tejido social que se va formando al caer en su dinámica y dejar de ser soberanos.

Marcamos distancia con quienes siguen el patrón de conducta de simular la lucha. Con quienes con un discurso de desesperanza asumen la razón del opresor y dan por terminada la carrera de la libertad. Se convierten en agentes del opresor al asumir su molde y razón. Al conducir al ciudadano hacia el mismo molde estamos sometidos y sin libertad. Los simuladores trabajan con las nociones del opresor, postrados y en la misma estructura de poder.

El liderazgo auténtico del coraje nos convoca, en medio de la incertidumbre, oscuridad y mentira en las que nos tienen aprisionados, a aferrarnos con los pies bien plantados en lo que está sucediendo para planificar el futuro y construir estrategias: una clara hoja de ruta.

La amenaza real consiste en trasladar la rendición de cuentas fuera de Venezuela, aquí el sistema judicial está cooptado, no existe posibilidad de justicia. El camino de la justicia está afuera.

Tenemos que salirnos del cepo, actuar y movilizarnos. Esa es la señal de cambio. Rebelarnos ante la opresión y asumir el desafío de llevar al régimen al plano de su fragilidad. Debilitamos el ecosistema cuando dejamos de reproducir sus valores. Cuando lo haces te conviertes en agente. Enfoquémonos en los verdaderos problemas. En la tristeza, angustia y desolación de los ciudadanos. Hablemos de los problemas cotidianos que nos agobian. La libertad se cuela por cualquier resquicio, y por eso el liderazgo del coraje debe estar al lado de los ciudadanos haciendo lo que puede para que esas grietas aparezcan. Y acompañarlos.

¡Libertad para Javier Tarazona y Emilio Negrín! ¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!

 


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