La situación del sistema de salud en nuestro país es crítica y los pobres son los más vulnerables por la indiferencia e indolencia del Estado.
Por eso creo necesario exigirle que garantice el derecho a la salud que tienen todos los venezolanos, pero sobre todo los pacientes que día a día siguen acudiendo a hospitales públicos sin recibir la atención requerida por las pésimas condiciones en que actualmente se encuentran estos centros.
Hay problemas con el agua, con la energía eléctrica, brindan una deficiente alimentación y la mayoría de los equipos están prácticamente paralizados por falta de mantenimiento.
Es sumamente grave la situación que afrontan los pacientes crónicos en nuestro país por no recibir el tratamiento oportuno y en especial los que tienen cáncer, los que sufren problemas renales, enfermedades del corazón, los niños del J. M. de los Ríos que siguen falleciendo por la no reactivación del programa de trasplante que se mantuvo con el Estado italiano.
El artículo 19 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que obliga al Estado a garantizar los derechos humanos, es violado sistemáticamente por no estar en su agenda de prioridades.
Estamos en presencia de un pueblo crucificado, con sueldos que se convierten en sal y agua por la inflación, pensiones de hambre, canasta básica inalcanzable y el derecho a la salud inexistente porque solo pareciera estar garantizado para los altos funcionarios del Estado y poderes públicos que sí pueden contar con un seguro en dólares.