El mundo de la política y los negocios se mueve por los intereses y estos pueden ser bastante cambiantes dependiendo del momento histórico que se vive. Observen ustedes el caso de los venezolanos que estamos en el mundo exiliados producto de la naturaleza política violatoria de derechos humanos del régimen de Maduro, ya todos sabemos el nivel de criminalidad vinculado a buena parte de sus ministros y funcionarios, es notitia críminis permanente, así que era de esperarse que seamos parte de esta migración masiva de venezolanos que escapan para salvar sus vidas.

Maduro es el principal responsable de que estemos echados prácticamente de nuestro país. Él es un gobernante que ya decidió, ha preferido el camino de la dictadura eterna, lo que significa tiempo de sobra violando sistemáticamente los derechos humanos de los venezolanos. La gente puede terminar sus días esperando un cambio que nunca llegará, es lamentable tener que admitir esta situación, negarlo sería mentirnos, y yo no soy de los que critica a los que ya aceptaron tomar parte en esta terrible realidad de la Venezuela bonita que le ofrece el señor Maduro.

Entendemos la situación de nuestros compatriotas dentro del territorio venezolano, muchos están haciendo grandes esfuerzos para mantenerse como una opción política dentro de los procesos electorales que ofrece la dictadura de Maduro. Hablamos de intentos desesperados habida cuenta de lo difícil que es lograr algún  nivel de alcance político cuando se sabe que las elecciones están siendo organizadas por esquemas fraudulentos. Aunque hay la mejor intención y el mejor ánimo, sólo un milagro puede permitir un resultado decente para la representación democrática.

Así que el hecho de participar en unas elecciones que a mi parecer solo serán un fraude pienso que también tiene su mérito, en particular de aquellos que acuden de buena fe movidos por su amor por la democracia y su creencia en una salida pacífica a la crisis de gobernabilidad y legitimidad del régimen de Maduro. Pero no hay que ser adivino para tener una idea de lo que puede esperarles a los asistentes a la cita electoral del régimen, que no será un resultado diferente a lo sucedido en elecciones previas.

Definitivamente, me solidarizo con estos compatriotas que están sacrificándose, por no decir quemándose, acudiendo a las urnas electorales de Maduro. Es como ver gallinas que van directo al matadero. También me entristece saber que mucha gente piensa muy mal acerca de esta situación, es el precio que hay que pagar por ser parte de esa fiesta electoral. A veces leo algunos comentarios de venezolanos muy críticos, calificando de traidores, tarifados o vendidos a los participantes de la oposición, y hacer semejante declaraciones no tiene sentido o valor cuando las críticas son vertidas desde el exterior,  proclamadas lejos del alcance de los brazos armados de Maduro. En honor a la verdad, no podemos pedirles a estos venezolanos que hagan lo que nosotros mismos no hemos sido capaces de hacer y que probablemente fue el motivo de nuestra salida del país para salvar el pellejo.

Soy poco optimista acerca de que se produzca algún cambio como efecto de un movimiento en masa, todos bajando desde los barrios agarrados de la mano junto a la clase media de Chuao, caminando hasta Miraflores con el fin de desalojar al inquilino ilegítimo, no señor, eso no va a ocurrir, no ahora, pero es probable que quizás mañana.

Lo que sí es cierto es que en la reciente cumbre del G7 tanto la Unión Europea como Estados Unidos han reiterado sus deseos de que en Venezuela haya elecciones libres y democráticas como paso previo al retiro de las sanciones. Esto tampoco va a ocurrir. Mientras tanto, tenemos al dictador exigiendo el retiro unilateral de las sanciones a cambio de nada.

Este juego de ofertas y demandas está trancado en todas partes, las exigencias de Maduro no tienen mayores consecuencias, habida cuenta de que  cientos de miles de venezolanos ya han migrando a Estados Unidos y Europa, y más de 95% está de acuerdo en que Maduro es un dictador con el que no se debe negociar, al que incluso hay que condenar por crímenes contra su pueblo.  El mensaje ha sido recibido por los líderes de todas estas naciones, así que se han  asegurado de ratificarle la posición al señor dictador, elecciones libres o nada.

Y por cierto, por muy importante que sean algunos políticos, senadores, congresistas y los lobbies económicos, ningún gobierno serio arriesgara el apoyo de los venezolanos en su tierra a cambio de ceder con el régimen de Maduro, eso no va a ocurrir, no ocurrirá aquí en Estados Unidos y tampoco en Europa, todos los venezolanos en el exilio estamos empujando el mismo autobús en contra de hacer concesiones a los violadores de derechos humanos del régimen de Maduro.

Entonces, no habrá concesiones para Maduro y cuando haya el más mínimo intento de hacer lobbies a favor del régimen allí estaremos los venezolanos en el exilio haciendo suficiente bulla para desalentar cualquier intento de trato que no sea elecciones libres y democráticas y mantener las sanciones económicas. No queremos que el dictador se aproveche de la buena fe de los países para robarse el dinero de los venezolanos mientras mantiene su régimen de terror activo y sobre esta posibilidad de unas hipotéticas elecciones libres. Definitivamente, hay que dejar que participe el criminal de Maduro, pero de eso se trata, que no haya una guerra civil, así que podemos resolver que las elecciones estén bajo una rectoría independiente, y que tanto Maduro como sus candidatos participen, que no quede duda que de tener una rectoría electoral independiente y transparente  serán vencidos, como dicen ellos mismos los chavistas: serán reducidos a “polvo cósmico”, olvidados como un mal sueño, y es que los chavomaduristas en un escenario de elecciones transparentes no ganarían ni el condominio de sus edificios, con elecciones libres desaparecerían del mapa electoral y nadie los extrañaría. Simplemente serán un mal sueño superado.

Me despido deseándoles libertad, nos leemos en una próxima oportunidad en El Nacional.

@estebanoria

 


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