La masonería, en su definición, es una institución basada en la razón, que nos aparta del dogma y los prejuicios.

Si definimos lo que es la razón, encontramos conceptos como: la facultad o capacidad del ser humano para resolver inconvenientes, positivos o negativos, entre lo que se dice y lo que se piensa.

La razón debe ir concatenada con la verdad, para que sustente el razonamiento de algo. Ahora bien, la verdad es el orden que existe entre lo razonado y el punto tratado. En este plano, la razón y la verdad pueden ser subjetivas.

Siempre hay elementos nuevos que son dignos del análisis y pueden cambiar conceptos, tenidos como verdad en tiempos pasados. La razón siempre estará cuestionando, pues se basa en la ciencia, y nuestros conocimientos son limitados, y si alguien conoce y comprende factores sobre algo, es susceptible a un razonamiento diferente.

La razón y la verdad siempre han estado cuestionadas por los caminos religiosos, porque el mayor enemigo de la razón es el fanatismo. Nuestra orden masónica se basa en la razón y la toma como una herramienta para llegar a la verdad y llegar a su propia conclusión, respetando su libre albedrío, donde cada quien construye su propio templo interior.

La talla de la Piedra Bruta es individual. E. Kant define la razón como: «En un sentido general, la razón es la facultad formuladora de principios». El Q.H. Josef J. González, nos presenta una definición muy acertada sobre la razón, después de haber consultado con Sócrates y Descartes: «Para tener razón hay que tener principios, y los principios se cultivan con la práctica de la verdad, y la verdad solo la ostentan los justos, porque verdad sin justicia es un imposible».

Conversando con mi Q.H. Carlos Díaz, un gran buscador de la luz en Caracas, me dice: «Que la razón es el conocimiento ‘auténtico y verificable’, que nos permite traspasar las apariencias y alcanzar las realidades». La lógica proviene de la palabra griega logos que significa ‘razón’, facultad de discurrir. Lógica es lo razonable. Algunas veces a la lógica se le llama ‘dialéctica’ que viene de la palabra diálogo. Es la razón que razona consigo misma; que siempre es el diálogo lo que razona con la razón del otro. Aristóteles nos dice: «Que la lógica es la ciencia del razonamiento». Es la ciencia de la demostración.

Santo Tomás nos dice sobre la lógica: «La lógica, es el arte de pensar, es la ciencia de las leyes que debe seguir el espíritu para alcanzar fácil y seguro el conocimiento de la verdad». En un grado del simbolismo nos dice lo siguiente: «Llámese ciencia a los conocimientos obtenidos por deducciones lógicas hechas a base del uso de las facultades». Por lo tanto, la masonería tiene por base la razón.

La filosofía, que encierra en ella todo conocimiento humano, en los límites que pueda concebirlo, solo pude definir lo que es limitado. En cambio la metafísica, en su esencia misma, es ilimitada. La metafísica es todo lo que está más allá de lo físico, donde la razón no tiene cabida. La razón es de este plano dual y la metafísica es más allá de lo físico, donde se concibe lo absoluto. Lo absoluto no puede ser parte de ninguna cosa y lo universal no puede ser encerrado o comprendido en cualquier cosa. La filosofía en su conjunto, en forma general, no presenta diferencia esencial con el punto de vista científico: un punto de vista racional  y cualesquier conocimiento que se mantiene en el dominio de la razón se le califica de filosofía, es de orden científico, y si pretende ser otra cosa, pierde su valor.

La razón no fue hecha para captar lo absoluto. La razón sola no es suficiente, ni siquiera para las ciencias naturales, esta se paraliza cuando toma el camino del método lógico. La razón direcciona y discierne, pero la razón no es todo. Hacemos culto de ella. Cuando no somos capaces de intuir que al ser humano le han sido dada otras armas para conquistar la verdad. El extremo de la razón es la metafísica. De la multiplicidad a la unidad.


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