Seamos sinceros: Nicolás Maduro no originó la actual crisis económica. Su inicio se lo debemos al gobierno anterior, el mismo Giordani lo confesaría años después, cuando comentó que se habían tomado ciertas licencias fiscales para ganar la elección presidencial del año 2012.

Maduro llega al poder en abril del año 2013. En aquel mes, Venezuela registraba una inflación de 4,3%, reportaba una producción petrolera (según la OPEP, fuente primaria) de 2.754.000 b/d, un dólar paralelo alrededor de los 20 bolívares (fuertes, no soberanos) y con niveles de escasez de alimentos y medicinas no muy graves. El país terminaría ese año con una inflación de 56,2% y un crecimiento económico de algo más de 1,3%. Era difícil presagiar que ese sería el último año que esta economía crecería.

Casi 6 años después la situación es muy diferente. La inflación mensual de aquel abril de 2013 es la inflación diaria en la actualidad, el PIB ha perdido más de 50% (entre 2014 y 2018), se llevó a cabo una nueva reconversión monetaria, los índices de escasez son elevados, caímos en default de la deuda externa financiera y nos encontramos en medio de la primera hiperinflación que padece este país (además de ser, ya, la más elevada en la historia de la región). Ciertamente Maduro no inició la crisis económica, pero sus desacertadas políticas en la materia la exacerbaron a tal punto que hoy Venezuela corre el riesgo de dejar de ser en un futuro muy cercano exportador neto de petróleo, sufre una huida de sus habitantes sin precedentes hacia otros países tratando de escapar de la crisis y de la delincuencia, un deterioro importante en su sistema de precios generado por una hiperinflación que ya pasa de los 12 meses y, lo que es peor aún, la desesperanza que da saber que el final de la crisis no se avizora en el corto plazo.

¿Por qué Maduro no ha tomado decisiones sensatas en materia económica? ¿Es que acaso un episodio hiperinflacionario es algo novedoso en la historia de la humanidad y por lo tanto no hay literatura ni experiencias al respecto? ¿La caída alarmante en los niveles de producción petrolera no se puede revertir a pesar de contar con grandes reservas y estar en un mundo donde la tecnología y el dinero pueden revertir fácilmente situaciones adversas en la industria?

Indudablemente hay un fuerte componente ideológico. El presidente no cree en el mercado como buen asignador de recursos, en la empresa privada como palanca para el crecimiento y el desarrollo ni en la necesidad de contar con instituciones sólidas y de calidad para aspirar a generar bienestar en la población. Sus asesores marxistoides, tanto españoles como criollos, lo han convencido de que financiar vía BCV un enorme déficit fiscal no produce inflación (ese fenómeno aparece por culpa de los especuladores privados) y que esta economía no crece por culpa del sector privado y del “imperio”. Por eso, cuando su gobierno fue sancionado, para la élite que lo rodea y para él mismo fue un sueño hecho realidad. Con respecto al colapso petrolero, espías de la CIA hicieron eso, a pesar de que la industria petrolera es completamente roja rojita desde el día después del paro petrolero. Pero no todo es ideológico, también ha habido impericia, despilfarro, desconocimiento y un objetivo político, no que no les permite priorizar la economía sino el mantener el poder. Solo se observó cierta preocupación por el tema económico cuando la hiperinflación ya tenía meses de haber comenzado y la situación de los salarios reales hacía presagiar un aumento en la tensión social.

Ojalá y nos equivoquemos, pero no creemos que Maduro pueda con la crisis. Si bien es cierto que tiene un equipo económico nuevo, con personas que sí están tratando de comprender el problema económico, reuniéndose, preguntando, estudiando, sin embargo, la decisión final recae en alguien que aún está convencido de que los controles son buenos, que el socialismo trae la felicidad y (para rematar) que una criptomoneda sin ningún tipo de atractivo nos va a salvar y hará que esta economía se recupere casi que por obra divina.

Otra vez se habla de anuncios económicos inminentes, pero la experiencia nos dice que son cambios para no cambiar nada (como dice una colega).

Esta crisis tiene solución. Basta con querer hacer las cosas bien, con atacar la raíz de los problemas, con querer mejorarles la calidad de vida a los venezolanos. La receta para atacar la hiperinflación existe, al igual que para incrementar la producción petrolera y poner esta economía a crecer. Venezuela tiene los instrumentos para hacer frente a esta situación, lamentablemente que eso no esté ocurriendo hoy en el país tiene un único responsable. Que las perspectivas para 2019 sean hasta peores de lo que hasta ahora ha sido este 2018, son culpa de una sola persona. Ojalá y rectifique, pero en lo personal no esperamos que eso ocurra.


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