Un día como el lunes (16 de noviembre) pero de hace ochenta años el gueto de Varsovia quedaba cerrado y cualquier judío que estuviera fuera podría ser fusilado. En la película El pianista (Roman Polanski, 2002) se reconstruye paso a paso en pocos minutos cómo los alemanes, desde que vencen al ejército polaco en septiembre de 1939 y ocupan el país, van aplicando en Varsovia lo que hicieron en Alemania pero en menos tiempo y con mayor violencia (apartarlos de toda actividad y espacio, identificarlos con el brazalete con la estrella de David, etc.). Hasta que deciden encerrar a 400.000 personas en una reducidísima zona de la ciudad. Lo que no se ve en este filme sobre las acciones de los ocupantes nazis sí se observa en La lista de Schindler (Steven Spielberg, 1993), y me refiero al hecho de obligarlos en octubre de 1939 a dirigirse a las ciudades a registrarse ante las autoridades germanas hasta que los recluyen en el gueto de Cracovia (20 de marzo de 1941) junto a la acción de los “Judenrat” (consejos judíos) que colaboran en todo el proceso. El saqueo de sus casas y bienes es representado muy bien cuando a una familia rica se le quita su gran apartamento y se lo dan a Oskar Schindler. La Europa ocupada por el Estado policía nazi (explicado en nuestro artículo de la semana pasada) aplicaba el terror de un gran sistema de campos de concentración y guetos, pero en muy diferentes grados. En todo caso, los judíos del Este eran los que padecían el mayor grado de terror y crueldad.

En segundo lugar estaban los eslavos (los polacos sin ninguna mezcla germana) que padecerán también el “Nuevo Orden” de Adolf Hitler para Polonia basado en su idea de “Lebensraum” (espacio vital que adquiriría en el Este) para lo cual debía llevar a cabo un proceso de “limpieza étnica” que implicaba “una política deliberada de hambre, deportación y asesinato” (Laurence Rees en el documental de 1997 de la BBC: The Nazis. A warning from history y en (2017): El Holocausto. Las voces de las víctimas y los verdugos). Los 2/3 del territorio polaco que quedaron en manos del Tercer Reich (el otro tercio fue invadido por la Unión Soviética) fueron divididos en tres partes. Las dos que limitaban con el Este de Alemania y Prusia Oriental serían anexionadas de inmediato y germanizadas; y la región al sureste en torno a Varsovia que llamaron “gobierno general” sería usada (en palabras del Führer) como el “cesto o vertedero de la basura” donde se enviarían todas las razas inferiores pero también como depósito de una fuente de mano de obra esclava.

A este lugar, desde octubre de 1939 hasta finales de 1940 (tiempo que estamos examinando en este artículo), se trasladaron más de 350 mil personas las cuales simplemente se las sacaba de sus casas y se las montaba en trenes para transportar ganado y se les lanzaba en las estaciones con el correspondiente saqueo de sus bienes. Pero en medio de este horror con los judíos (que eran 3 millones en Polonia y a los que poco a poco se irían sumando primero los del Reich y después los de todos los territorios ocupados europeos) se les encerró en guetos transitorios mientras se encontraba una “solución final” que para este momento no era gasearlos en campos especializados sino una muerte lenta en el encierro en unas pocas cuadras de las ciudades hasta que se les pudiera expulsar. De esa forma con la guerra se multiplicó el sistema de campos de concentración nazi en Alemania a toda Europa pero muy especialmente en el Este con guetos y todo tipo de prisiones. De este sistema se pensaba que existían alrededor de 7.000 pero la investigación que se está llevando a cabo en este momento (desde el año 2000) por el Center for Advanced Holocaust Studies del United States Holocaust Memorial Museum (USHMM) para crear la Encyclopedia of Camps and Guettos, 1933-1945 (hasta ahora se han publicado 3 tomos) han contabilizado ¡42.000 espacios de reclusión de todo tipo! El mayor Estado policía de la historia de la humanidad.

Y el horror no se reducía a esto, porque al empezar la guerra con la invasión de Polonia se crearon 2.000 “Einsatzgruppen” (lo que se traduce como grupos operativos pero que se ha comprendido como grupos de exterminio) de la SS, los cuales seguían a la Wermacht y se dedicaban a asesinar a “elementos hostiles” lo cual va desde la élite del país (toda alta autoridad pero también intelectuales, sacerdotes, judíos y cualquiera que se considerara “hostil” o que la población alemana o no acusara de no colaborar con el ocupante o simplemente querían vengarse. En menos de un mes asesinaron a más de 16.000 personas. La diferencia con la invasión y ocupación de los países considerados arios es del Cielo a la Tierra. No quiere decir que no fusilaran rehenes o el que se resistiera (que en Francia en el total de la guerra fue un número impresionante: 40.000 aproximadamente), pero es evidente que el trato es muy diferente. Otro ejemplo para concluir: el 11 de noviembre pasado se cumplieron 80 años de una protesta de jóvenes estudiantes liceístas y universitarios parisinos en el Arco del Triunfo y aunque fueron reprimidos no hubo un solo fusilamiento, en el Este habría significado una masacre.

En lo que respecta a Alemania los judíos que quedaban fueron agrupados en pequeños sectores de la ciudad pero sin que fueran cerrados, dependiendo de varias condiciones pudieron sobrevivir como fue el caso de Victor Klemperer que estaba casado con una mujer aria. En su diario cuenta que desde el principio de la guerra empezó el racionamiento de comida y energía. Sobre el tema de los prisioneros de guerra de nuevo el mismo criterio: en el Este nunca fueron liberados y morirían poco a poco la mayoría, en los países ocupados fueron liberados salvo los franceses que se hizo de manera gradual solo los soldados que aceptaban ser leales al régimen de Vichy. Eran 2 millones y los que se mantuvieron encarcelados fueron obligados a trabajar. Británicos (40.000 aproximadamente capturados en diversos lugares pero especialmente en Dunkerque) se mantuvieron en prisión porque todavía se mantenía la guerra con el Reino Unido. La esclavitud de muchos hombres no combatientes de casi todos los territorios ocupados comenzaría en los años siguientes no en 1940.

En nuestra próxima entrega revisaremos los aspectos del espionaje y la resistencia desde 1939 hasta finales de 1940. Los temas tratados en la entrega de hoy y la anterior será otra vez examinado pero cuando se cumpla el 80 aniversario de un hecho fundamental en 1941 y una revisión general de ese año a finales de 2021 si Dios nos da salud y vida. Les recordamos que siempre estamos atentos a sus críticas, consejos y aportes.

 

 


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