Expectativas negativas

Las expectativas negativas más los factores desconfianza y falta de credibilidad agravan la incertidumbre e impulsan las decisiones y acciones compulsivas. Ejemplo: el nuevo salario aún no ha empezado a regir y el aumento del precio de la gasolina tampoco se ha hecho efectivo, sin embargo, como consecuencia lógica y hasta natural, el pánico y la desesperación abundan en la escena social y económica, y la escalada de precios sigue su rumbo ascendente.

El agravamiento total y absoluto de la “enfermedad” que padecen la economía y la sociedad venezolana exige, obligatoriamente, aplicar de inmediato medidas integrales, que sin duda alguna no hallarán simpatía en la población en este momento y mucho menos después. Mientras más se retarde lo que debe hacerse en materia económica, mucho más traumático será el impacto y mayor el período de recuperación en todas las dimensiones de la sociedad.

Si nuestro problema de fondo es estructural, histórico y cultural (fundamentalmente en lo moral y ético), entonces, será cierto que en Venezuela se podría aplicar un plan económico diseñado por los más insignes ganadores del Premio Nobel en Economía y materias afines, y aun así se tendría una enorme probabilidad de fracasar…

Reconversión monetaria

Los expertos en el campo de la psicología y áreas afines, pueden explicar con rigurosidad científica el proceso mental o cognitivo que se está manifestando en el fenómeno social originado a raíz de la reconversión monetaria, y más precisamente, en lo que respecta a la transición del “fuerte” al “soberano”. Pero lo cierto del caso, es que en la rutina diaria de las transacciones económicas desde mucho antes de que entrara en vigencia el nuevo cono monetario (20 de agosto de 2018), dicha conversión se realizaba en función de tres ceros; esto como resultado de un mecanismo acordado tácitamente entre los agentes económicos básicos para facilitar y agilizar las negociaciones o compra-venta de bienes y servicios. Por ejemplo: un pasaje de transporte entre San Cristóbal y Mérida (27 de agosto de 2018) con precio nominal de 3 millones bolívares fuertes ya en el argot comercial se expresaba como 3.000 bolívares fuertes, incluso dentro del mismo sistema de los bolívares fuertes. Pero ahora con el factor de conversión, al dividir todo entre 100.000 en lugar de 1.000, la confusión, la duda, el desconcierto y la equivocación (“enredo” en términos coloquiales) abundan y por tanto se convierte en otro factor perturbador que potencia la desesperación en los venezolanos y aumenta la desconfianza en las medidas económicas.

Especulación

Así mismo, por muchas justificaciones muy bien argumentadas en lo filosófico, en lo político y hasta de carácter económico que existan, en este momento en que todavía no se ha incrementado el precio de la gasolina, ni tampoco ha entrado en vigencia la nueva “estructura salarial indexada con la interescala debida y en función del factor multiplicativo con el nuevo salario mínimo aprobado a partir del primero de septiembre de 2018”, desde la perspectiva social se cree que es una desconsideración e irrespeto con las economías domésticas, hogares, familias o pueblo en general, que los especuladores sigan aumentando desproporcionadamente los precios de los productos y servicios. Digresión: de acuerdo con cálculos y proyecciones previas para un escenario de inflación de 15.000% se asocia un salario mínimo de 180 millones de bolívares fuertes o 1.800 bolívares soberanos. No obstante, la tasa de inflación para este momento supera 30.000%, lo que obliga a reconsiderar el salario mínimo vigente a partir del primero de septiembre 2018 en un monto superior a los 3.600 bolívares soberanos.

En tal sentido, es deber de nuestra parte recalcar nuevamente que el gobierno nacional es sin dudas el gran culpable de la tragedia y la respectiva debacle que padecemos (por retardar el cambio de orientación de su economía política errada), pero igualmente lo son sus múltiples cómplices pertenecientes a diferentes bandos, que siguen coexistiendo en el ámbito económico, social y político, y se han aprovechado descarada e impunemente de los desajustes y desequilibrios ocasionados, con el fatal desenlace de desangrar progresiva y sistemáticamente a toda la población y el patrimonio familiar en su conjunto.

Devaluación y poder adquisitivo

Por otra parte: ¿en cuánto estaba el dólar en el mercado paralelo o negro en el momento en que el gobierno aplicó la medida de flexibilizar el tipo de cambio Dicom? La realidad compartida por la mayoría de los venezolanos es que desde hace mucho tiempo, 1) toda la economía se mueve en función del dólar “negro”, es decir vivimos en una continua devaluación; 2) el poder adquisitivo es negativo e, incluso, el indicador integral y completo como es el salario o índice de poder adquisitivo aún se encuentra en condiciones muy desfavorables (más de 40% de escasez del dinero en efectivo, desabastecimiento de los productos de la cesta básica superior a 80%, salario mínimo por debajo del valor de la canasta alimentaria).

Subsidios

Hablando en términos estrictamente económicos, la política de subsidios y su consecuente instrumentación, como por ejemplo el caso del “carnet del subsidio estudiantil”, es necesaria cuando se requiere aumentar el precio de un producto de consumo masivo, pero se exige desde la dimensión social amortizar la carga sobre los consumidores que están en una situación desfavorecida en lo que refiere a su poder adquisitivo: negativo. Valga la comparación pero los subsidios son equivalentes a un protector gástrico que sirve para proteger al sistema digestivo ante cualquier circunstancia o “medicamentos agresivos” (radioterapias o aplicación de antibióticos).

Es conveniente tener en cuenta que en cualquier parte del mundo los salarios y el transporte (que dependen del importe del combustible) son factores determinantes en la estructura de costos de las empresas y, por ende, en el precio final de venta de los productos. En otras palabras, ambos son de impacto sensible en el poder adquisitivo, en el sentido de que cualquier aumento, por mínimo que este sea, crea una réplica superior en el precio de venta al público. Así pues, el aumento de los salarios y del costo de la gasolina genera un impacto secuencial sobre lo que cuestan los bienes y servicios. Por consiguiente, en función del anterior planteamiento se podría comprender la lógica económica del Ejecutivo nacional de absorber o subsidiar directa o indirectamente este aumento inminente en el costo de la vida para las familias y para el transporte (carga y personas) respectivamente.

Dinero en efectivo

Nadie niega que se comercializa con el peso y el dólar, pero contradictoria e irónicamente, es el “corralito” del signo monetario venezolano, y el respectivo monopolio especulativo del dinero en efectivo, los que motorizan el juego perverso de la devaluación y la inflación en el que, definitivamente, ganan los gestores y administradores del hambre de los venezolanos. Por tanto, si el efectivo sigue “secuestrado”, con viejo o nuevo cono monetario, las transacciones continuarán siendo engorrosas y asfixiantes para todo el pueblo venezolano.

Compromiso ineludible del gobierno nacional

Por fin el gobierno decide aplicar un conjunto de medidas orientadas en nueve medidas a favor de la “recuperación, crecimiento y prosperidad económica”: 1) establecer el equilibrio fiscal y tributario, 2) crear nuevas políticas cambiarias, 3) defender el salario de la clase trabajadora, 4) estabilizar los precios de los productos, 5) incrementar la producción, 6) aumentar los ingresos del país en divisas extranjeras, 7) estabilizar y expandir el petro, 8) optimizar el sistema de transporte en el país, 9) consolidar el sistema de protección social de los venezolanos y las venezolanas.

Desde nuestra apreciación, no le ha quedado otra alternativa para tratar de corregir los graves desequilibrios macroeconómicos o la situación de quiebra agravada en que se encuentra en general el Estado venezolano. Sin embargo, los representantes del sector público venezolano han adquirido un enorme compromiso a todas luces ineludible con la comunidad laboral y el pueblo en general. Ahora deben obligatoriamente cumplir con el pago oportuno e inmediato: 1) de una nueva estructura salarial “anclada” al precio del barril de petróleo que tiene grandes visos de volatilidad, y 2) un subsidio directo al consumo de productos de primera necesidad que incluye el valor sensible de la gasolina.

Y todo esto en un escenario de graves problemas financieros y de flujo de caja en el fisco nacional. Entonces, la estrategia sabia de los insignes líderes de la oposición debería ser, por ejemplo, promover o inducir a los venezolanos para que se registren y saquen el “carnet de la patria” y comprometer mucho más al gobierno para que cumpla con su palabra. Por ello, todos deberíamos registrarnos y poner a prueba su “talón de Aquiles”…

[email protected]

@tipsaldia


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!