Foto: Sostenibilidad para todos[1].
Entrevista: Pablo Kaplún Hirsz

—Estamos con Antonio De Lisio, experto ambiental de dilatada trayectoria; Antonio, en el contexto de la ya  culminada COP26, mucho se criticó a los países que no han sido capaces de cumplir sus metas en reducción de emisiones de Efecto Invernadero; en cambio, hubo quienes afirmaron que Venezuela sí lo logra. ¿Qué valoración haces tú como experto?

Antonio De Lisio.

Me parece importante antes que nada poner tu  pregunta en el  en contexto de lo ocurrido en Glasgow. En el acuerdo final  de la COP 26 no se logró en el acuerdo final dejar la propuesta   de eliminar todo tipo de incentivo a la producción y consumo de hidrocarburos. Las posiciones de países como Arabia Saudita impidieron lograr el consenso necesario, y  se tuvo que aceptar la mucho menos contundente “reducción” de los incentivos, que yo calificaría de climáticamente  perversos a los hidrocarburos . Este impedimento junto con la postergación de una vez por toda de la  implementación del fondo internacional  de ayuda para los países más pobres (en este caso hay que destacar la intransigencia  de China) son las dos mayores decepciones de Glasgow. Por eso Antonio Guterres, director general de la ONU, les está exigiendo a los países más ambición frente al reto de la mitigación y adaptación climática. A la hora de esta entrevista aún no sabemos cuál fue la posición del Estado venezolano, especialmente en el asunto de los hidrocarburos. Sin embargo, a juzgar por el documento que presentó la máxima autoridad del ministerio ahora anacrónicamente identificado como “Ecosocialismo” (hay que recordar que desde el Informe Brundlnadt “Nuestro destino común”, presentado hace más de treinta años, se estableció que ni el capitalismo ni el socialismo podían dar cuenta del modelo sustentable de desarrollo que la ONU intenta propiciar); inferimos que  quienes representaron al país en la COP26 no estuvieron de acuerdo con una decisión que implica una especie de “sentencia de muerte” a los hidrocarburos, entre estos especialmente al carbón. Recordemos que el Estado venezolano no ha renunciado a la explotación del carbón en Perijá, a pesar de los conflictos sociales y ecológicos, que han llegado hasta el extremo del asesinato aún no resuelto de Sabino Romero hace 8 años.

Así  como no renuncia al carbón, en los planes de producción petrolera se insiste en la necesidad de aumentar la producción después del colapso de la actividad de Pdvsa, seguramente con una mayor apertura al capital privado nacional e internacional, utilizando la llamada “Ley antibloqueo” que, como han denunciado algunos, se convierte en un instrumento para una privatización soterrada, desordenada y brumosa.

Atendiendo a este contexto, quienes han venido afirmando que Venezuela ha cumplido con su cuota de mitigación porque está produciendo menos, no han  tomando en cuenta que se trata de reducciones indeterminadas, sobrevenidas si se quiere, utilizando un término más coloquial en el país. No se trata de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas a las que el país se comprometió en París en 2015 y reafirmó hace unos días en Glasgow.  No se trata de una discusión ni semántica. Técnica y legalmente, en función de  las NDC (Contribuciones Nacionalmente Determinadas, por su siglas en inglés[2])  actualizadas Venezuela está cumpliendo con sus acuerdos en materia de emisiones. Afirmar esto sería el equivalente a decir que los venezolanos estamos reduciendo el consumo de carne, prefiriendo los vegetales…

—Bien Antonio, tú estás informado de que antes de la COP 26 se hicieron esfuerzos por evaluar realmente lo que debió haber sido una adecuada comunicación nacional sobre Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y hubo algunas aportaciones sobre cómo está afectando la llamada crisis climática a Venezuela… se contó con algunos esfuerzos del Grupo Orinoco, de las Academias Nacionales de Ciencia, también de parte de la Asamblea Nacional de 2015. Yo quedé particularmente impactado por el reporte de una publicación  periodística:  “Pdvsa contamina más que lo que produce”. ¿Tú puedes aportar informaciones, pistas sobre qué fue lo que debió decir Venezuela ante la ya finalizada COP tanto en cuanto a su contribución en emisiones y  sobre qué hacer respecto a ellas?

Venezuela participó  junto a otros 18 países latinoamericanos en la evaluación que realizó  Programa Euroclima de la Unión Europea de la NDC en la región. Se hicieron una serie de recomendaciones para la actualización de las Contribuciones. No sabemos si los restantes países las siguieron, pero estamos seguros de que el Estado venezolano las obvió del todo por el documento que presentó en Glasgow. Uno hubiese deseado que en lugar de presentar lo que se presentó, se hubiese en estos dos años preparando un documento que diese respuesta a las recomendaciones que hicieron entonces. A continuación menciono las que refieren a las mayores carencias  que encuentro en la Actualización de las NDC del país, diferenciando los distintos ámbitos temáticos que Euroclima priorizó:

Ciencia

  • Fortalecer la implementación del Acuerdo de París al formular sus metas de   reducción, y el peak de sus emisiones de GEI, en una lógica de presupuesto de carbono
  • Las NDC debe estar basada en información cuantificable de la meta de mitigación y la argumentación de por qué se considera que esta es justa y ambiciosa

Político Institucional

  • Se debe tener en cuenta el potencial daño ambiental transfronterizo.
  • Se deben contar con los fundamentos científicos-técnicos y medios suficientes, que permitan abordar dilemas de transversalidad, redundancia administrativa  y competencias territoriales, en forma legítima y congruente.
  • Se deben crear espacios y mecanismos institucionales de evaluación, que permitan determinar el impacto de las políticas climáticas e identificar necesidades de rediseño.

Sectorial/territorial

  • Es necesario estimular las redes de gobiernos subnacionales que buscan impulsar una agenda conjunta para la promoción de iniciativas que contribuyan territorialmente a las NDC.
  • La transición climática justa necesita espacios de coordinación y generación de acuerdos con actores privados, de la sociedad civil, o sectores más sensibles a la crisis climática y a la implementación  de políticas públicas necesarias para enfrentarla.

Finanzas

  • La acción climática nacional a través de políticas fiscales y el uso eficiente de las finanzas públicas, debieran impulsar y orientar la articulación financiera multinivel de los países que los suscriban (principios de Helsinki).

Con respecto a este último punto debo destacar que en la actualización de las NDC de Venezuela se hace hincapié en que las sanciones económicas impidieron un mejor desempeño; sin embargo, si consideramos que Cuba, un país que viene denunciando hace décadas el bloqueo comercial de Estados Unidos, logró financiamiento en 2020 para reducir la vulnerabilidad frente a los huracanes, entendemos que no hay sanciones ni bloqueos para los proyectos y programas de mitigación y adaptación climática. Lo que hace falta es sustentar muy bien lo que se está pidiendo, hacer las estimaciones de base científica que Euroclima recomienda. Hasta el año pasado, solo Venezuela y Cuba eran los únicos países en la región que no tenían financiamiento internacional climático. Hoy solo quedamos nosotros. No podía ser de otra manera, apenas hace unas semanas finalmente Venezuela nombró un representante al Fondo Verde para el Cambio Climático. También como muestra del desinterés y diletantismo climático de quienes detentan el poder en el territorio nacional, hay que advertir que el anteproyecto de ley de Cambio Climático de la AN 2015 ha sido totalmente ignorado.

—Bien Antonio, muy precisa respuesta. Cuba y Venezuela son gobiernos con ideología similar, pero el primero al menos ha demostrado un compromiso en lo ambiental que lo cumple aceptablemente; en nuestro país, en cambio, no es así. Lo que queda en el Estado de mística en esta materia lo suponen los modestos profesionales empleados que sí tienen ética en su trabajo, como lo es el caso del Sindicato de Trabajadores de Inparques. La COP26, prácticamente a última hora, dejó margen para que los combustibles fósiles sigan siendo parte de la matriz energética mundial. Eso hace suponer que un país petrolero como el nuestro debe mantener algunas oportunidades de negocio. ¿Ves posible una recuperación de Pdvsa? Y en tal caso, ¿cómo sería una Pdvsa que sea rentable y que respete, los mínimos acuerdos internacionales que resultan aplicables con esta nueva normativa internacional?

—Pdvsa fue pensada para algo más que petróleo. Hablo de la Pdvsa que articulaba aguas abajo en refinación y petroquímica, tal como se pensó desde su creación después de la nacionalización petrolera el 1 de enero de 1977. Incluso se creó una Pdvsa Agrícola (Nada que ver  por supuesto con el desastre que significó  Pdval en la primera década de este siglo, que en la jerga coloquial se recuerda cómo Pudreval) para priorizar los fertilizantes que se producían en las petroquímicas para la  agricultura venezolana. En 2002 se aprobó  la Ley de Hidrocarburos Gaseosos, que dio paso a Pdvsa Gas, para ampliar la acción de la empresa en el campo de la energía. Claro que no se avanzó tanto como la empresa British Petroleum, por ejemplo, que ha incursionado hace dos décadas  en el campo de las energías renovables.  Ahora bien, en la discusión  de Glasgow sobre los hidrocarburos, hay que recordar que especialmente se señalaba el carácter altamente contaminante del carbón, el hidrocarburo más sucio. Sabemos que en cambio el gas es el más limpio, tanto que en el Acuerdo de Cambio Climático de 1991 se propicia la sustitución de petróleo por gas.

Creo que el gas puede ser privilegiado como el hidrocarburo de la transición de la era de las  energías fósiles a las renovables. Recordemos que inclusive el transporte automotor, sobre todo público,  a base de gas está siendo asumido en varias ciudades del mundo como opción para bajar las emisiones de GEI urbanas. En América Latina, México aprobó en 2014 una ley de transición energética climática basada en la sustitución de petróleo por gas. Inclusive se plantearon allá renovarse a petroquímicas basadas en gas (Lástima que el presidente López Obrador, retrocedió y volvió a priorizar al petróleo).

Recordemos que Venezuela, después de Estados Unidos tiene las mayores reservas de gas convencional en América.  Con el aprovechamiento de gas, además de poder atender mercados de países vecinos como Trinidad y Tobago y Colombia, podríamos desarrollar en Venezuela  todas opciones de gran interés social, transporte público, gas doméstico, suministro eléctrico etc. También en la ruta del cumplimiento de las NDC del país, seguramente esta valoración de gas nos permitirá cumplir con nuestro compromiso suscrito en París y ratificado en Glasgow de acabar con el venteo de gas. En fin, ojalá que esta flexibilización del acuerdo final de la COP26, nos permita recuperar las dos décadas perdidas de una transición energética climática a la venezolana, optimizando el gas y  explorando las fuentes renovables. En este escenario Pdvsa, tal como lo plantea desde un principio la ley de gas de 2002, será un ente de regulación y coordinación en representación de la nación, y agrego yo, espacialmente en los proyectos que se puedan generar “aguas abajo” para atender las demandas clave de movilidad y energía de la población, y dejando como si está establecido en el texto legal, que   la explotación gasífera queda en manos de privados.

 

 

[1] Fuente foto: https://www.sostenibilidad.com/cambio-climatico/que-son-ndcs-importantes-frenar-cambio-climatico/?_adin=02021864894 Ver:

[2] Las NDCs son compromisos que los países miembros de la Conferencia de las Partes han aportado voluntariamente tras la firma del Acuerdo de París con el objetivo de reducir la emisión de gases de efecto invernadero.


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