Esta vez la historia oficial nos habla de armas de largo alcance. Es increíble la furtiva admiración que causa Hollywood en las huestes revolucionarias. El primer apagón fue comparado con alguna escena de Duro de matar 4, en la que  hackeaban el sistema eléctrico en una nación. Como conducidos por la verborragia del desvarío, pasaron de las nobles iguanas hasta el mismísimo actor Bruce Willis, como primer indiciado.

Mientras la constituyentista María Alejandra Díaz vaciaba su teoría, sus contertulios la observaban como con ganas de ponerle una camisa de fuerza. Ahora para la segunda entrega del megaapagón, vuelven a recrearnos con obras del séptimo arte. Un descafeinado Nicolás Maduro habla de ataques de fusil. Como inducido por la secreta seducción que produce la cinta del 2015 El francotirador dirigida por el célebre Clint Eastwood. En la misma, el marine SEAL Chris Kyle, un tejano que batió el récord de muertes como faccioso, logra dar con el objetivo con una sorprendente capacidad. Entre sus miedos narró toda una hipótesis para culpar al imperio del desastre eléctrico, olvidando que es una zona militarizada con un radio de seguridad de kilómetros. Es la manera de culpar a los demás de su propia mediocridad. Un probable autosabotaje que busca controlar de manera arbitraria al país, responsable de personas que han fallecido por culpa de este desastre.

Es el régimen el que debe responder por los cuantiosos daños que se han originado. Son incontables las pérdidas económicas. Ni hablar de quiénes murieron por no contar con las medicinas para sus tratamientos. Con la cara bien lavada quieren engañarnos con teorías fantásticas que solo conducen a mayores niveles de confusión. Son tan torpes que en su propaganda exhiben supuestos técnicos arreglando equipos con las manos, sin ningún tipo de equipamiento. ¿Quién es el responsable de dotarlos con lo necesario? Si esas personas no cuentan con los equipos necesarios: ¿dónde quedaron los 60 millardos de dólares que le fueron aprobados en el presupuesto de 2015?

Como vemos, la corrupción desaforada es responsable de todo del desbarajuste que hizo metástasis en el cuerpo de una nación, producto de la pandemia social que es el régimen. En medio de los temores de la usurpación de Nicolás Maduro buscan imitar a Josep Stalin, no solo en la violencia que generan, sino en su rendido amor por el cine estadounidense. Cuentan que el premier soviético se encerraba para ver los westerns de John Wayne. A Mao le fascinaban los filmes de Frank Sinatra, los de acá buscan en el cine estadounidense alguna escena que justifique su incapacidad…


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