Hay un cuento de un fulano al que le faltaba un ojo, y que cuando uno tiene dos ojos uno sirve para ver lo bueno y otro para ver lo malo. Así que al faltarle un ojo no percibía toda la realidad. Eso es lo que pasa con los sesgos ideológicos, usted ve y no ve, algo le impide hacerse una idea del panorama completo. A mí me afecta, yo no veo nada bueno en el chavismo, pero eso es porque vivo en Venezuela, me consta el daño que le ha hecho a la sociedad esa supuesta revolución que llevó a la quiebra a nuestro país.

En estos días, a Michelle Bachelet, alta comisionada de derechos humanos de la ONU, estando en Panamá para la inauguración de un museo, una periodista le preguntó sobre la situación de Venezuela, y contestó: “Vamos a hablar del museo, no más”. En ese momento me recordé del tuerto, tiene un ojo que solo le permite ver lo bueno, no ve lo malo del chavismo y la crisis que vive el país.

Esto es una exageración, la oficina que dirige la Dra. Bachelet, ex presidente de Chile y médico, se ha pronunciado sobre la violación de derechos humanos en Venezuela. Ella sabe que la falta de electricidad y de medicamentos en los hospitales deja en minusvalía a los enfermos en general y en un riesgo inaceptable para otros en particular, que la disminución de proteínas en la alimentación genera retraso intelectual en los niños y afecta la salud de los adultos. Ella está enterada de lo que está pasando con los presos políticos y los presos comunes, de las muertes de jóvenes a manos de las fuerzas armadas o de los cuerpos de seguridad, que no todos se suicidan.

Pero es una cuestión de estilo, de saber hacer, que la señora ha aprendido en su dilatada trayectoria política. Pero ¿por qué me siento desasistido por la alta comisionada? Tampoco es que quiera que se comporte como Luis Almagro, ya que no es su naturaleza. Con un: Estamos muy pendiente de la situación venezolana, o: Ya adelanté opinión en mi informe oral y a ello me remito. También pudo decir: La oficina que dirijo está definiendo las condiciones para mi visita al pueblo de Venezuela. Pero no, el protagonismo era del museo y ella no quiso enturbiar la inauguración con una nota de mal gusto sobre la satrapía de la que le estaban preguntando.

El mundo está teniendo una idea de lo que pasa por aquí. Poco a poco, paso a paso. Todo muy lento para evitar las muertes, el hambre y la paralización de la economía por la falta de electricidad y gasolina.

La situación es tan grave que raya en lo increíble y esa incredulidad favorece al gobierno. Total, que toda dictadura puede hacer lo que mejor le parezca, siempre y cuando no moleste a los vecinos. Solo que la migración está fastidiando a nuestros mejores aliados y estos pueden responder.

Ese velo sobre nuestro país es como un cristal que impide ver, que dificulta entender la grave emergencia que estamos padeciendo. Necesitamos de todas las voces posibles que le muestren a la comunidad internacional lo que nos está pasando, que rompan el vidrio.

Señora Bachelet, estamos en emergencia, no pierda la oportunidad de exigir que se respeten los derechos humanos, ¡rompa el vidrio!

@rangelrachadell


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