La semana pasada en el programa Día a Día de César Miguel Rondón que se transmite de Miami, este se refirió a dos piezas publicitarias que con motivo de las primarias de la oposición presentaron los precandidatos Juan Guaidó y Henrique Capriles.

De ambas piezas, Rondón fue crítico señalando su naturaleza “esencialista” en el sentido de que lo planteado en dichas “cuñas” no se sintoniza con la realidad del país hoy y por supuesto de las necesidades y precariedades con las que vive el venezolano hoy día.

Según Rondón la pieza presentada por Capriles está mejor realizada publicitariamente. El lema, se supone que de lo que sería la campaña de Capriles es “volver a encontrarnos”: en ella se ve a gente abrazándose, gente que arrastra maletas sobre la alfombra del aeropuerto de Maiquetía, obra de Cruz-Diez, que se erigió en símbolo de despedida de miles de venezolanos que todavía podían salir por los aeropuertos nacionales. En este caso, la pieza publicitaria de Capriles la muestra no para irse del país sino que se pisa regresando al país.

Por su parte, la propaganda presentada por Juan Guaidó plantea la recuperación de la democracia y remite a la lucha política contra el régimen madurista, enmarcada dentro de la oposición democracia versus dictadura.

Es posible que en el país donde más de 90% es pobre y más de 70% vive en condiciones de pobreza crítica, en condiciones literalmente miserables ambas piezas no den cuenta de la terrible situación de “la barriga” de la gente, pero es una exageración decir que ellas no apuntan a problemas que hoy vivimos los venezolanos.

La pieza presentada por Capriles nos habla del reencuentro de los venezolanos, de la necesidad de recuperar la comunidad de destino que éramos y que el chavismo liquidó, dividiendo al país, a la familia, que destruyó las redes de sociabilidad construida durante los 40 años de democracia y libertad que caracterizó al país desde 1958 hasta 1998 que marca el período que el chavismo bautizó peyorativamente como “democracia puntofijista”.

Con respecto a la pieza publicitaria de Guaidó, de verdad, no cabe pensar que dicha pieza no es pertinente porque no toca el problema de la situación económica, sino que remite exclusivamente a los estropicios políticos generados por la dictadura.

Si dicha pieza no recoge los sentimientos y el sentido del venezolano que no entendió el valor de la democracia ha sido en parte porque durante 40 años la vieja dirección política (y la nueva también) fueron incapaces de educar al venezolano sobre el valor de la democracia y como esta debió ser protegida de las amenazas que finalmente la erosionaron.

Así que estimo que la pieza de Guaidó remite a un debate que debe ser retomado, esto es la lucha de la democracia contra la dictadura.

En lugar de quejarme por las supuestas ausencias de tales piezas de propaganda, me gustaría celebrar que cada uno de los precandidatos que se presenten en las primarias para escoger al candidato que se enfrentará a Maduro, presenten sendas piezas publicitarias que abarquen el enorme abanico de problemas y cuestiones que el chavismo ha producido en estos 20 años, incluyendo la precariedad en la que nos hemos instalados los venezolanos durante estos veintitantos años que destruyeron nuestra calidad de vida. Celebraría la aparición de piezas o cuñas publicitarias que, también, pongan su acento en la necesidad de disipar el odio que Chávez inoculó en la sociedad venezolana, piezas que acaben con la atmósfera de violencia, de miedo y desesperanza que nos acompañado desde 1992 hasta hoy.

Hay todo un mundo de calamidades y estropicios en el país que pueden ser temas que nos movilicen en una campaña electoral…. solo que, luego, cuando haya terminado el proceso electoral de primarias y se elija el candidato, entonces hay que pensar en lo único que no se podía haber dejado de pensarse en este largo y penoso periodo, esto es, en la unidad.


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