Nuestro país está pasando por momentos políticos, sociales y económicos difíciles que afectan notoriamente a la sociedad. Han ocurrido hechos donde los protagonistas son miembros de nuestra institución. Por lo tanto, se le quiere involucrar en acciones que no le son propias en sus fines. En el presente artículo trataré de hacer comprender qué es un masón y la masonería.
La masonería desde sus comienzos se ha dedicado a su fin primordial: formar hombres libres y de buenas costumbres, con el estudio de la ciencia y la práctica de las virtudes. Esta formación se recibe gradualmente en una escalera de 33 peldaños por medio de símbolos (contiene el conocimiento) y apoyando su estudio en los grandes filósofos (la razón) y avatares iniciáticos (lo espiritual). Por lo tanto, somos una escuela basada en la razón y su objetivo es el conocimiento iniciático. Somos una institución fraternal e iniciática.
Grandes hombres la han integrado: políticos, artistas, científicos, deportistas, religiosos. Prominentes masones fueron fundadores de instituciones filantrópicas de gran relevancia mundial, de los Scouts, Club de Leones, Rotari, Cruz Roja; religiones como los mormones (Jhosep Smith), etc… Hay masones en casi todas las instituciones privadas del mundo. Hay masones en todos los partidos políticos del mundo. Hay presidentes masones que dirigen grandes naciones. Somos formados para desempeñarnos en todos los estamentos sociales, políticos y religiosos.
Después de hacer este corto análisis de la masonería, queremos demostrar que nuestra augusta institución no figura en ninguna de estas actividades realizadas por masones. Nuestra institución es secreta, como es conocida por años, pero es mejor tildarla de discreta. Los masones son los que se desempeñan en este plano, no la masonería.
Hay masones que escriben artículos donde solicitan a los grandes orientes que se manifiesten por la situación que atraviesan algunos países con problemas políticos o de guerras. No han comprendido el verdadero objetivo de nuestra augusta institución. La masonería es apolítica, pero no ajena a estos acontecimientos, para eso están los masones, que con su formación sabrán cómo colocar su granito de arena para las soluciones.
Hagamos este análisis: hay instituciones religiosas en el mundo que desde sus comienzos han compartido el gobierno político de las naciones. En la actualidad, donde la educación esta globalizada, y el pueblo tiene más oportunidad de estudiar, es de conocimiento general, que el sistema de gobierno religioso ha sido desastroso que incluso está causando guerras fratricidas. Imagínense, que la masonería lo hiciera igual, seríamos la institución más nefasta del mundo. Se convertiría en fanática. Sin intervenir nos temen y persiguen en algunas partes del mundo, cómo sería interviniendo.
No hacemos política como institución, pero los masones sí podemos influir en el colectivo. La orden nunca estuvo en el poder, ni tuvo poder. Todo se hace desde el ejercicio del derecho público y tiene sus razones: a) Diferentes pensamientos ideológicos de cada miembro. b) La masonería se inclina más a identificarse como un grupo universal con conciencia propia, que a luchas nacionales… c) La mayoría de los masones no tienen prácticas políticas concretas.
Nada que afecte a la humanidad puede serle extraño a la orden. No renuncia a la construcción de ese gran templo profano llamado nación, y por lo tanto lleva esa elevada influencia de la espiritualidad masónica a todos. Esto lo puede realizar el masón en su libre albedrío, formando parte de las entidades no masónicas, pero no en nombre de la masonería.
Hay grandes naciones fundadas por masones, no por la masonería. El masón pide públicamente: plena soberanía del pueblo, libertad de cultos, laicismo y la abolición de la pena de muerte. Si la masonería se inmiscuye en la política, extiende la papeleta de defunción de la orden. Hay que comprender que la orden es una institución iniciática protectora de los valores de la humanidad.
U.T.A.F.