Ya Michel de Nôtre-Dame, más conocido como Nostradamus en el siglo XVI, en sus cuartetas se ocupaba de visualizar el futuro. Para la paz mundial, el año 2023, comenzó y terminó con dos conflictos propios de ser llevados sus responsables por sus crímenes a la Corte Penal Internacional. La guerra en Ucrania que venía ya del año 2022 cuando en febrero de ese año Rusia invadió a Ucrania, conflicto que se ha extendido en el tiempo, causando una gran destrucción en lo estructural y provocado una crisis humanitaria en Europa, por su impacto en la economía global. Ese año 2022 terminó con el inicio de otra guerra sangrienta, entre Israel y el grupo terrorista Hamás casi lindando con el genocidio, mientras los israelíes festejaban la fiesta de Sucot a principios de 7 de octubre de 2023.

Ambos conflictos no avizoran buenas perspectivas para ese eufemismo que es “la paz mundial”, más aun cuando el secretario general de la ONU, António Guterres, ha advertido, (antes del conflicto de Yemen) que Oriente Medio está «al borde del abismo», al tiempo que la comunidad internacional aguarda con esperanza y temor, ante la incapacidad del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de mantener la paz.

Las negociaciones, las iniciativas de paz y la presión internacional serán claves para evitar que la crisis escale a un punto de no retorno, donde las vidas de miles de personas están en juego. Sin lugar a dudas, estos conflictos han contribuido a crear un ambiente geopolítico más tenso y volátil; han puesto de manifiesto las crecientes rivalidades entre las grandes potencias y han aumentado el riesgo de una escalada de la violencia, junto a otros conflictos geopolíticos que tuvieron lugar en 2023 que incluyen: la crisis política en Myanmar, que ha provocado una represión militar contra la población civil; la tensión entre China y Taiwán, que ha aumentado el riesgo de un conflicto armado, sin incluir la crisis climática, que ha provocado una serie de desastres naturales y ha aumentado el riesgo de conflictos por el acceso a los recursos naturales.

Concluido el 2023, el 2024, se inicia con un conflicto de mayor envergadura por sus implicaciones geopolíticas y efectos sobre la economía mundial por el lugar donde se da. Los ataques de los hutíes en un área de alta importancia estratégica para la economía mundial, como es la ruta del mar Rojo, estrecho de Bad al Mandeb, que da acceso al Golfo de Aden, para la salida y exportación de la producción petrolera de Arabia Saudí (8,54 mb/d), Irak 4.385 mb/d) e Irán, 3.741 mb/d).el año pasado en promedio. (Fuente: Datos macro).

En geopolítica los exámenes forenses, son solo revisión de lo sucedido en el pasado; mientras que los pronósticos y forecasting son ejercicios “consecuenciales, de lo sucedido, muy comunes de los centros de análisis académicos y militares, incluso económicos. El FEM de Davos publicó el 10 de enero el informe “Riesgos Globales 2024”, en el cual menciona una serie de amenazas a la paz, la estabilidad y el crecimiento económico global, especialmente los desafíos no tradicionales de seguridad, en particular por los interés  de actores y factores que interactúan tales como: -las elecciones presidenciales de Estados Unidos, las cuales podrían (siempre en tiempo condicional), tener un impacto en la política exterior de su país; -las elecciones en Taiwán, que podrían aumentar la tensión entre China y la isla; -el programa nuclear de Irán, que podría provocar una escalada de las tensiones con Estados Unidos y sus aliados; -la prolongación de la crisis en Ucrania, que podría continuar durante varios años.

Los bombardeos estadounidenses sobre Yemen son la evidencia de la cómo la política exterior del mandatario demócrata fracasó. Así lo afirma varios expertos independientes en seguridad global, Joseph Humire, quien destaca la «falta de estrategia, de coherencia y de buenas políticas en el campo internacional» de la Casa Blanca y cómo Rusia, China e Irán aprovechan la incoherencia del Señor Biden como lo demostró al retirarse de Afganistán al llegar a la oficina Oval, debilidades que aprovechan Rusia y China para mover sus hilos de poder e influencia, pudiendo llevar al mundo a otra catástrofe como lo visualizo Nostradamus.

El desarrollo y escalamiento de estos eventos-conflictos en algún momento tendrán su impacto en el futuro de la economía mundial, pudiendo conducir a un aumento de la inestabilidad y la violencia, contribuyendo a la desestabilización del frágil equilibrio de poderes en el orden mundial.


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