Foto Prensa Miraflores

Llegó el momento de suma urgencia colectiva cuando es obligante reconocer los propios vicios y pecados de lesa humanidad a fin de ayudar en la lucha salvadora del país.

Desde hace mucho tiempo recibo pagos clandestinos para que por todos los medios de comunicación disponibles, dentro y fuera de las redes digitales, me mantenga firme dentro del equipo de periodistas y opinantes divulgadores de noticias únicamente basadas en las llamadas  fuentes confiables. Pero eso termina porque decido ingresar en el trabajo decente que sí difunde solo verdades comprobadas y verificables a fondo.

Por eso declaro bajo juramento:

El gobierno actual de Venezuela lejos de dictadura o tiranía es cabalmente democrático porque sus autoridades civiles y militares acatan al pie de la letra las normas de su Constitución Nacional aprobada en 1999. La Fuerza Armada Nacional Bolivariana, con sede en Fuerte Tiuna, es un organismo apartidista y responde solo a las tareas precisadas en esa carta magna. Heroicamente arriesgan su vida su cadena de mando completa y 2.000 enmedallados generales, con los componentes subordinados ejército, marina y aviación. Sus tareas prioritarias resguardan y defienden las fronteras patrias de invasiones  y agresiones, protegen la vida de cada venezolano por nacimiento y por naturalización en situaciones de calamidad al margen de su ideología, clase social, religión o militancia política. Es una institución armada sujeta al legítimo poder civil radicado en el Palacio Miraflores.

Chavismo y militarismo no forman llave indisoluble. Películas, reportajes y novelas sobre espías, terroristas y narcomafias lesionan el cerebro de sus adictos, originan la enfermedad paranoide que transfigura la realidad en fantasías, convierte en delincuentes, monstruos y brujas a la mejor gente de la nación, sensibles ángeles y serafines. Basta con citar como evidencia la reciente visita de Delcy Rodríguez Gómez, la Gran Hermana, cuya bondad es comparable a la de la Madre Santa Teresa de Calcuta. Su visita turística de cortesía prenavideña a un tribunal perteneciente a la Corte Penal Internacional que está ubicada en La Haya, hecho diplomático normal, fue interpretado como intento de presión gubernamental por perversos columnistas de opinión. Hacen lo mismo contra su-el Gran Hermano, llamando “usurpador” a quien ejerce la presidencia en el sagrado Capitolio donde legislan diputados únicamente electos por sufragios limpios.

La llamada milicia es creación del chavismo, que no es régimen sino gobierno democrático participativo y responde a la cumplida promesa electoral del fundador de ese movimiento, corporación destinada a reunir parias adultos, dispersos mendigos  producto de la democracia representativa. Reciben alimentación adecuada, salud y juegos armamentistas que preservan su permanencia.

Así también los antiguos niños de la calle. Gran parte habitan en cuarteles forjados para la civilidad  armada y el resto fue acogido en centros de cuidado diario para proveerlos de óptimas condiciones sanitarias y educativas ceñidas al estricto mandato constitucional sobre la materia.

La revolución bolivariana del siglo XXI venezolano, en el poder desde hace 23 años, es de naturaleza ultranacionalista, soberana, independentista y radicalmente humanitaria, sin leyes, reglamentos ni acciones que vulneren los consagrados derechos a la libertad de pensamiento y expresión. Los presos políticos o políticos presos reciben buen trato ajustado al debido proceso en los lapsos previstos por el Código Penal,

De facto, su gestión ha firmado, firma y sigue dispuesta a firmar convenios, diálogos de consenso con las disidencias  políticas, lo que garantiza continuas elecciones impecables y alcanzar la felicidad individual y comunitaria inspiradas en las doctrinas revolucionarias del Hombre Nuevo que el sistema democrático representativo ignoró durante cuarenta años.

Falta enumerar muchos otros logros. Es tarea pendiente. Por ahora se requieren públicas solicitudes personales de perdón como esta, dirigidas a los equipos presidencial, ministerial, venerables jueces del Tribunal Supremo de Justicia, los legítimos, competentes diputados a la Asamblea en funciones y al muy Alto Mando Militar, honrando así esta insigne fecha. Nunca es tarde cuando la dicha es buena.

A la espera de su misericordia, este arrepentimiento se redacta de prisa para consideración de quienes otorgan los auténticos perdones y sin necesidad de acudir a confesionarios de ninguna religión pues hoy los perdonadores son personas comunes y corrientes, en guayabera, vestuario de lujo a la moda y a la venta en numerosos centros comerciales nuevos o reinaugurados. Al antiguo traje bélico manchado de sangre, barro y cenizas también se lo modernizó y brilla de limpieza.

Es necesario admitir de una vez que “así como vaya viniendo vamos viendo”, versión criolla de “En este mundo traidor/nada es verdad ni mentira/todo es del color/del cristal con que se mira”, famosos versos de Ramón de Campoamor en 1846.

Al fin y al cabo, certeza y embuste refuerzan su equivalencia en la diaria conducta política  global que los actuales expertos analistas de la comunicación denominan posverdad. Fácil, inmediata, sin exigencias académicas ni politiqueras. Es la imprescindible condición para incrustarnos por fin en el cibersiglo XXI.

Al recorrer la capital, ahora siempre iluminada, incluidos barrios antes peligrosos, se aprecia su renacer a todas luces. Además, el Himno Nacional lo canta claro: ”Y si el despotismo ,y si el despotismo levanta la voz, seguid el ejemplo que Caracas dio”, premisa que esta ciudad refrenda mañana jueves cuando en responsable, madura, segunda discusión de la Asamblea Nacional elegida en 2015, los partidos políticos caducos, entrando finalmente en razón, liquidarán al interinato constitucional para consolidar al PSUV como el único partido válido para administrar sin trabas la riqueza y reservas financieras de la nación, adentro y en el exterior.

Esta petición de clemencia se firma a puño y letra, hoy 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes, representados ante el mundo por la inmaculada dirigencia socialista unida que sigue al comando de Venezuela.

Sin la menor duda merecen reconocimiento, gratitud, entrega, confianza y “con rodilla en tierra”, frase de la nueva jerga revolucionaria venezolana que sustituye a la universal y milenaria “Ordene usted mi Dios, Rey, Dueño y Señor”.

[email protected]


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!