«El temor a equivocarse está en tensión con la necesidad y el deber de participar en la construcción de sentido para el comportamiento de los actores sociales…Pero más riesgoso es el silencio y la ausencia de debate«. Juan Carlos Tedesco. Educar en la sociedad del conocimiento.

Estuve allí el pasado lunes 14 de octubre, en el Aula Magna de la UCV; en ese simbólico e impactante recinto donde no podemos estar sin que nos embarguen esos bellos sentimientos y emociones de toda una vida compartida con aquella que es propia de una institución que ha significado y sigue significando tanto para los universitarios y para nuestro país. Un emotivo acto en defensa de la universidad autónoma se llevó a cabo ese día, el cual contó con una extraordinaria asistencia y la presencia entusiasta de diversos actores representativos de la vida universitaria, educativa y política de diversos puntos del territorio nacional. Un acto signado por el compromiso unitario de defensa de nuestras universidades y de su autonomía, ante las pretensiones de un régimen usurpador y depredador que amenaza con secuestrar y arrodillar a esas instituciones para ponerlas a su servicio.

Los interesantes planteamientos expuestos en esa multitudinaria asamblea, cargados de aliento y esperanza, necesitan traducirse ahora en acciones concretas y bien articuladas, en una hoja de ruta con unidad de propósitos para la organización y movilización de los diferentes sectores en cada universidad y en el conjunto de ellas en el ámbito nacional; en vinculación estrecha, por supuesto, con las diversas organizaciones e instituciones que en el país y fuera de él hacen denodados esfuerzos en la lucha por sacar a Venezuela de la espantosa tragedia en la cual se encuentra hoy.

El carácter esencial de esa hoja de ruta, pensada para un movimiento universitario nacional lo suficientemente cohesionado en una sola voz, ha de ser la reafirmación autonómica, y su norte la convocatoria a elecciones de autoridades universitarias por las instancias competentes en un plazo perentorio de 3 meses, basándose en lo estipulado en el artículo 109 del texto constitucional y en el articulado de la vigente Ley de Universidades.

Sin duda, es un reto inmenso. Un gran desafío para el cual hemos de prepararnos en conciencia y a conciencia, a fin de darle respuesta adecuada tanto desde el punto de vista individual como de manera colectiva. Esa preparación comienza por reconocer con claridad a lo que nos enfrentamos, que no es otra cosa que el riesgo de una mayor intervención de las universidades por la vía de la sentencia 0324 del ilegítimo Tribunal Supremo de Justicia; y, desde luego, por reconocer también las nefastas consecuencias de esa intervención de mayor calado para nuestras casas de estudio y para el país en general. El lema de la Cátedra de Derecho Constitucional de la UCV es bastante elocuente al respecto: “La República se juega en la batalla por la Universidad”.

@eleazarnarvaez


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