Es conocido que el corcho es el único material que reúne casi totalmente las características ideales que proporcionan un correcto tapado de las botellas para vino, además de ser un producto de fácil descomposición en el ambiente.

Qué debemos hacer cuando estamos en un restaurante y el personal de servicio nos abre la botella de vino elegida, nos entrega el corcho y espera la cata y aprobación del vino.

Primero verificamos que la botella y cosecha de vino sea la que pedimos. Luego evaluaremos el corcho; al tacto verificamos su textura, el corcho correcto deberá ser ligeramente flexible, debe estar impregnado y hasta manchado por el vino, lo que indica que la botella fue almacenada en posición horizontal. Al estar en posición vertical, con el tiempo, el corcho se seca, se encoge y se vuelve rígido y quebradizo, permitiendo la entrada de aire, que oxida el vino y bacterias acéticas, que pueden avinagrarlo.

Luego olemos el corcho, debería oler a corcho y a vino; olores impuros, como a guardado o a moho, pudieran ser del corcho degradado que, al transmitírselos al vino, producen el defecto de “vino acorchado”. El corcho absorbe tanto los buenos como los malos olores del vino; olor a vinagre, fácil de detectar, así como muchos olores impuros de oxidación y vejez, no son del corcho, son del vino en mal estado, por lo cual podemos rechazar esa botella.

Para iniciar la cata, solicitamos nos sirvan una pequeña cantidad del vino en la copa; su aspecto, deberá ser brillante, sin turbidez, de color dorado pálido en caso de ser blanco joven; cuando es dorado intenso, de tonos ambarinos, con excepción de algunos vinos Albariño, Chardonnay, vinos de guarda y dulces licorosos, el vino puede estar deteriorado y en mal estado. Si es tinto, deberá ser de color violeta, rubí o granate; cuando tenga tonos marrones en sus bordes o en su interior, está deteriorado por oxidación o por vejez.

Al olerlo, antes y después de agitarlo, no debe tener olores impuros, como los ya mencionados. Además, al gusto, el vino debe estar equilibrado en sus sabores y estructura, ni agresivo ni aguado.

Al estar en correctas condiciones y poseer las características del tipo de vino que elegimos, lo aprobamos para que el personal lo sirva y lo podamos disfrutarlo a plenitud.

Este proceso lo debemos hacer también en casa, para verificar la calidad de cada botella de vino, antes de servirlo, para satisfacción nuestra y como anfitriones.

@guillermo.vargasg


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