Hagamos un ejercicio en el que perdemos el juicio, olvidamos burlas, traiciones, apostasías, y participamos en la primaria propuesta por la quebradiza “oposición” y el siempre fracasado G4, para escoger un candidato a la presidencia, sin legitimar previamente a la Dirección Política Opositora. La jornada no será la deseable, la harán a su conveniencia, leal, saber y entender; con la intervención y asesoría del Consejo Nacional Electoral y la ausencia de los ciudadanos que han huido a otras latitudes.

¿Aparecerá en la primaria partidista un candidato fuerte, creíble, legítimamente opositor, que no negocie principios, rinda cuenta, diga la verdad y tenga posibilidades? ¿Serán impuestos los encubridores que reflejan la patética realidad de una oposición entregada, fragmentada? ¿O, saldrán beneficiados los cohabitadores temerosos, para denunciar las conclusiones del Informe de la Misión de Determinación de los Hechos de la ONU y levantar la voz, sobre los crímenes de lesa humanidad ventilados ante la Corte Penal Internacional?

La primaria es lo que es, con las condiciones impuestas por el G4. Hay aspirantes nacidos y formados en el interior que se presentan como caraqueños de siempre. Los casi desaparecidos socialcristianos y la integración de alcaldes, que, con timidez, hacen oposición. El ridículo de las dos Acción Democrática. Lo pusilánime de gobernadores complacientes. El interinato, que busca desesperado a quién representar, en su ocaso a punto de fenecer. El eterno pretendiente y los creídos ególatras de siempre. Y no sigamos en esta retahíla porque el miserable consenso está en vigencia, y por eso, lo insensato e irracional de la simulación electiva.

Una oposición en pedazos, con dirigentes señalados de corrupción, la misma de la cual se acusa al castro-chavismo. Una oposición que en realidad no representa a la ciudadanía, solo defienden sus bastardos intereses. Tan mala y torpe, que el gobierno estadounidense ya no les confía la interlocución y decide hacer reuniones, cesiones, concesiones directamente con el régimen madurista, a quien no reconoce.

Y, la excepción. María Corina Machado. Quien tuvo la sinceridad poco habitual en las damas de confesar su verdadera edad. Incansable y dura crítica de los dislates nacionales, que mantiene actitud valiente y coherente; no negocia ni traiciona principios, respeta y honra la palabra empeñada. Plantea soluciones en su propuesta: Tierra de Gracia. Defiende la verdad, como factor de lucha, y sin miedo, denuncia la humillación ciudadana, y el trato de enemigo interno que da el socialismo-chavismo, que, durante años, con apoyo de fuerzas extranjeras, confiscó bienes, escamoteó territorio y ahorros, robando el futuro, la tranquilidad y esperanza.

Hace un esfuerzo enorme para que la ciudadanía abra los ojos, convencida que, al hacerlo, verán la realidad de lo que significa la ignominia castrista. La verdad es como el agua, se cuela y aparece; sólo es cuestión de tiempo. Practica la comunicación veraz, responsable, sincera, abierta, sin ambigüedades ni guabineo. Entiende la diplomacia, como útil en tiempos democráticos, e insiste en el diálogo franco, auténtico, de resultados concretos y resultas precisas para la restauración de la libertad y democracia.

Pero, el tiempo conspira contra Venezuela. Instante que pasa, empeoran los servicios públicos, la calidad de vida se perjudica y el salario se deteriora. Cada día, se aventuran más ciudadanos en busca de un refugio lejano a la patria que los vio nacer. En horas, ciudadanos son asesinados, torturados. Cuanto antes restauremos la democracia, más vidas se habrán salvado y menos madres llorarán la pérdida de un hijo. Triste situación inédita en el mundo.

Se asegura que el castro-madurismo está dividido en co-gobiernos. Una cosa piensa el ejecutivo y sus compinches, otra el PSUV y quienes siguen creyendo en él, además se están formando otros grupos; los que giran alrededor del que padece alteración del lenguaje y habla hasta por los codos. Síntoma de trastorno neurológico, psiquiátrico propio de egocéntricos. Señal de fase maniaca del trastorno bipolar, en fases de ansiedad, agitación, psicosis orgánicas y exhibicionismo. Sin detallar los que se denominan “chavismo originario”, que plantean regresar a fórmulas de quien inició este desastre, el muerto para siempre. Y los comunistas, sinvergüenzas, que están de acuerdo en estar en desacuerdo con todo.

¿Por qué sucede? Durante años, nosotros, países e instituciones, se hicieron los locos, miraron a otro lado, ante el avance del chavismo. El peligro del castrismo venezolano no es sólo un problema interno, son muchos los que costean las consecuencias de la mentira y el disimulo. El régimen puede y tiene la posibilidad de concluir el drama que vive y padece la familia venezolana, dando la oportunidad a otros para que implementen correctivos y devuelvan la grandeza a la Venezuela, que todos merecemos.

¡La libertad guiando al pueblo!

@ArmandoMartini


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