El escritor Paul Derain nos instruye en el sendero iniciático, en su libro Meditaciones iniciáticas, donde, con explicaciones sencillas, nos hace comprender profundamente sobre los Planos Superiores.

Antes de seguir con la segunda parte del tema de la Cábala, es importante conocer sobre algunos puntos iniciáticos que nos iluminan el camino para el futuro, en este plano. Trataré de resumir algunos aspectos de este importante libro: «E.G.A.D.U. es un acto puro», eternamente realizado al ritmo de su acción. Así como en la masonería, el ser es un ser perfectible, aquí nos refiere que es un ser humano en vía de realización perpetua, se desarrolla progresivamente. Es una ley del plano dual, al cual estamos sometidos desde que entramos al mismo, la lucha de los contrarios, pero se superan y trascienden, siempre y cuando haya una voluntad y cualificación.

El apoyo de las energías superiores es sumamente importante; la necesidad de este apoyo es para que no busques fuera si no dentro de ti y no te desvíes del sendero con instrucciones inadecuadas. El fin de una voluntad en evolución es el de modelarse sobre la inmutabilidad y transpirar el flujo temporal, debe realizar A.G.A.D.U. en el mismo. Si nuestro espíritu puede elevarse a esta concepción, la paz descenderá sobre nosotros, la luz es la verdad y la verdad nos hará libres. «E.G.A.D.U. es amor», su esencia toda es amor.

Hay tres aspectos en el amor: substancia, distinción y unidad, en los cuales se encuentra toda la metafísica, ciencia y filosofía del amor. A) Es el amor del padre el que da la sustancia a todos los seres, porque es la raíz de todo. b) Es necesario para el amor, un.medio de expresión y está en el verbo, el cual hace una elección y distingue uno. Su facultad de distinguir es infinita. El Padre ha concebido y creado todo, pero Él ha creado por su verbo, y el verbo se ha deleitado en la creación, por que Él es el distribuidor del amor. El maestro Jesús, es el verbo encarnado y muere en la cruz para dar a todos la posibilidad ser hijos del Padre. c) Para el amor es necesario un objetivo y este objetivo es la unificación del ser y de los seres. El amor unifica, el amor agota las modalidades, pero no su potencia, se desarrolla a través de infinidad de formas y de seres. El ser humano en su conciencia puede y debe alcanzar en su totalidad el amor y la caridad universal; amar todo, es la Ley Suprema del Amor.

El amor es una energía muy impetuosa y abraza todo. Es la paz, la serenidad en la unión y la fuerza. E.G.A.D.U. es todo amor, y el ser humano es creado a su imagen y semejanza, por lo tanto es el reflejo de este Amor. «E.G.A.D.U. en la conciencia ya humana». Es infinito, absoluto e inefable, perfectamente ininteligible en su esencia suprema. Pero si la voluntad, en su debilidad, no conoce límites para su amor, la razón y el intelecto son impotentes para conocer las cosas. Nosotros no comprendemos A.G.A.D.U., sino su divinidad. La divinidad es un concepto, E.G.A.D.U. es el ser y la vida. Estos dos últimos términos no los podemos definir por su suma de ininteligibilidad humana, resulta de una comparación entre ellos, la nada y la muerte. Cada ser humano se hace una idea del G.A.D.U., según la potencia de su entendimiento. La humanidad ríe el Dios que se merece, el Dios de su cultura y de sus deseos. El ser humano en su estado de conciencia, se forja a cada minuto un Dios a su imagen y medida. Para unos Dios es la naturaleza, matriz común de cada una de las cosas. Para otros, Dios es la energía, alma de la masa, generatriz del movimiento y de la resistencia. Para ellos son los principios universales y las leyes reguladoras del equilibrio cósmico.


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