Incógnita interesante que vale la pena comentar. Luego de leer, refrescar conocimientos e investigar, sin mayores detalles de profundidad podemos comentar. Se estima la deuda pública de Estados Unidos en 19 billones de dólares, a lo que habría que sumar 6 billones de dólares de sus propias agencias, para un total de 25 billones de dòlares, (cifras aproximadas). A lo anterior, habría que añadir el gasto inmenso por causa del coronavirus. El año 2020 será uno de los más gravosos en la historia estadounidense.

En porcentaje del producto interno bruto (PIB), a la respuesta del coronavirus ha llevado el gasto gubernamental a sus niveles más altos desde la Segunda Guerra Mundial (el evento más oneroso en la historia de Estados Unidos).

Hay que comprender, el gobierno no sigue las reglas de las finanzas familiares. Razón importante de la deuda norteamericana con los mercados globales. Tanto empresas privadas como gobiernos utilizan valores estadounidenses como forma de almacenar capital, invirtiendo en bonos del Tesoro, letras y pagarés. Los adquieren como fuente de dólares, que funciona como moneda reserva del mundo. Poseer, vender, cobrar los intereses garantiza un seguro y fácil acceso a los dólares.

Factor (entre otros) que hacen a los instrumentos de deuda esenciales para la banca y negocios globales. Para que sigan funcionando, deben seguir existiendo. Si Estados Unidos pagara su deuda, no habría bonos del Tesoro, en consecuencia, no generarían intereses ni almacenarían valor. Una de las principales razones por las cuales obtienen tasas de interés favorables.

Quienes compran deuda estadounidense lo necesitan tanto como Estados Unidos. No es declaración normativa sobre el valor de pagar la deuda. Tampoco argumento de política sobre si debería cancelar o cuánto amortizar. La trascendencia compleja de lo planteado sobre el compromiso es confusa, enmarañada y está más allá del alcance de este artículo, pero también es muy real.

Es un acto de finísimo equilibrio y el resultado es que Estados Unidos pagará parte de su deuda, pero las finanzas globales dependen de que nunca la solvente en su totalidad.

El reembolso a través de la política fiscal significa reservar una parte del presupuesto y usarlo para realizar pagos de capital e intereses. Para hacerlo, habría que encontrar dinero para gastar en el servicio de la deuda. Y como el gobierno no ha tenido superávit presupuestario desde 2001, requeriría una de dos cosas:

Alzas de impuestos. Principal forma de ingresos, y la mayoría provienen de las ganancias personales y corporativas. Al aumentarlos, el gobierno acrecienta sus entradas. La otra forma de gestionar déficit es a través del gasto. Al reducirlo, cierra la brecha entre lo que recibe y gasta.

Política monetaria (impresión de dinero). En lugar de aumentar impuestos para generar ingresos, simplemente se crea el dinero que utiliza para saldar acreencias. En el caso de Estados Unidos que toman prestados en su propia moneda, pueden crear a voluntad, no es posible que incumpla su deuda, excepto por elección propia. La gestión de la deuda monetaria no es común en Estados Unidos, pero tampoco desconocida; durante la Gran Recesión, la Reserva Federal lo hizo.

El fantasma de la inflación. Al crearlo, se introduce capital adicional en el mercado, en ciertas condiciones suele ser positivo, y pasar inadvertido. Una economía puede absorber más dinero con poco o ningún impacto. No obstante, si es demasiado, creará un desequilibrio entre el poder adquisitivo de los consumidores y la capacidad para producir nuevos bienes y servicios. Cuando sucede, comienza un ciclo inflacionario, elevando precios y erosionando el valor de los ahorros. Difícil de detener una vez que comienza, razón por la cual los encargados de formular políticas tienden a ser extremadamente cautelosos.

Si la inflación erosiona, también elimina deuda. Una de las características del ciclo inflacionario es que mientras el valor del dinero baja, el principal de la deuda permanece igual. Lo que hace más fácil costear la deuda a medida que pasa el tiempo. Un ejemplo: la última vez que tomó prestado para sufragar una crisis fue después de la Segunda Guerra Mundial y la inflación desempeñó un papel clave para hacer que la deuda desapareciera.

No debe confundirse con un argumento formal o político sobre si Estados Unidos debería pagar la deuda nacional. Sin embargo, es importante comprender este problema en su contexto. Se puede pagar la deuda a través de la política fiscal o hacerlo a través de la política monetaria. Sin embargo, se deben equilibrar las opciones con realidades de que el valor se erosionará con el tiempo y que el sistema financiero global necesita algo de la deuda estadounidense para sobrevivir.

¿Cómo va a pagar Estados Unidos por todo esto? No lo hará.

@ArmandoMartini

 


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