En la década que dio origen a la dictadura militar que asoló a Venezuela luego del golpe de Estado consumado contra Rómulo Gallegos en 1948, hubo una represión siniestra en contra de los opositores militantes que osaron enfrentarse con denuedo a ella. El peso de la represión recayó fundamentalmente en contra de dos –de los cuatro– partidos políticos existentes en aquella época. AD y el PCV.  Los restantes, URD y Copei, mantuvieron una actividad pasiva y si se quiere colaboracionista en los primeros cuatro años de gobierno cívico-militar. Con algunas honrosas excepciones.

La dictadura, como es recurrente en este tipo de régimen, hizo uso de algunas modalidades conductuales para permitir la liberación de dirigentes y militantes de los partidos que se encontraban detenidos en las diversas ergástulas. La modalidad consistía en cumplir con el requisito previo de firmar una caución donde el beneficiado, al firmarla debidamente, se comprometía a abandonar la actividad política para  obtener la anhelada libertad. La dirigencia clandestina de AD orientó a sus detenidos para que la firmaran. La razón era simple: una vez en libertad, los que así lo desearan, podían reincorporarse a la lucha clandestina. Los comunistas, por lo contrario, ordenaron a sus seguidores que no lo hicieran.

El resultado fue que algunos adecos salieron en libertad y casi todos se reincorporaron inmediatamente a la lucha política clandestina. Los comunistas permanecieron presos un tiempo más. En aquella ocasión se pudo constatar la preminencia de un pragmatismo aceptable (por parte de los adecos) en contraposición con el principio revestido de consideraciones moralistas. Los comunistas fueron rígidos al respecto. Aquí es bueno recordar que por cada 10 presos sumidos en las cárceles, 9 pertenecían a AD y 1 al PCV.

Carnet de la patria: Diversos amigos y relacionados han solicitado mis consejos u opinión acerca de la conveniencia, factibilidad o posibilidad de la inscripción, evidentemente discriminatoria, para obtener el citado carnet. Al alimón con esta medida contentiva de indudables vicios de índole fascistoide e ilegales; han coaccionado también en la absurda inscripción del llamado censo automotor que permitirá la venta subsidiada de la gasolina y de los diversos repuestos de vehículos a quienes se inscriban y sean portadores del indigno carnet. Quienes han requerido mi opinión al respecto les he manifestado que si con el susodicho carnet es factible y se obtienen a precio subsidiado diversos productos alimenticios a través de las CLAP; se obtienen bonos o dádivas recurrentes que amortiguan el insufrible precio de la hambruna y de la carencia en general de infinidad de rubros necesarios para afrontar la crisis global que nos abochorna; pues, sencillamente, –colocándose un pañuelo en la nariz– procedan a realizarlo sin recato y sin sobresalto alguno. Pagar el litro de gasolina a precio internacional en Venezuela es una medida leonina y discriminatoria por decir lo menos. Ya empezamos a escuchar el sonsonete tradicional de los locuaces voceros oficiales propiciando la discriminación a granel. Así que se pueden obviar, sin remordimiento alguno, todos los escrúpulos morales que nuestra consciencia nos indique. Producto de actitudes que revisten un cierto carácter de purismo infantil.

Negociación política: Nuevamente los politicastros de oficio y algunos otros sobrevenidos han regurgitado la posición de instaurar conversaciones con el gobierno nacional con la intención de que a través de esta vía se solucione la crisis nacional… ¡No hay peor ciego ni sordo que aquel que no quiere ver ni oír! No se trata como muchos interesados desean hacer ver, que quienes nos oponemos a este singular prototipo de negociación política en la actual coyuntura hacemos el ignominioso uso de la “antipolítica”. Que somos obcecados y padecemos de la sintomatología que adornan e identifican a los perros rabiosos… ¡No es así! Hemos reiterado en innumerables ocasiones que el requisito sine qua non de toda negociación es sustentar la firme creencia de llegar a un acuerdo. Es connatural también que siempre existe la posibilidad de que en algún momento no quepa otra posibilidad  que la de romperla.

Si los precedentes (siempre es necesario tenerlo presente) nos indican que no es oportuno; entonces, no vale la pena iniciarla. En cualquier negociación puede darse el hecho de que una de las partes tenga mucho más poder negociador que la otra. ¡Si se está en desventaja, ninguna técnica podrá garantizarle el éxito! Lo máximo que la negociación puede hacer es impedirle que se llegue a un acuerdo que debería rechazar y ayudarle a sacar el mayor provecho posible.

Cosa distinta es iniciar la negociación política contando con fortaleza incuestionable. Podríamos citar, por ejemplo, el inicio de la misma como producto de un paro o huelga general exitosa. Este poder manifiesto debería producir, sin duda alguna, un poder incuestionable y facilitaría la solución incruenta de la crisis. Sabemos que la única solución posible es la instauración de un gobierno de transición con carácter subsiguiente. Garantizando la salvaguarda de los derechos inherentes a la contraparte. Sin que se eluda la aplicación pronta y efectiva de la ley que castigue todos los delitos y desafueros cometidos.

Condiciones objetivas: Los marxistas, socialistas y comunistas introdujeron el término. Los politólogos podrían aducir que el uso trasciende su concepción original y puede ser utilizado por liberales y conservadores; socialdemócratas o demócratas cristianos; ecologistas etc. Este, como algunos otros términos, fue acogido –prima facie– como un elemento fundamental para discernir a cabalidad los diversos procesos económicos, políticos, sociales, coyunturales y sociológicos en infinidad de procesos similares. La consecuencia es aleccionadora.

Todo aquel que insista en utilizar criterios objetivos para desmenuzar o discernir algún problema; tiene, en principio, todas las de acertar y obtener el triunfo porque se encuentra indubitablemente (excluyendo victoria pírrica) al alcance de la mano. Es decir, ganar el objetivo trazado, previo el uso fundamental de la insustituible Planificación Estratégica. La crisis nacional venezolana –lo hemos dicho muchas veces– es global. Todos sus componentes nos indican que “hemos llegado al llegadero”.

Falta poco para que nos agredamos de manera letal los unos contra los otros para obtener un simple mendrugo de pan. La carencia frecuente del servicio eficiente de agua, de electricidad, de transporte, de políticas sanitarias adecuadas y de seguridad personal y jurídica nos empuja –día a día– hacia un “oscurantismo total” digno del hombre de las cavernas. La ausencia general e indiscriminada de los insumos anteriormente descritos impide un desenvolvimiento normal del uso y usufructo de la apacible cotidianidad.

Las cajas CLAP y el carnet de la patria constituyen un remedo mejorado de la célebre y vetusta imagen en que los altos prebostes de la Edad Media lanzaban restos de carne roídos a la chusma hambrienta circundante. Aquellos altos prebostes representativos de la singular oligarquía reinante no tienen nada distinto a las figuras rollizas y obesas de nuestros principales dirigentes gubernamentales. Los que conforman la llamada revolución “sucialista” y “robolucionaria” del siglo XXI. Las condiciones objetivas están allí. Perceptibles por nuestros sentidos sustanciales. A simple vista. Palpables. Utilizables para emprender el impostergable e indetenible proceso resolutorio de la crisis nacional.

Este lunes amanecemos con la implementación del nuevo cuño monetario. Con la bestial –por inhumana– devaluación del moribundo bolívar (fuerte o soberano) administrada  con desparpajo de pillos consumados y con lubricantes de la peor especie. Con la finalidad de hacerla inútilmente  digerible. Creo que serán infecundos los propósitos sustentados por Maduro y su combo. Los míseros bolívares, 42 de la pensión y 51,96 del salario mínimo, romperán todos los paradigmas ruinosos imaginables. El poder real adquisitivo de bienes y servicios con estos montos hará nugatoria toda posibilidad de sobrellevar la vida de manera digna. La perversidad de lo que se vislumbra nos arrincona. La reacción de las bestias y de los seres humanos arrinconados es hartamente conocida…

Los ejemplos históricos asentados  en la tradición de la humanidad han sido recurrentes y aleccionadores. La similitud (creo que no existe ningún parangón) de los problemas sociales, económicos y políticos que en determinadas circunstancias hicieron explosión o implosión cruenta, cuya consecuencia fue el estruendoso derrumbe de este tipo de régimen. Esta posibilidad pende amenazante como una siniestra espada de Damocles sobre Venezuela…

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@CheyeJR

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