El pasado 17 de este mes de abril fue publicado un comunicado oficial del gobierno revolucionario de Venezuela en el que se registran “perlas” que vale la pena analizar con detenimiento. La nota en cuestión se inicia reconociendo los esfuerzos del actual presidente del gobierno colombiano, Gustavo Petro, al convocar la “Conferencia Internacional sobre el Proceso Político en Venezuela”, el próximo 25 de abril de 2023, con el propósito fundamental de abrir espacios para promover el diálogo entre los venezolanos.
En posición de víctima mancillada, la dictadura criolla manifiesta que se podrá avanzar en el diálogo político entre los venezolanos cuando se hayan anulado todas las medidas coercitivas y unilaterales aplicadas al país, las cuales, según el conductor de Miraflores, son contrarias al Derecho Internacional. En el comunicado en cuestión no se hace mención alguna a las arbitrariedades y crímenes a granel que, por instrucciones emanadas del más alto nivel revolucionario, se han ejecutado por funcionarios represores en contra de indefensos opositores y periodistas que se limitan a cumplir con su obligación de informar. Tampoco allí se hace alusión alguna al deterioro económico que se vive en el país, el cual se inició con el alto número de despidos de funcionarios honestos y calificados de Petróleos de Venezuela y continuó con expropiaciones a granel -como ocurrió con innumerables haciendas productivas-, las cuales se llevaron a cabo por venganza y se administraron de la forma más perversa que se pueda imaginar.
Por esas cosas de la vida, dos días después del referido comunicado, sale a la luz un interesante artículo del periodista y escritor Sebastián de la Nuez en el que se abordan los atropellos sufridos por una colega periodista venezolana y que se inicia así:
Andreína Flores, en representación de Radio Francia Internacional y RCN Radio de Colombia, le hizo una pregunta al presidente Chávez, el 28 de septiembre de 2010, que le ha dejado una marca de por vida. Desde entonces y hasta hoy cuando vive en Francia, Flores es acosada, vilipendiada y amenazada diariamente por los furibundos seguidores del comandante fallecido en 2013. O son gente muy consecuente con su memoria, o alguien todavía les está pagando por ese trabajo.
Colocarse la dictadura venezolana en posición de víctima inocente e inmaculada no es más que burda demostración de perversión y truhanería. Dicho lo anterior, lo que realmente nos interesa destacar es que, cualquiera sea la posición que los venezolanos contrarios a la revolución bonita tengan frente a Petro, hay que agradecer a este último su intervención equilibrada al buscar acuerdos democráticos entre los dos grupos en conflicto.
Lo que le hicieron a Andreína no tiene perdón. Su viacrucis es la mejor evidencia del nivel de perversión de una revolución que ya no tiene nada que decir ni evidenciar. Todos, dentro y fuera del país, saben lo que tienen antes sus ojos: la barbarie en su concepción más primitiva y perversa. La premeditación y la alevosía son sus emblemas.