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“Ser libre no es solamente desamarrarse las propias cadenas, sino vivir en una forma que respete y mejore la libertad de los demás”. (Nelson Mandela).

¿Qué es la libertad? Se define como “la capacidad que tiene el ser humano de obrar según su criterio y es responsable de sus actos”. Es considerado un derecho y un valor moral en el ser humano. Como derecho, implica su proceder: en la política, en la religión, en la sociedad, expresar su pensamiento, etc.

La libertad está condicionada a las leyes, costumbres, compromisos, cultura, psicológicos, físicos. “La libertad no nos hace felices, nos hace personas”. (Anónimo).

Hay diversas formas de Libertad: a) Física: es la simple posibilidad corporal de actuar. El que está atado no puede caminar. b) Elegir: consiste en que podemos optar por una cosa o la otra. c) Autodeterminación y libre albedrío: cada persona es autora de sus propios actos. d) Moralmente. Tenemos la libertad de elegir entre los bueno y lo malo. Hay otras libertades como de conciencia, de palabra, de reunión.

Tenemos que amar la libertad en nosotros mismos, para poder amar y respetar la libertad en los demás. Don Cervantes Saavedra lo expresa a través del Quijote: “Sancho, la libertad es uno de las más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres. “El derecho y el deber son dos vertientes originarios de la libertad, y un desequilibrio de una de las vertientes afecta la libertad. La ausencia de deberes o infinidad de derechos, conduce a la anarquía. Ahora bien, la ausencia de derechos e infinidad de deberes conduce a la tiranía. Las relaciones entre los seres humanos y la estabilidad social están sujetas a ese juego trinitario de deberes, derechos y libertad.

Desde el punto de vista masónico, la libertad la entendemos como la capacidad que tenemos para disponer de nosotros mismos. El masón, al llegar al tercer grado, recibe el derecho más importante y sagrado en su camino masónico: la palabra, por medio de la cual expresará su conocimiento y sabiduría adquirida por medio de la simbología. El caballero profano, antes de su iniciación, se compromete a cumplir tres deberes fundamentales para su vida masónica: A) Los deberes del hombre para con Dios: Deber que nos dignifican e implican: 1) El reconocimiento de un G.A.D.U. (Dios); 2) El estudio de las leyes del universo. 3) El reconocimiento de nosotros mismos con el fin de perfeccionarnos, que como seres espirituales nos libere de cualesquier esclavitud para poder ir hacia el plano superior donde nos encontremos con nosotros mismos, con los demás y con nuestro Creador. B) Los deberes del hombre para con sus semejantes: el masón educa para combatir la ignorancia, el fanatismo y la ambición desmedida. La masonería inculca la necesidad de educar a los seres humanos en sus derechos naturales, políticos y civiles. También los instruye integralmente en los principios económicos, políticos, filosóficos, sociales, ético-moral y de la ciencia espiritual. C) Los deberes del hombre para consigo mismo: “El hombre se hace verdad si en esta vida puede comprender a Dios, si no es la mayor calamidad”. (Los upanishadas). Para poder imponer la justicia en el mundo y hacer que reine la libertad, igualdad y fraternidad, debemos comenzar por nosotros mismos perfeccionándonos. El cambio se genera de adentro hacia afuera. Después de la dolorosa experiencia de la Segunda Guerra Mundial, las naciones unidas proclamaron la Declaración de los Derechos Humanos para que sirviera de inspiración y se promoviera el respeto a los deberes y derechos de todos los seres humanos. La paz, el derecho y la libertad son inseparables. En una nación el pueblo es la autoridad soberana, quien la desconozca trastorna los derechos humanos.


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