Según la fábula hinduista Los 6 sabios ciegos y el elefante, cada uno de los invidentes tocó una de sus partes: un costado del animal, un colmillo, una pata, la trompa, la cola, la oreja. Ellos estaban convencidos, de manera individual, de que habían descubierto la «verdad» basada en su experiencia con el animal. Cada observación sobre el paquidermo era «correcta», pero solo describían e interpretaban una parte; ninguno pudo percibir el todo. 

Esto también puede decirse acerca de las perspectivas e interpretaciones de las distintas agrupaciones partidistas que constituyen la Mesa de la Unidad Democrática, frente a la crisis que atraviesa Venezuela y las urgentes soluciones que demanda el país.

Desde Unidad Visión Venezuela estimamos que nos sería muy útil encontrar una manera de construir una síntesis integradora que pueda explicarnos ese “elefante” en que se nos ha convertido nuestra dolorosa Venezuela, y cuya población subsiste en las más precarias de las condiciones económicas, educativas, culturales, políticas y de inestabilidad legal e institucional.

La tragedia de Venezuela no podrá resolverse desde la anacrónica e irresponsable “caja de herramientas” de una minoría de partidos políticos que juegan a lograr y sostener “la ventaja” político-electoral, ante el resto de los integrantes de la Unidad.

Las elecciones del domingo 15 de octubre resultaron en un repentino relámpago en una noche oscura y lluviosa, que iluminó instantáneamente la esencia y los contornos de la MUD. Sin embargo, los comicios develaron las profundas divisiones, contradicciones, incapacidad de respuesta y acción concertada de esta organización multipartidista.

Esta realidad fue percibida por los analistas políticos y por todos los venezolanos; en especial los opositores. Esa, nuestra masa principal de votos se abstuvo en un porcentaje determinante, en gran parte por desencanto y sospecha de la inutilidad del voto para resolver los problemas reales del país.

No estamos integrando e interpretando al “elefante” y menos al país. No estamos ofreciéndoles a los venezolanos vías y soluciones viables, congruentes que generen confianza a los ciudadanos de una nación que día a día se hunde en la precariedad, en la miseria, en el hambre.

Ese grupo de cuatro partidos continúa trabajando “en la sombra”. La opacidad de sus decisiones, si es que se discuten, alimenta sospechas de su lealtad al país, a la democracia, al rescate de las instituciones y una economía sólida que garantice el bienestar de la población.

No dudo de la lealtad al país de esos partidos, pero cuestiono su forma de operar cerrada, inconsulta, excluyente y soberbia. O nos reinventamos en la MUD o nos condenaremos a convertirnos en una nota a pie de página en la realidad histórica de la Venezuela contemporánea.

@omaravila2010


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