El viernes pasado Nicolás Maduro reconoció y efectuó la mayor devaluación de nuestra historia. Con estos cinco nuevos ceros que se le restan al nuevo cono monetario, ya son ocho que se suman en el proceso hiperinflacionario provocado por este gobierno; contando los tres que ya le había quitado Chávez en el año 2008.

Hago de su conocimiento que Zimbabue le quitó 12 ceros a su moneda en un día, y que en total en 3 años fueron 27 ceros los que restaron.

Lo que “por ahora” quiero destacar de estos anuncios es que el gobierno reconoció su irresponsabilidad fiscal, así como parcialmente la importancia del mercado y “malvado” dólar paralelo marcado por DolarToday.

No sorprende «la torcedura con fractura abierta de brazo», al reconocer esa «mortífera arma del imperio», que desde el pasado viernes se incorpora como carga real de su ilusa y fantasiosa moneda virtual: el petro. Atrás quedan, como todo en este gobiernito, los juramentos «por sus vidas, de aniquilarlo”.

Sin embargo, hay que esperar que el gobierno dé mayores detalles y responsablemente no adelantarnos a sacar conclusiones sin conocer los pormenores, pues así como está planteado por ahora, la mayoría de esos anuncios no pueden implementarse: porque la economía implotaría.

Lo cierto es que el gobierno que siempre tiene un plan, nuevamente volvió a distraer a la mayoría del país de las verdaderas tragedias que están en marcha con estos «anuncios» económicos, como son que el estado Zulia tiene más de una semana sin luz, que la Orinoquia está bajo las aguas y que el colapso energético ha ido apagando progresivamente al menos 6 estados del país.

Por ello, es propicia la ocasión para recordar que en los cortes de luz de hace 2 o 3 años Motta Domínguez buscaba el Guri para demostrarnos que por la sequía no había servicio eléctrico. Hoy todas las orillas de los ríos están bajo el agua por la monumental crecida.  Entonces: ¿cuál es la excusa ahora?

Así como dos semanas después el gobierno declara la emergencia en seis estados, donde desde hace rato hay más de miles de familias damnificadas.

El colmo es que la culpa de la crecida de los ríos es del modelo capitalista y lo que ocurre hacia el sur de nuestro país es culpa de los ríos de Colombia, tal como lo declaró la eminencia de Delcy Rodríguez. Es decir, que la soberanía está siendo atacada hasta por agua. Parece que, además de magnicidas, los colombianos también son “inundadores”.

Les recuerdo que sobre el Caicara del Orinoco debería estar el tercer puente sobre este caudaloso río, que comenzó a construirse en 2006 y se prometió para 2011. Esa obra forma parte de las deudas de Odebrecht.

Retomando el tema, hoy, y por los próximos días, la angustia es por los efectos que puedan causar estas nuevas medidas de Maduro; que aun cuando todo este gobierno es una tragedia, estos anuncios podrían convertirse en una devastadora hecatombe.

No hay otra cosa que llame más la atención de la opinión pública que los hechos que se avecinan. Principalmente porque hasta ahora cada aumento ha significado perder más poder adquisitivo. Pocos locales terminaron abriendo luego de estos anuncios. Es lógico, principalmente por la desconfianza que existe hacia este gobierno.

Hay que seguir y darle cada vez más acompañamiento a las protestas que se vienen desarrollando y que van a seguir creciendo; y que no tengo la menor duda que es de donde va a nacer la verdadera unidad que necesitamos para salir del gobierno y reconstruir la Venezuela que soñamos.

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@OmarAvilaVzla


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