Todos los seres vivos en este plano cumplen un ciclo de vida. Todavía no conocemos que define este ciclo. El ser deja la envoltura física que le sirvió para manifestarse. La historia en este planeta llamado Tierra, no ha podido descifrar esta gran ley inevitable que tienen que cumplir todos los seres vivos. Los Grandes Avatares y los Maestros de Luz, solo nos dan pautas, que posiblemente lo puedes comprender en la meditación. Los tres reinos tienen su ciclo: el vegetal, el animal y el humano. Algo parte o se retira del cuerpo físico y es evidente cuando lo hace. El cuerpo físico sigue otro ciclo diferente y se transforma en otros elementos.
Muchos libros se han escrito sobre este tema. Se han dado diferentes definiciones, se han planteado diferentes puntos de vistas: religioso, materialista, filosófico, esotérico e iniciático, etc. Y lo que sabemos es por nuestra comprensión sobre el tema. Pero el ser humano seguirá indagando por los medios que la naturaleza le brinda.
El ser humano, al cual nos vamos a referir, es el más estudiado en este punto. Se plantean las preguntas ordinarias desde su estado de conciencia: ¿De dónde vengo?, ¿qué hago aquí? y ¿para dónde voy?. Solo los altos Iniciados nos dan una respuesta, pero para comprenderla debemos tener un nivel de conciencia alto. El hecho de ver el comportamiento del ser humano, cuando parte al Oriente Eterno de un familiar o allegado, nos damos cuenta de nuestro estado de conciencia. No aceptamos la partida.
Para nosotros comprender que en este plano estamos cumpliendo una misión, debemos aceptar la reencarnacion, o como lo decía el filósofo Platón: transmigración de almas. Esto quiere decir, que nosotros regresamos a este plano a seguir cumpliendo una misión , que no es otra que, la perfección o evolución de nuestra conciencia, en una palabra, abrir conciencia, esto quiere decir, conocernos a nosotros mismos. Ser conscientes de nosotros mismos. Cuando comprendamos este punto, llega lo que definimos: la trascendencia. Superas el plano dual y de seguros iremos a dimensiones más elevadas, porque en la que estamos es muy densa y pesada. Hay que subir el nivel de conciencia para trascender este plano. El secreto para lograrlo es el desprendimiento, en él abarca todas las virtudes.
Observemos este proceso del paso de plano, Iniciáticamente: en el preciso momento que pasamos de plano, quedamos en un estado diferente, abandonamos el cuerpo físico. Nos indican que este estado es lo que la Iglesia Católica llama el Purgatorio. Es comprensible que nuestro espíritu quede por un tiempo alli, hasta que tenga un desprendimiento total del mundo físico. El ser permanece en este estado dependiendo de la condición de desprendimiento que tenga, si está muy apegado a las cosas, familia, etc., es como un lastre que tiene que liberarse para continuar a lo que muchos llaman el punto de luz, que es realmente el final del sendero, para continuar su evolución.
Todo depende del estado de conciencia que posea el ser para despertar y continuar a ese punto de luz que tanto nos han descrito seres que afirman haber estado alli y han regresado, porque no era el momento indicado para estar alli. Todas las sensaciones, los pensamientos, las acciones que ejecutemos, emanamos, tienen que provocar consecuencias fuera de nosotros. Las emanaciones del bajo astral son negativas e igual ocurre en el alto astral, las emanaciones son positivas. En la vida física pueden ocurrir vibraciones con sensaciones en el plano astral, y con sus pensamientos en el plano mental. Todo esto ocurre mientras dure nuestro paso por el sendero de este plano denso y la purificación.
Las vibraciones negativas del bajo astral pueden influenciar a los que simpaticen con ellos, hundiéndolos en las bajas pasiones. Pero las vibraciones y emanaciones del alto astral ayudan en la evolución espiritual a los que simpaticen con ellos y las capten. (Continuará)