Pactemos nuestro futuro con eficacia y sin temores. La responsabilidad de asegurar el bienestar de Venezuela y los venezolanos recae en todos nosotros. Y ese bienestar depende de lo que hagamos por llevar nuestro sistema educativo al nivel que se requiere para entrar en la dinámica del mundo de hoy. Quedarnos a la cola en materia educativa significa quedarnos fuera de la historia.

La actual necesidad de recuperar nuestra democracia no debe distraernos de un asunto tan crucial. Pero para abordarlo con la urgencia que reviste, primero tenemos que elevar el nivel del debate. Debemos rechazar la descalificación y el aislamiento, y en su lugar abogar por un diálogo pacífico, exento de estridencias, que promueva el bienestar de todos los ciudadanos, sin exclusiones, en un ambiente de convivencia para establecer algunos preacuerdos sobre el futuro de nuestra educación.

Es necesario que pongamos nuestro esfuerzo en buscar lo mejor para nuestra juventud, actuando con un sentido de responsabilidad histórica. El destino de nuestro pueblo está en juego y no podemos permitir que la controversia política nos sumerja aún más en la pobreza y nos aparte de nuestras obligaciones como líderes.

La política debe estar impregnada de contenido humano y social. Busquemos consenso en los grandes temas que nos preocupan como nación, sin importar afiliaciones políticas. Venezuela pertenece a todos y mejorarla es responsabilidad de toda la población. La educación es un vehículo fundamental en la lucha por una vida mejor para nuestros ciudadanos y para el país en su conjunto. Debemos dejar de favorecernos tanto material como espiritualmente y empezar a buscar los mejores ejemplos de plataformas educativas modernas y eficientes.

Sigamos algunos ejemplos de logros en el mundo moderno, busquemos asesoría de todas las experiencias que existan, preparemos a nuestra gente, a nuestra juventud, que es el mañana y es nuestro futuro. Tengamos como referencia a países como Estados Unidos, Japón, Singapur, Finlandia, Chile y Costa Rica, que son líderes en sus sistemas educativos, y asumamos el compromiso de avanzar y buscar ayuda, tanto humana como tecnológica, para darle a este problema una solución de altura.

Me gustaría resaltar un ejemplo específico: ESMT Berlín, una universidad en Alemania fundada en 2002 por 25 empresas líderes a nivel global. Es un modelo exitoso que nos enseña que podemos convocar a nuestro sector empresarial para crear instituciones de ese calibre como inspiración para explorar alternativas innovadoras que nos permitan establecer espacios de alta calidad educativa en nuestro país. Pero tomemos consciencia de que no basta con tener un excelente modelo, sino que hay que darle un piso fuerte mejorando las condiciones socioeconómicas.

Es crucial trabajar para mejorar las condiciones de vida de nuestros maestros y profesores en todas las instituciones educativas, tanto públicas como privadas. Al mismo tiempo, hay que abordar el problema de la alimentación, ya que una juventud y una población desnutridas son un obstáculo significativo para el progreso del país. Es imperativo que nos enfoquemos en desarrollar soluciones integrales para estos dos importantes temas: educación y alimentación. Al hacerlo, podemos esperar ver resultados positivos en el futuro cercano, en los cuales todos estamos involucrados.

La piscicultura y la acuicultura marina se presentan como herramientas clave para la producción de alimentos en nuestro entorno marino. Debemos aprovechar las oportunidades que ofrecen estas prácticas para garantizar la seguridad alimentaria de nuestra población. En la actualidad, la pesca tradicional en nuestras comunidades ha alcanzado su límite de producción, mientras que a nivel mundial la meta es superar la extracción de la pesca tradicional mediante el desarrollo de la piscicultura y la acuicultura marina.

En Margarita, en 1974, se dio inicio a un ambicioso programa de cultivo marino de peces, mejillones y camarones, en colaboración entre la Universidad de Oriente y la Gobernación de Nueva Esparta. Paralelamente, se estableció una escuela de ciencias aplicadas del mar para fortalecer la piscicultura marina. Se construyeron los primeros estanques para el cultivo de camarones y una planta de tecnología de alimentos en Boca del Río, todo ello bajo la supervisión y dirección científica de mi gran amigo, el doctor Fernando Cervigón, un destacado experto en biología marina.

Estos avances llevaron a la creación de la urbanización Augusto Malavé Villalba en los alrededores de este complejo educativo de la Universidad de Oriente, en colaboración con la Gobernación del Estado Nueva Esparta, así como la posterior construcción del Museo Marino que lleva el nombre del doctor Cervigón. Este museo rinde homenaje a este eminente científico, cuya dedicación y contribuciones han beneficiado enormemente al estado, aunque lamentablemente, aún se necesitan recursos para su conclusión.

En mi condición de presidente de la Comisión de Energía del Senado, me encargué de realizar las gestiones necesarias para asegurar la finalización del museo, utilizando los recursos que generosamente nos otorgó la empresa Lagoven. Además, Fernando Cervigón fue una figura emblemática para nuestros pescadores y para el desarrollo de la educación superior en la región. En la actualidad, Margarita cuenta con su Universidad de Oriente y la reconocida Universidad de Margarita (Unimar).

Con estos análisis y considerando las proyecciones mundiales para el 2030, se espera que la producción de carne de pescado, moluscos y algas marinas supere la captura tradicional en todo el mundo. Esto será posible gracias al desarrollo de la piscicultura, lo que nos permite ser optimistas respecto a la posibilidad de alimentar a la población mundial desde el mar, aprovechando recursos como lagos, lagunas, estanques y jaulas. Actualmente, la experiencia y la tecnología a nivel mundial se centran en países asiáticos como China, Japón, Taiwán, Tailandia y Filipinas. Del mismo modo, países como España, Francia, Reino Unido, Noruega, Ecuador, Perú y Escocia han logrado éxitos significativos que respaldan nuestra propuesta.

Es fundamental invertir en educación y tecnología para mejorar la producción acuícola y otras áreas en nuestro país. Tomemos como referencia los éxitos de otros países en este campo y adaptemos esas experiencias a nuestras necesidades y recursos.

Impulsemos nuestro país con propuestas educativas de primer nivel, acompañadas de profesionales altamente calificados y debidamente reconocidos social y económicamente, permitiéndoles dedicarse plenamente a la formación de nuestra juventud. Dotemos a nuestras universidades, tanto públicas como privadas, de tecnología puntera que fomente la excelencia y la competencia. Recordemos siempre que la educación es el pilar fundamental de nuestra nación, honrando el legado de nuestros antiguos maestros cuyo ejemplo perdura y seguirá influyendo en las generaciones futuras.

La inteligencia artificial representa una revolución tecnológica de gran magnitud. Aún tenemos la oportunidad de implementar un sistema educativo de vanguardia que incorpore esta innovación. Además, es esencial que, a nivel personal, fomentemos el diálogo respetuoso y admirativo por nuestra amada Venezuela. No debemos desaprovechar el tiempo; ignorar la urgencia de abordar el hambre y descuidar la educación sería retroceder en lugar de seguir el legado de nuestros valiosos maestros como: Simón Rodríguez, Andrés Bello, José María Vargas, Francisco Antonio Rísquez, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Rosalio Castillo Lara, Raimundo Verde Rojas, Padre Gabriel Figuera, Jesús Manuel Subero, Otilia Ramos, Filomena Acosta, Napoleón Narváez, Isabelita Martínez, Alberto Heredia Piñerúa, Lolita Velásquez, Padre Luis Arismendi, Padre Machín Barrena y Fernando Cervigón.

Es el momento de unirnos y transitar juntos el camino hacia la reconciliación, que es el camino hacia un futuro prometedor.

 


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