El general Padrino, con sus desafortunadas, incoherentes, desangeladas y torpes declaraciones, hace gala de su ignorancia y actitud irrespetuosa hacia lo contemplado en los artículos 328, 333 y 350 de la Constitución, y además opina, sin fundamento ni conocimiento para ello, sobre los fueros constitucionales que amparan las funciones de la Asamblea Nacional. Irresponsablemente usted, general, sin observar sindéresis alguna, se autodesigna como vocero del pueblo y de todos los hombres y mujeres que conforman el estamento militar para desconocer, criticar y solapadamente amenazar a los integrantes de la Asamblea Nacional y a todos los opositores al régimen que desgobierna a Venezuela. Cabría preguntarle: ¿está usted seguro de que todos a los que fallidamente pretende representar están de acuerdo con el contenido de sus temerarias e irrespetuosas declaraciones? O es, acaso, que realmente es usted el poder detrás del sillón presidencial.

Usted sabe muy bien, general, que desde el año 1992 el estamento castrense ha gravitado en la vida política de la nación y es, en consecuencia, corresponsable de los terribles e inconvenientes resultados del nefasto y equivocado modelo político-social de un proyecto de dominación que ha dividido a los venezolanos, ha postrado la economía del país y comprometido el futuro de varias generaciones. Desde ese entonces, la Fuerza Armada ha estado en franca violación del artículo 328 de la Constitución Nacional porque no ha sido apolítica, ni independiente; ni tampoco ha cumplido con el compromiso constitucional de respetar y hacerla cumplir, por lo contrario, son incontables las violaciones de la carta magna flagrantemente perpetradas por el régimen durante el largo tiempo que lleva en el poder y nunca la institución, que usted transitoriamente dirige, ha adoptado ninguna acción para expresar disconformidad alguna con tales desaguisados.

Su institución ha tenido y tiene militancia política e ideológica y ha estado, por acción u omisión, al servicio de una parcialidad política y además ha sido deliberante y poco profesional en sus ejecutorias. En efecto, durante los últimos 18 años, la institución militar conjuntamente con el PSUV ha cogobernado al país. Durante ese lapso, conspicuos miembros de la FANB, activos y retirados, han ejercido funciones ejecutivas en este régimen que ha destruido al país, ha habido: presidentes, vicepresidentes, ministros, presidentes y directivos de institutos autónomos y empresas del Estado, gobernadores, embajadores, alcaldes, asesores del gobierno y a través de tal presencia participan, entre otras cosas, en actividades petroleras, energéticas, financieras y en la importación, producción y distribución de alimentos.

Por tales razones, la FANB, sin duda alguna, es absolutamente corresponsable de todo lo malo y deleznable que ha ocurrido en Venezuela desde que los que mal gobiernan, incluyendo su institución, están en el poder; por todo ello, los ciudadanos tenemos el derecho y la obligación de exigirle, por su conducto, a la FANB que no continúe ilegalmente cogobernando a la nación, que no continúe prestando apoyo y activo concurso a quienes, por conveniencia política, negligencia e incapacidad destruyen al país, y que asuma responsablemente las funciones para las que fue creada. El divorcio de la acción, de la institución comandada por usted, con las responsabilidades constitucionales que le competen le ha venido generando un descrédito creciente que le ha socavado el aprecio, respeto y apoyo que otrora la ciudadanía siempre le había profesado; de ello, usted y la oficialidad superior son insoslayablemente responsables.

Con su sistemática actitud confrontativa ofende usted la vocación democrática y la acción soberana de todos los que, ejerciendo nuestro derecho al voto, sufragamos para elegir a la actual Asamblea Nacional; asimismo, desconoce la legitimidad que tiene la referida Asamblea y que precisamente dimana de la voluntad popular, para pronunciarse libremente sobre cualquier tema o materia de interés nacional.

No puede usted ignorar e irrespetar esa voluntad que se expresó en su momento y fue respaldada por un caudal de más de 6 millones de votos; como tampoco puede ignorar, y mucho menos calificar de caos, la presencia de millones de personas, casi 80% de la población, en las calles de Venezuela expresando su repudio al régimen, a pesar de la cruel y desmedida represión que sobre ellas aplica el gobierno con el concurso y la actitud complaciente y cómplice de la FANB.

Finalmente, las reiteradas y manidas coletillas castrenses que usted utiliza en su lenguaje cotidiano para referirse a la situación del país desnaturalizan y comprometen seriamente la dignidad, imparcialidad y objetividad que usted alega observa la FANB, y generan un gran caudal de dudas sobre el verdadero papel que ejerce esa institución en el devenir político del país.

Vista la deslucida, errónea, ineficiente y corrupta participación de la institución a la que usted pertenece en la vida política, económica y social del país, le recordamos, general Padrino, que ha llegado la hora de que usted y su institución se dediquen en lo adelante a observar estrictamente el contenido del referido artículo 328 de la Constitución vigente y regresen a sus cuarteles a cumplir lealmente con las funciones que constitucionalmente les han sido atribuidas.


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