De los 22 países que integran la Liga de Estados Árabes existe una identificación que utiliza vocablos del idioma árabe para caracterizar la ubicación geográfica de cada nación, los términos Mashrek y Maghreb.

El Mashrek es una voz árabe que significa «lugar por donde sale el sol», el Levante, la parte más oriental del mundo árabe; es un concepto geográfico y, en ocasiones, cultural. Integran el Mashrek todos los países árabes al este de Egipto, inclusive. Cuando los escritores y periodistas europeos hablan del Mashrek, se refieren a Egipto, Palestina, Jordania, Líbano y Siria; a estos hay que añadir Arabia Saudita, Sudán, Yemen, Irak, Catar, Baréin, Omán, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos. Todos estos integran el Mashrek; sin embargo, para efectos del presente artículo nos referiremos más adelante al primer grupo, desde Egipto hasta Siria.

El Maghreb, el Poniente, constituye una realidad geopolítica e histórica; es un conjunto geográfico que presenta similares características globales, las naciones que lo integran poseen una trayectoria histórica común, que ha constituido una unidad de civilización desde la implantación del Islam, y así fue emergiendo progresivamente un proyecto ideológico que tendía a unir, en una misma construcción política, a todas las naciones del norte de África, es el denominado Maghreb Unido o el Gran Maghreb Árabe. Los cinco jefes de Estado de Marruecos, Mauritania, Argelia, Túnez y Libia, reunidos el 17 y 18 de febrero de 1989 en Marrakech, aprobaron y firmaron solemnemente los textos fundadores de la Unión del Maghreb Árabe.

La presencia actual del cristianismo en el mundo árabe se limita casi exclusivamente a lo que los europeos denominan Mashrek, integrados por Egipto, Palestina, Jordania, Líbano y Siria. En este pequeño espacio del mundo se concentra una población de cristianos que presenta características peculiares dignas de considerar.

1.- Iglesias originarias:

Gran asombro manifiestan muchos al saber de la existencia de árabes cristianos, pues relacionan la condición árabe con el Islam, y piensan erróneamente que Oriente es musulmán y Occidente es cristiano. Recordemos que el cristianismo nació allí; estos países del Medio Oriente conocieron el cristianismo desde su nacimiento, y de allí se extendió al resto del mundo. El primer mártir cristiano fue San Esteban, lapidado en Jerusalén en el año 34. El hecho de ser originarios significa mucho para los cristianos árabes, involucra lo condición de autóctono ciudadano árabe profesando la religión cristiana en el espacio de su nacimiento, y de su desarrollo, testimoniado por la historia y los emblemáticos monumentos cristianos antiguos aún existentes. A través de los siglos, la Iglesia Cristiana en el Medio Oriente ha conservado su fe, se ha mantenido y ha aceptado la nueva realidad que llegaba de la península arábiga a partir del siglo VII, y además lo hizo compartiendo y contribuyendo en la construcción de la sociedad predominante islámica. Los elementos que han permitido conservar la fe cristiana a lo largo de los siglos son «la liturgia» y «la educación doméstica», según monseñor Maroun Lahham en su intervención ante el Consejo Provincial de los Hermanos Salesianos, en Amán, el 15 de octubre de 2013. La liturgia, porque toda ella, incluso los himnos religiosos en particular, está impregnada de los dogmas y se ha convertido en una parte de la vida cotidiana del pueblo cristiano. Como complemento, la educación doméstica, el hogar, la familia cristiana, ha sido y sigue siendo la primera escuela de la fe, base fundamental de la Iglesia. Estas dos circunstancias han mantenido la dignidad y el prestigio del cristianismo en la zona durante 14 siglos.

La presencia del cristianismo originario en el Mashrek es importante por la magnitud y cantidad de patriarcados de los diferentes ritos cristianos, lo cual contrasta con el volumen de seguidores que ha ido en disminución. Existen 11 patriarcas en el Mashrek, de los cuales 4 son ortodoxos y 7 católicos de distintos ritos, ninguna otra región del mundo posee tantas dignidades eclesiásticas cristianas. La población cristiana ha ido en disminución, pues del 80% de cristianos en la población del Medio Oriente para el siglo VII, cuando fue la entrada del Islam, se reduce a 50% en los tiempos de Las Cruzadas (1095-1204), y luego a 20% en el siglo XIX, hoy es de 5%.

Los patriarcados, instituciones emblemáticas del cristianismo, organismos fundamentales que surgen en los primeros siglos de nuestra era cristiana, otorgan al Medio Oriente una categoría y posición especial en el papel del cristianismo. Los primeros cinco patriarcados que dieron origen a la Pentarquía fueron los patriarcados de Roma, Constantinopla, Alejandría, Antioquía y Jerusalén, de los cuales solo Roma no está en el Medio Oriente. Jerusalén, conocida también como la Ciudad Santa, es el centro filosófico, histórico y poético del cristianismo, y aloja a cuatro patriarcados.

2.- Iglesias del sufrimiento:

En el Medio Oriente las iglesias han sufrido una larga, penosa y dolorosa historia. Desde sus inicios, y hasta casi dos siglos después de la conquista islámica, su evolución fue de crecimiento y prosperidad. Desde el siglo IX, inicio de su decaimiento, los cristianos conocieron una nueva realidad: se convirtieron en una minoría. En los 14 siglos de coexistencia con el Islam, se han tenido pocas épocas positivas, pues se vivieron tiempos difíciles al final del período abasí, fatimí (969-1171), mameluco (1250-1517) y, por último, otomano (1517-1918). En el transcurrir del tiempo, todos los maltratos recibidos han determinado la disminución gradual de la población cristiana. La realidad es que aun cuando raramente el Islam ha obligado a los cristianos a cambiar de religión bajo la amenaza de la espada, el trato no ha sido en ningún momento igualitario, han existido restricciones y discriminaciones hacia los cristianos, además de los tributos especiales, tal como lo que llamaban la Jizya, un impuesto que afectaba a todos los no musulmanes.

Aun así las Iglesias no han desaparecido. Si bien es cierto que muchos han emigrado, y otros siguen emigrando, los que se han quedado a lo largo de los siglos son los héroes que han preservado su fe y le han dado un valor espiritual a su tolerancia, dolor, incomprensión, a su cruz. La idea de que las iglesias cristianas del mundo árabe son las iglesias del sufrimiento, que puede ser hermoso desde el punto de vista espiritual y dogmático, realmente es difícil de vivir en la práctica, en el día a día. Los cristianos son una minoría en todos los países árabes, y vivir como minoría durante siglos crea una psicología «minoritaria» que no es agradable.

Iglesia del sufrimiento no es solo una cuestión de mentalidad (mayoría/minoría), sino que es ser el primer blanco en las situaciones de riesgo; en la actualidad, en Siria, con el conflicto que se vive, afecta tanto al sirio cristiano como al sirio musulmán, pero en los momentos críticos los movimientos extremistas islámicos van primero contra los cristianos.

3.- Las Iglesias de la reconciliación:

Las vislumbro como las iglesias de la reconciliación, por las parroquias activas en todos los países del Mashrek y en su juventud comprometida. No es posible contabilizar los movimientos apostólicos en las iglesias del mundo árabe; sin embargo, se vive una gestión importante por la actividad de sacerdotes, monjas, escuelas, hospitales, orfanatos, geriátricos, movimientos juveniles, familiares y de madres cristianas, las asociaciones benéficas, culturales y sociales. Las iglesias del Mashrek están vivas y la vida es un signo de la reconciliación. La voz de la iglesia en los conflictos de Palestina y Líbano, en Egipto, Siria e Irak, trata de ser, desde siglos, la voz de la verdad. Una voz que invita a rechazar la violencia, la guerra, el terrorismo, el asesinato y la venganza entre los tradicionales rivales del medio oriente, los judíos y los musulmanes. La misión de la iglesia en todos estos conflictos, después del llamamiento a la paz, es actuar para la reconciliación y el perdón entre las partes en lucha. Se trata de una acción que pueden realizar solo las iglesias cristianas, que conviven y tienen el respeto de ambos sectores, y pueden influir para sembrar y practicar el perdón, porque el perdón es fundamentalmente una actitud cristiana, y es lo que al final prevalecerá dado que si no surge el perdón es imposible la paz. Sirva como ejemplo la acción emprendida por el papa Francisco al reunirse con el rabino Abraham Skorka y el imán Omar Abboud en El muro de las Lamentaciones en Jerusalén el 23 de mayo de 2014, así como con el imán Jaled Latuf y el rabino Elliot Cosgrove, en La Zona Cero de Nueva York el 25 de septiembre de 2015.

La posición de las iglesias en el Mashrek, las originarias, aun cuando son de sufrimiento y dolor, de calvario, pueden estar predestinadas, si las condiciones de las partes se dan, a emprender un rol de importancia vital para la reconciliación, el encuentro humano entre los pobladores de la zona de mayor conflictividad de la tierra en toda su historia.


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