Constituir un equipo de trabajo puede representar una de las tareas más complicadas dentro de las responsabilidades de un líder. Sin embargo, vale la pena el esfuerzo porque del éxito con el que se desenvuelva dependerá la productividad de la empresa, la calidad del bien o servicio que se ofrece, así como la relación con los clientes.

Ahora, qué hace que en un equipo de trabajo todas las piezas encajen y funcione con la precisión de un reloj, mientras que otros no logran alcanzar los objetivos trazados y se disuelven al tiempo.

La respuesta no es sencilla, pues son varios los factores que intervienen. Pero existen algunas pautas generales, que han esbozados expertos en la materia, para lograr formar un equipo de trabajo que sea exitoso y perdure en el tiempo. A continuación, presentamos las tres claves que consideramos son las principales.

-El líder adecuado. Debe tener cualidades y habilidades para saber guiar al equipo, potenciar la comunicación y mantenerlo enfocado en los objetivos que debe cumplir. Además, y es un elemento muy importante, poseer el don para tratar a las personas

-Los integrantes indicados. Las personas que integrarán el grupo deben poseer el perfil idóneo para las funciones que desempeñarán, es decir, expertos en la tarea que se les encomendará.

-Los objetivos definidos. Todo equipo de trabajo debe estar orientado a objetivos específicos que vayan acorde con las necesidades y cultura organizacional de la empresa. Los miembros del grupo deben conocer a profundidad las metas, que deben trazarse a corto, mediano y largo plazo, y entenderlas con claridad.

Ciertamente las estructuras de cada equipo de trabajo son totalmente diferentes, inclusive, aunque las empresas pertenezcan a una misma área pueden variar, pero si algo está claro es que para que un equipo funcione necesita ser hábil en lo que hace y ejecutar cada tarea con actitud positiva.

La herramienta más importante para lograrlo es, sin duda, la comunicación en todos los niveles: líder-integrantes y entre los propios miembros del grupo. Hay que abrir canales fluidos de conversación, que llevarán a otro aspecto fundamental que es la autoevaluación, la cual permitirá registrar el progreso o no en el cumplimiento de los objetivos y avanzar hacia la consecución de estos.

Al final, los resultados de un equipo unido y bien estructurado siempre superarán los parámetros de personas que trabajan individualmente o donde los equipos están fracturados, y esto no solo beneficia a la empresa, sino a todos los colaboradores.


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