Desde el punto de vista Iniciático y Tradicional, debemos tener claro lo que proviene de lo Humano y lo que proviene del Espíritu, de lo no humano. En una palabra, el Iniciado debe distinguir lo «Espiritual» de lo «Material». Es importante destacar que el «Rito» conlleva en sí una «Influencia Espiritual» y debe ser guiado por personas «Iniciadas» y, por qué no decirlo, por personas «Cualificadas» lo cual quiere decir que comprendan lo que encierra un ritual, que tengan esa «intuición» para captar el «secreto» que guarda.

El «Rito» debe hacerse y revestirlo de una sencillez; como no es de origen humano, las pompas sobran. En los Planos Superiores lo material no tiene cabida. Esa parte del «Ego», que juega un papel importante en la «Ceremonia», sería contraproducente y antiiniciático en el “Rito”.

La «Ceremonia» determina lo que es más allá de lo normal, lo contrario del «Rito», que es lo que está en el orden. En la «Ceremonia» se trata de impresionar al intelecto, a su aspecto psicológico. Estos métodos son positivos en el campo humano, no Espiritual, pues trabaja con las emociones. El ser humano en este plano necesita de estos métodos. Es así cómo se domina a las masas humanas, según la historia. Como ejemplo podemos citar: las paradas militares, las grandes ceremonias en las Iglesias, las ceremonias políticas. Con esto trato de hacer comprender que se trabaja con el «Ego». En el plano físico alimenta el «Ego» y serás feliz. Como ya lo dijimos antes… es de orden psicológico. Pero todo esto es meramente «profano».

Revestir los «Ritos», Iniciáticos y tradicionales, con actos profanos, es un «sacrilegio». El «orgullo y la humildad» no comulgan. Si el «Rito» se reviste de pompas, sería un «rito» profano, esto sería inexistente, sería una contradicción en los términos. Existen «ceremonias» sin rito y también, «Rito» sin «ceremonias». Si le damos una mirada a los aspectos religiosos podemos notar que sus «Ritos» van siempre acompañados con «ceremonias» y, de acuerdo con lo tratado, se le puede tildar de error, por lo que considero que de allí también se desprende su término «Exotérico», puesto que las actividades ritualísticas religiosas van acompañadas de lo profano, de lo humano, de lo externo, de lo «exotérico».

En síntesis, la «ceremonia» es totalmente un acto humano para impresionar a lo humano. La decadencia espiritual en occidente ha hecho al hombre incomprensible, no «cualificable» para entender lo no humano, y esta incomprensión hace que él mismo cobije los «ritos» con «ceremonias». Hay que entender que las «ceremonias» están dirigidas a todos los integrantes o espectadores; en cambio el «Rito» está «reservado a una élite» que no tiene necesidad del coadyuvante de la «ceremonia» la cual, en pomposidad, desprecia al «Rito» ya que realiza más la organización imponente que el «Rito» mismo.

Resumiendo: el «Rito» está dirigido exclusivamente al interior del «Ser», comprensible al «ser» espiritual. Es un acto interno, es «Esotérico». En cambio la «ceremonia» está elaborada para impresionar los «sentidos» y a un grupo numeroso. Es psicológico. Mientras más extravagante, más exitosa. Son los «sentidos» los que disfrutan el acto, los participantes están reducidos a un papel de «espectadores».

Nota: Cada quince días un artículo relacionado con nuestra Augusta Orden. Obreros de Hiram Abif.


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