Conferencia de las partes (países) asociada, como mecanismo institucional, a la convención marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (CMNUCC) del 13 de junio de 1992 en Río de Janeiro, con el fin de implementar el famoso y agonizante Protocolo de Kyoto (Japón). En aquella oportunidad el perfil histriónico, demagógico y manipulador de Chávez, quien asistió a esta conferencia como jefe de estado, se dejó sentir cuando declaró: “No cambiemos el clima ¡Cambiemos el sistema! Esta frase, que no es original de él sino que la plagia, connota confusión, falsedad, tal cual como aquella que dice:»¿de qué color es el caballo blanco de Bolívar?» [el blanco no es ningún color (Ni lo uno ni lo otro… El Nacional, 01-10-2011)].

En primer lugar, como está suficientemente comprobado, el clima (que no es estático), a escala macro, ha cambiado, cambia y siempre cambiará, para bien o para mal, independientemente de lo que haga la humanidad. En segundo lugar, la solución al problema de lo que se ha llegado a llamar el «re-calentamiento global», no es cuestión de cambiar el sistema del capitalista por el socialista puesto que ambos contaminan el ambiente; es más, el socialista es más sucio y peor que el capitalista, como nos los explica el libro Entropía – Hacia el Mundo Invernadero de Jeremy Rifkin y Ted Howard (Urano, 1990). Así, para la opinión pública, Chávez aparecía como el paladín de la lucha contra el cambio climático cuando en realidad solo era un embaucador aprovechándose de la ignorancia de la gente [él sólo quería robarse el show como lo hizo en la ONU al decir que el diablo había estado ahí por lo que sentía el olor a azufre (¿sólo el de Bush, el de él mismo, o ambos?); no por casualidad el rey Juan Carlos le mandó a callar la boca para después ir a visitarlo a España en actitud claramente aduladora y humillante].

Pero independientemente de quien sea el jefe de estado venezolano, el presidente de Venezuela debe y tiene que entender que nuestro país, internacionalmente hablando, tiene un «rabo de paja» ambiental y climatológico, es decir, es una nación altamente contaminante de la atmósfera global por ser un país muy importante en la producción y exportación de la materia prima con la que se producen combustibles fósiles y cuya quema origina gases de invernadero que van a parar o al aire, desde EE.UU. o China, por decir los más. En contradicción con lo establecido por el chavismo en la «propuesta del candidato de la patria Comandante Hugo Chávez para la gestión bolivariana socialista 2013-2019» cuyo Objetivo Nacional 5.4 (p. 38), titulado (al propio estilo de las comiquitas Pinky y Cerebro) «Contribuir a la conformación de un gran movimiento mundial para contener las causas y reparar los efectos del cambio climático que ocurren como consecuencia del modelo capitalista depredador», Venezuela no tiene basamento ético ni moral para asumir tal rol porque en el fondo, por imperiosa necesidad, es un país profundamente contaminador a escala mundial, y esto lo calla el gobierno de Maduro que poco debe entender de estas cosas. Un grupo de investigadores de la Universidad Concordia en Canadá (Montreal), encabezado por H. Damon Matthews, en trabajo publicado en Environmental Research Letters (Vol. 9, 2014, 9 pp.), estimó que Venezuela está dentro de los veinte primeros países que más ha contribuido al aumento de la temperatura global que llega ya a los 0.571 ºC, ocupando el puesto número dieciocho después de Nigeria y antes de Australia y los Países Bajos. Los cinco primeros puestos lo ocupan Estados Unidos, China, Rusia, Brasil e India, respectivamente. De este 0.571 ºC en el aumento de la temperatura global, Venezuela ha contribuido con un 0.007 ºC, repartido entre 0.002 ºC debido al CO2 por quema de combustible fósil, 0.002 ºC por CO2 debido al uso de la tierra, y 0.003 ºC debido a gases de invernadero diferentes al CO2.

Notemos que estamos hablando de la temperatura global de la Tierra que es una temperatura climática proveniente de un promedio sobre todo el globo terráqueo, que no se mide con un termómetro (ver Gran confusión climática, El Nacional, 09-02-2011). Estos resultados se explican por el consumo de combustible fósil en el exterior de origen venezolano. Frente esta situación, Venezuela se hace «la loca» en las conferencias de las partes del CMNUCC, como lo demostró Chávez cuando no dijo nada ni siquiera hizo referencia en la cumbre climática de Copenhague a esta condición que, triste y desafortunadamente, le ha tocado a Venezuela asumir.

Los principales países exportadores de petróleo son los mayores emisores por habitante de gases con efecto invernadero, una realidad que hasta ahora no parecen querer o poder cambiar. Así, y remitiéndonos al trabajo científico arriba citado, Venezuela ocupa el décimo lugar en la culpabilidad del calentamiento global generado por el consumo de 250 millones de personas, en todo el mundo, de derivados del petróleo venezolano. ¿Cuál es la situación ahora en la XVI conferencia de París 2015? Según Patrick Criqui, economista especialista en energía, «Venezuela, Nigeria y Angola no han publicado hasta la fecha ningún compromiso. Y Rusia, importante emisor de gases, anuncia simplemente un objetivo de mantener sus emisiones en su nivel actual. La fuerte dependencia de los ingresos petroleros explica esa renuencia.

Para Venezuela representa el 96% de las exportaciones del país y más de la mitad del producto interior bruto (PIB), mientras que Nigeria obtiene el 70% de sus ingresos del oro negro». Para la fundación francesa Nicolás Hulot (FNH), en un análisis de los compromisos nacionales publicados por cerca de 180 países antes del inicio de la conferencia internacional sobre el clima de París (COP21), considera que “globalmente, los países productores se comprometen a lo mínimo, por no decir a nada en absoluto”. Francis Perrin, presidente de estrategias y políticas energéticas, ante la presión mundial, algunos de esos países han suavizado sus posturas, aunque en el fondo saben que tienen la llave de los hidrocarburos “consumidos por el mundo entero”, etc.

Recordando lo que siempre le decía el empleado Navarrete a la secretaria Sabrinita, en uno de los sketch cómicos del programa A que te ríes de Venevisión,… Venezuela (según el gobierno chavista), es una tremenda impoluta socialista cuando; en realidad, es todo lo contrario, o sea, «boliburguesa» (Gucci, Rolex, Victorinox, Louis Vuiton, etc.) y neocapitalista de estado. No me extrañaría, entonces, que Maduro, recordando a Chávez, a quien le prometió «ni un milímetro de segundo…», declare (una vez más) que es el imperio capitalista (y no el chino) el primer culpable del cambio climático (y no los países productores de petróleo), cuento chino que a mí no me va a meter (cual estúpido e ignorante), así como otros tantos (e.g., guerra económica, saboteo eléctrico, el fenómeno de El Niño culpable, supuestos intentos de magnicidios, los implicados intelectuales en el asesinato del fiscal Danilo Anderson, el juicio y sentencia en contra de Leopoldo López, invasión gringa, accidente del avión-caza Sukhoi, etc.).

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