Hace más de un año que empecé a escribir sobre la Unión de Repúblicas Socialistas Suramericanas, o como me gusta llamarla, la nueva URSS. En aquel entonces, Pedro Castillo era el presidente y el panorama era bastante distinto al actual. Permítanme recapitular.

El Perú, tras el embrollo del intento fallido de Castillo, cambió de mandatario, depositando a Dina Boluarte como presidenta. La presidenta rosácea no encuentra acogida ni en las filas de la derecha ni en las de la izquierda. No obstante, la situación se percibe menos complicada que en el tiempo del «prosor».

Bolivia sigue en las mismas, rojos como siempre al igual que Venezuela. La dictadura comunista de Maduro sigue haciendo de las suyas para mantenerse en el poder «democráticamente» mientras busca inhabilitar a todo candidato opositor como María Corina Machado. Brasil abandonó a la derecha cuando optó por votar por Lula, siendo la izquierda «mejor parada» de este bloque.

Colombia rechaza a Petro, quien enfrenta una avalancha de desaprobación. Tanto él como Francia Márquez están envueltos en varios escándalos, como el de Barbie hace casi un mes. Además de haber sido delatado por su hijo Nicolás Petro, detenido por lavado de activos, quien afirma que ha recibido más de 600 millones de pesos por parte del narcotráfico para financiar la campaña de su padre. Es decir, todo apunta a que Colombia vuelve a ser un narcoestado, en el cual las masacres son cosas del día a día.

Hasta ahí, la URSS casi no ha cambiado desde la última vez que escribimos sobre ella en noviembre.

Uruguay y Paraguay, fielmente, siguen desafiando la corriente de la URSS. Lacalle continúa liderando con un enfoque derechista en la nación charrúa, mientras que, en Paraguay, Santiago Peña emergió como vencedor en las elecciones de este año, reafirmando el «Este ideológico» de su país.

El primer cambio notable está en Chile. Después de la debacle del gobierno de Boric y de su intento por una constituyente, el Partido Republicano de la mano de José Antonio Kast ahora toma las riendas. Chile le ganó a un gobierno fracasado, según Kast. Este episodio podría posicionar a Chile como uno de los primeros en alejarse de la órbita de la URSS.

Mientras que Ecuador, país que no estaba dentro de la ecuación, parece encaminarse a ser la nueva adquisición de este bloque socialista. Los resultados de la primera vuelta no son alentadores. Luisa González lidera y es probablemente la favorita para reemplazar a Lasso. Una candidata correísta que en realidad no es más que un títere del verdadero candidato: Rafael Correa. En tanto, la oposición no enciende la llama de la esperanza, con Daniel Noboa, un candidato autodenominado como «centroizquierda», emergiendo como el «mal menor».

La verdadera debacle para la Unión tiene nombre y apellido: Javier Milei. Para muchos, ya es quien ocupará la silla en la Casa Rosada. El hombre que ha causado furor en la última semana y que promete regresar a Argentina a lo más alto del continente, con propuestas que muchos países están comenzando a envidiar.

Numerosos corazones laten por Milei.

Desde mi perspectiva, Patricia Bullrich también merece un espacio de consideración. Sin embargo, lo innegable es que el kirchnerismo está en retirada. Dado que lo más probable es que Massa sea derrotado por cualquiera de los dos candidatos de derecha.

Ese es el panorama actual de la Unión de Repúblicas Socialistas Suramericanas, la cual, si bien se ha reforzado en los últimos meses, poco a poco se va desmoronando y desbaratando en una Suramérica que parece haberse cansado del socialismo y de sus representantes.

¡Viva la libertad, carajo!

Artículo publicado en el diario El Reporte de Perú


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