La semana pasada expuse a mis lectores en general, cuáles son y serán los gravísimos problemas que enfrentan los venezolanos para devolverle al país la gobernabilidad democrática y llevar una posible transición con todas las herramientas necesarias para no morir en el intento. Importante recordar que el narcotráfico, el terrorismo internacional, los grupos irregulares armados como las FARC, el ELN y el FBL, los regímenes foráneos cuyos intereses comerciales y estratégicos están interrelacionados con la tiranía venezolana por las riquezas naturales de nuestro país, los colectivos y grupos paramilitares que el régimen mantiene, el ala de la FAN inmersa en delitos y crímenes que los motivan a seguir respaldando la narcotiranía, son parte importante del problema con soluciones menos rápidas que la parte económica, según los expertos.

Si tomamos en cuenta lo anteriormente dicho, lo que debe preocuparnos también, además de la a salida de Maduro y del equipo de gánsteres que lo acompaña es cómo recuperar prontamente el orden y el control del país y su sistema de seguridad nacional, la independencia de las instituciones públicas, del sistema de justicia y nuestra soberanía.

Maduro y su pandilla han dicho reiteradamente que nadie los va a sacar del poder, y que ellos defenderán su “robolución” con las armas de ser necesario. También han dicho que no perderán una elección más y, claro, dudas no deben quedar de esto, porque ellos y los cubanos controlan todo el sistema electoral y el registro de los venezolanos.

Maduro gobierna con el poder de las armas y el control de la justicia. Los organismos de seguridad bajo su mando persiguen y apresan a quien lo contradice, a punta de amenazas y torturas, por lo que es muy difícil de enfrentar. También ha dado la orden de controlar y disolver cualquier protesta social que se desarrolle en el país y para eso están las FAN, para reprimir, aunque estén pasando las mismas necesidades que todos sus compatriotas. Las mafias del narco, del oro, del coltán, del diamante, del hierro, se han apoderado de zonas territoriales y forman parte de la manipulación económica y del lavado de dinero, y millones de dólares se mueven ante nuestros ojos, para mantenerse y seguir desangrando a Venezuela.

Ya no basta con el apoyo institucional que como organismos nos pueden dar la OEA y la ONU, cuyas recomendaciones, resoluciones y acciones se las pasa por las cejas el tirano. Tampoco basta con las buenas intenciones del llamado Grupo de Lima u otros esfuerzos denunciantes, como por ejemplo el grupo integrado por ex presidentes del Club de Madrid, cuyos comunicados han desnudado al tirano, y sus acciones diplomáticas no avanzan más allá, porque con narcotiranos es difícil negociar derechos y principios democráticos.

Se requerirá no solo del esfuerzo interno que se haga para recuperar la democracia y la gobernabilidad, sino de toda la articulación que los venezolanos demócratas hagan con organismos internacionales y gobiernos amigos dispuestos a prestarnos asesoría, apoyo logístico y apoyo en el terreno. Venezuela necesita hoy y necesitará aún más después de salir del tirano una especie de tutelaje de expertos internacionales en materia económica, en materia de seguridad interna, en desarme, en recuperación del medio ambiente de nuestros parques nacionales por los destrozos causados por las mafias, en la reestructuración de nuestros organismos de inteligencia y de seguridad nacional de la dependencia e influencia foránea, así como de nuestros registros y notarias. Un ejemplo de esto sería la reestructuración de nuestro sistema electoral y el REP, para luego realizar unas elecciones limpias, transparentes y creíbles. Solo así podremos llevar una transición lo menos explosiva posible, entre enfrentamientos y la rapiña de ellos por lo que aún queda.

Los venezolanos y el mundo democrático tienen que alzarse ante la opresión. Los convenios internacionales de protección de derechos humanos, así como la Carta Democrática Interamericana, lo permiten y lo exigen. ¿Dónde esta el DEBER de proteger a una población por parte de la comunidad internacional, cuando quien gobierna no puede garantizarle ni siquiera el derecho a la vida?

Es URGENTE la formación de una coalición internacional que, articulada con las fuerzas democráticas en Venezuela, acorralen y provoquen la salida de Maduro y su pandilla del gobierno. La supervivencia del pueblo venezolano, su futuro y la estabilidad de la región dependen de la acción que se realicen los próximos días y meses. El tirano y su pandilla sí sienten las consecuencias de las sanciones personales, las investigaciones internacionales por crímenes de lesa humanidad y por narcotráfico y enriquecimiento ilícito, y el repudio del mundo democrático y su aislamiento. Se necesita incrementar aún más el costo que les puede producir si continúan en el poder, alejándoles salidas negociadas y acciones referentes a algún tipo de impunidad de sus actos que tanto buscan.

Se necesitan más sanciones personales y económicas que impidan el narcolavado y la venta oscura de nuestras riquezas naturales, así como también ubicar sus cuentas bancarias y la de sus testaferros en el exterior, promover e impulsar el examen preliminar que se lleva a cabo en la CPI, para que se abra prontamente una investigación, señalar a sus representantes en el exterior y a los familiares que se lucran del dinero público, porque desde sus cargos y confort son cómplices de la narcotiranía.


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