Hay que considerar que mezclar elementos ritualísticos pertenecientes a diferentes formas tradicionales es inútil y peligroso. La verdad es que con un pretexto de conocimiento desinteresado, se disimula una intención claramente antitradicional. No podemos ver allí solo un conjunto de hechos psicológicos, sociales u otros, pero en todo caso solo humanos. Por tanto, solo nos quedamos en el razonamiento y no trascendemos. No obstante, no hay que desestimar los diferentes caminos periféricos que tratan de llegar al centro, al absoluto, con sus bases tradicionales y no tradicionales. No son menos que distintos. No podemos seguir a varios a la vez, pero si el ser se ha empeñado en seguir uno de estos caminos debe llevarlo hasta el final, sin apartarlo de él, porque si nos ponemos a pasar de una corriente a otra, puede ser que no avancemos y corre el riesgo de extraviarse.

Feliz el ser que ha alcanzado su término y que por sí mismo domina todos los caminos y podrá practicar indistintamente todas las formas, pero precisamente porque las ha superado y porque en lo sucesivo ellos están unificados en su principio común. Desde el momento en que se han unificado para él, de ninguna manera podrá tener mezcla o razón para confundirse, pero esto ocurre a los que están más allá de la diversidad…, a los iniciados.

Quien encara todas las formas en la unidad misma de su principio tiene por ello mismo una mirada esencialmente sintética. Se coloca en el interior de todas por igual, en el punto más interior, porque es su verdadero centro común…es la síntesis. Hay un ejemplo muy práctico para diferenciar síntesis y sincretismo: el ser que está en la cima de la montaña, puede ver, sin desplazarse, las diferentes vertientes. Mientras que aquel que escala esa misma montaña solo ve lo que más se le aproxima y es evidente que la vista del que está en la cima puede llamarse Sincrética.

Quien no está en el centro, forzosamente está en el extremo, en el exterior, en la periferia, está en la multiplicidad. El verdadero camino a la verdad es el camino hacia el centro, al Uno, donde reside lo absoluto. En todos los casos el sincretismo es totalmente analítico, trabaja la razón; por tanto es totalmente profano y no son depositarias de ninguna tradición; por lo tanto, es una forma de investigación y no de trascendencia. Ejemplos de sincretismo los tenemos presentes en el ocultismo, el teo-sofismo. No son sino nociones fragmentarias tomadas de otras formas tradicionales. Al sincretismo le podíamos colocar el calificativo de Teoría de los préstamos. En cambio, síntesis, por su definición, parte de principios; es decir, de lo que hay más interior, y se podía decir que va del centro a la circunferencia, en la multiplicidad, fuera del Uno, del centro.

Para concluir, es suficiente para refutar los principios sincretistas, recordar que toda doctrina tradicional tiene por centro y por punto de partida el conocimiento de los principios metafísicos. Todo lo que está realmente inspirado en el conocimiento tradicional procede siempre del interior y no del exterior. La Unidad Central domina y esclarece todo. El investigador profano solo tantea en las tinieblas exteriores, agitándose en el caos, que solo puede ordenar un Fiat Luz Iniciático, que por falta de cualificación jamás será preferido por él. La síntesis excluye todo sincretismo.


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