Tarek William Saab se convierte en cómplice de un grave delito que no prescribe, al ocultar deliberadamente al país los hechos reales del vil asesinato del concejal Fernando Albán a manos de funcionarios del Sebin, la tenebrosa policía política. Sorprendió la rapidez con la cual el ilegítimo fiscal al servicio de la dictadura –designado por la ilegal asamblea constituyente– se apresuró en calificar como “suicidio” este alevoso crimen sin una investigación previa, al suministrar declaraciones al canal propagandístico del régimen.

El susodicho aseguró que “el ciudadano Albán solicitó ir al baño, y estando allí se lanzó al vacío desde un piso 10”. Dos días después, y con el mayor de los descaros, afirmó ante los periodistas que “aquí nunca se ha dicho que se lanzó desde el baño”, y refirió de seguidas que lo hizo desde una ventana panorámica de uno de los pasillos del piso 10. El ministro Reverol también dio su versión que contradice estas afirmaciones, y es que ni siquiera en la mentira se ponen de acuerdo.

Maduro es el responsable directo de este crimen atroz a manos de los psicópatas despiadados de ese cuerpo represivo, así como lo es también de la muerte de Franklin Brito, de Rodolfo González, de Óscar Pérez y sus compañeros víctimas de la masacre de El Junquito, de las decenas de estudiantes asesinados, de los niños que mueren de hambre, de los venezolanos que fallecen por falta de medicinas. Esos también son crímenes de lesa humanidad.

Lo cierto del todo es que nadie tiene dudas de lo ocurrido. Fernando Albán fue asesinado y quieren aparentar un suicidio. El artículo 43 de nuestra Constitución Nacional establece que el derecho a la vida es inviolable. “El Estado protegerá la vida de las personas que se encuentren privadas de su libertad…”. Sin embargo, este instrumento legal es letra muerta para Miraflores, y ha sido mil veces violado por los jerarcas del régimen, comenzando por su cabecilla. Ahora pretenden crear una nueva Constitución para darles carácter legal a todas sus tropelías y desafueros.

Antonio y yo tuvimos ocasión de hablar con Fernando Albán el pasado 18 de septiembre en Nueva York, en ocasión de la 73 Asamblea General de la ONU en la cual, en el marco de este evento, seis países decidieron respaldar la denuncia ante la Corte Penal Internacional de La Haya contra el régimen de Maduro por crímenes de lesa humanidad. Compartimos con él la misma angustia que nos embarga a todos los venezolanos y los deseos de ver pronto a nuestro país libre de las cadenas opresoras.

Era un abogado poseedor de nobles y muy afianzados principios democráticos, con una limpia y brillante trayectoria pública. Un hombre de fe, con firmes y arraigadas convicciones religiosas. Fue elegido concejal del municipio Libertador por las parroquias Santa Rosalía, San Pedro, El Recreo y San Agustín. Destacado luchador por las justas reivindicaciones de las comunidades. En esta hora trágica enviamos a sus familiares y allegados nuestra palabra de aliento, y el mensaje de solidaridad y esperanza. Su dolorosa muerte en aras de la libertad no será en vano. Habrá justicia y caerán todos los culpables.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!