PJ primaria Maduro

Una política clara y por demás sencilla para el proceso electoral venidero (si es que viene) podría resumirse en tres palabras breves: salir de Maduro. Se dirá que es una obviedad porque todos los competidores al torneo de la primaria y luego a las elecciones de verdad-verdad eso quieren o dicen querer. Sí, pero no es lo mismo decirlo hoy, dado que la cosa se va a enredar mañana necesariamente. Ese enredo incluso es lo más importante, los concursantes deben estar dispuestos a sacrificar sus egregias figuras para propiciar el triunfo del que tenga la más clara oportunidad de ganar, sea María Corina o hasta el mismísimo Conde del Guacharo o algún alacrán arrepentido. Mover el tablero de la historia, de este largo y vil pedazo de nuestra historia, tantas veces vil, ¡un cuarto de siglo de latrocinio inigualable, migraciones humanas millonarias, destrozo pedacito a pedacito del país entero, hambre mortal para el pueblo!, ya es bastante. En esta apartada orilla se respirará mejor sea el que fuese el cambio posible, moveríamos el horizonte.

Bueno, eso implica reconocer al ganador de las elecciones privadas. Igualmente, y más difícil, si hay inhabilitados irremediables estos deben convertirse en grandes promotores del que quede primero entre los restantes e, incluso, no andar insultando a los muy diversos tipos de alacranes que merodean por ahí, quién quita y algunos se rediman y encuentren su redención con otra opción promisoria.

Somos conscientes de que estamos nombrando algo muy parecido a la unidad de la oposición y suscitando la risa de politólogos librescos y políticos realistas y hasta jugadores de golf de Fedecámaras, pero ¡váyanse al carajo!, ¿ustedes tienen algo mejor que proponer? Ojo, hay también los decididos a dejar la cosa para el 30, irrecuperables zánganos.

Y tampoco, para finalizar, estamos aspirando a que todo esto se realice. Pero de repente un poco es suficiente, Nicolás es feo para la mayoría. Y Dios es muy grande, dicen por ahí.


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