Los anuncios sobre materia económica hechos por la supuesta revolución, referidos al nuevo cono monetario, el anclaje al petro y los combustibles para el mercado interno, en especial la gasolina, no son parte de la solución de la crisis económica; por el contrario, son su profundización.

Es un paquete de anuncios que nos conducen a la creación de más pobreza y, por ende, al objetivo de control ciudadano. Las posibilidades reales de superar la crisis y el colapso económico, y por consiguiente el social, sería por medio de un cambio de modelo económico, político, lo cual requiere de estabilidad y separación de los poderes públicos propio de un país democrático. También un programa de reformas estructurales, como hemos mencionado en oportunidades anteriores con apoyo internacional, para lo cual no hay que tener complejos en  sentarse a negociar con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la comunidad financiera internacional, con los chinos, los rusos, incluidas las transnacionales petroleras,  e incentivar la inversión privada externa e interna.

Es indispensable igualmente un cambio del modelo petrolero, la diversificación de la propiedad y operación del negocio, con la creación de organismos profesionalizados para el manejo de la gestión. En fin, llevar al país al siglo XXI y dejar atrás el sesgo ideológico de una supuesta revolución que nos ancla en el siglo pasado. De seguir como estamos, de inmediato estaremos sin moneda, sin gasolina y sin Citgo.

1.- Sin bolívares

La puesta en marcha de medidas como el llamado nuevo cono monetario con las perspectivas inflacionarias que hay, en poco tiempo resultará en la misma situación de hoy: con una moneda y billetes que no representan valor para efectuar transacciones. El ahora llamado bolívar soberano se diluirá rápidamente y se volverá a la situación actual.

La política monetaria es inexistente. Solo se habla del reemplazo de la moneda, pero no hay ninguna medida en cuanto al sistema financiero y el costo del dinero, por ejemplo, para minimizar la inflación.

Eso de poner un anclaje a la moneda con el petro, todo porque los revolucionarios no aceptan que el dólar es la moneda dura para preciar y efectuar transacciones, uno sospecha que es por razones ideológicas. Imaginemos a la supuesta revolución, que tanto descalifica al imperio, tener que usar el dólar como moneda.

Por  tanto, busca un mecanismo ineficiente para dolarizar con el llamado petro, moneda que es objetada en el mercado de las criptomonedas. Con un respaldo basado en un bloque de reservas de petróleo asignadas al instituto de política monetaria (BCV), que nada sabe del negocio petrolero. Esas reservas asignadas, para cualquiera en el mercado financiero, exigiría una auditoría independiente para certificar su volumen y el traspaso de una empresa del Estado a otro organismo del Estado, controlados desde Miraflores. Luego, aun sin producir esos volúmenes que requieren de inversiones, costos, que nadie sabe exactamente quién lo hará. En consecuencia, respaldar el bolívar en función de un precio-cesta del petróleo bajo las condiciones descritas no tiene fundamento, tampoco el mercado financiero internacional lo aceptará.

La cotización del bolívar, mientras no desaparezca como moneda de curso legal, uno intuye que por la vía que va el régimen quizás lo termina de reemplazar por el petro. El soberano continuará devaluándose con respecto al dólar, al euro y seguirá perdiendo valor. Como consecuencia, el  salario real de los trabajadores también seguirá devaluándose y el anclaje se convertirá en un peso que no permitirá, nuevamente, que los venezolanos puedan adquirir los bienes y servicios, lamentablemente.

2.- Sin gasolina

En lo referente a la gasolina, sin conocer cómo funcionará el subsidio temporal, pues Maduro no mencionó detalles, posiblemente el recuerdo de las protestas en Guarenas, durante el segundo gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez, sea una de las razones para no ser explicito en los ajustes y mecanismos en materia de precios de la gasolina. Solo se sabe que los registrados en el censo con el carnet de la patria tendrán un subsidio y el combustible sería a precio internacional.

Con relación al precio internacional, la información de mercado para la semana del 13 de agosto indica que el precio del litro de gasolina en  los países limítrofes es la siguiente: Trinidad 0,59 dólares; Colombia 0,78 dólares; Brasil 1,15 dólares y Aruba 1,21 dólares. Imaginemos un aumento del precio actual del combustible de 0,0001 dólares por litro a cualquiera de los niveles mostrados en el cuadro, tanto de los particulares, del transporte público, del transporte de bienes y servicios, más los efectos en los demás servicios públicos.

Venezuela sin duda no debe vender gasolina a pérdida, eso representa un costo de oportunidad muy alto para la nación, tanto si se calcula en función del costo, inversiones o como valor alterno de exportación FOB Venezuela.

El sistema tiene que determinar de manera transparente los precios y considerar, además, la ventaja competitiva por efectos de ser un país con abundantes reservas para producir energía. La realidad de lo que hoy vive Venezuela es su mermada capacidad para producir combustibles, por varias razones, entre ellas: el sistema de refinación por el piso, caída de la producción y la necesidad de Pdvsa para importar combustibles, falta de inversiones, un esquema de distribución monopólico con altas ineficiencias, etcétera.

En conclusión, este uso del censo del carnet de la patria, además de ser discriminatorio, en la práctica será la tarjeta de racionamiento de la supuesta revolución.

3.- Sin Citgo

La decisión del juez Leonard P. Stark, de Delaware, acerca de la incautación de Citgo a Crystallex, para hacer efectiva la compensación por la nacionalización (el exprópiese) de sus activos en Venezuela por 1.400 millones de dólares, es de suma importancia debido a las implicaciones que conlleva para toda la estructura de negocios internacionales de Pdvsa, lo cual nos afectará más allá del corto plazo.

En primer lugar hemos de indicar que la decisión del juez abre la posibilidad de un acuerdo entre las partes, la República y Crystallex, para cancelar la deuda, con lo que se evitaría el proceso de incautación. Como todos sabemos, la economía venezolana no está en capacidad de cancelar esa deuda. Por tanto, la probabilidad del acuerdo es prácticamente nula; de hecho, Pdvsa apeló la decisión del tribunal, asumimos que para diferir lo máximo posible la acción de Crystallex sobre la incautación.

El dictamen del juez implica que Pdvsa y su estructura de negocios, empresas, es igual al régimen. Es decir, el riesgo de Citgo es igual al riesgo del régimen de la supuesta revolución.

Esto muestra que el llamado “velo corporativo”, cuyo objetivo es concentrar en la estructura de empresas y filiales de Pdvsa su actividad comercial, se rompe. Asumimos que dentro de los argumentos dados por Crystallex estaría, por ejemplo, la decisión de tener a la misma persona como ministro y presidente de Pdvsa, el otorgamiento de garantías, colaterales de Citgo a endeudamientos de Pdvsa, que no tienen que ver con el negocio de Citgo directamente, como por ejemplo Rosfnet y los bonos denominados Pdvsa 2020.

Este proceso de incautación, independientemente si Crystallex lo ejecuta o no, pone el negocio de Citgo, que consiste en un sistema de 3 refinerías con una capacidad de 750.000 barriles diarios, participación en terminales, poliducto, distribución de combustibles en estaciones de servicio abanderadas, etc., de alto valor comercial y estratégico para Pdvsa, en riesgo. Pero ya de hecho en la nefasta gestión de Alí Rodríguez y Rafael Ramírez se inició el desmantelamiento de los negocios internacionales de Pdvsa, pues todos debemos recordar cuando se decía que Venezuela era un productor de petróleo y la renta estaba allí, y no en asegurar canales para su colocación, producto de ideas influenciadas seguramente por Bernard Mommer, asesor en materia petrolera del comandante Fausto.

Es importante señalar que normalmente los acuerdos de financiamiento corporativo tienen cláusulas relacionadas con eventos que afecten la capacidad del negocio de generar el flujo de caja para el servicio de la deuda. Esta situación de la incautación podría ser considerada un evento de este tipo, con un posible disparador para acelerar el pago de la deuda. En consecuencia, los tenedores podrían exigir la ejecución de garantías y así ejercer su privilegio de pago sobre otras deudas como la de Crystallex.  Resolver este aspecto de aspecto de los aceleradores de pago de la deuda y la ejecución de colaterales de Rosfnet es una “papa caliente” para Pdvsa.

Otro elemento que se debe considerar es cómo se irían agregando otras demandas de arbitraje sobre Venezuela, las cuales podrían iniciar procesos similares y reclamar incautación. A lo anterior se debe agregar la incertidumbre de proveedores, contratistas y clientes de Citgo, que también ven en riesgo sus relaciones comerciales e incluso el modo de garantizar las compras para Pdvsa.

En definitiva, por la soberbia y equivocada política del “exprópiese”, una mediocre gerencia del negocio petrolero y de lo público, hoy todos pagamos las consecuencias y la estructura de negocios de Pdvsa también se derrumba internacionalmente. Es decir, estamos sin Citgo.

@JFernandeznupa


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