Libertad y la ley, libertad y justicia, libertad e igualdad son conexiones familiares de estos términos que originan significados por asociación. Unas simples preguntas podrían ayudar a aclarar el significado de estas relaciones. En efecto: ¿es libre un ser humano cuando sus acciones están reguladas por leyes o por coerción? ¿Significa libertad que uno haga lo que le plazca o hacer lo que sea con tal de tener el poder para hacerlo? ¿Puede la justicia impedir perjudicar a otros? ¿Puede la justicia establecer una línea divisoria entre libertad y libertinaje? ¿Existe libertad al margen de la igualdad y tal vez fraternidad? ¿Asegura la ley la libertad del gobernado? ¿Es esclavitud la condición de aquellos sometidos a una tiranía, desgobierno? ¿Es muchas veces un gobierno impedimento de la libertad? ¿Se mejora la libertad reduciendo el ámbito del gobierno? ¿Son algunos tipos de gobierno incongruentes con la libertad? ¿Tenemos todos derecho a la libertad o solo pocos? ¿Son algunos hombres (término genérico) libres por naturaleza y otros esclavos? ¿Qué entraña para las leyes, justicia e igualdad la distinción entre sociedades libres y dependientes o sometidas?

¿Qué es el pecado, idea del cual surge de la conciencia que tenga el hombre de libertad? Asunto que compete a la teología, como atañe a la jurisprudencia la responsabilidad del hombre respecto de la sociedad y la idea que tenga de libertad. ¿Qué es conciencia y percepción de lo correcto e incorrecto como consecuencia de la conciencia de libertad? Esto incumbe a la ética. ¿Se debe interpretar el pasado de una nación y de la humanidad en general como resultado de la libertad o restricción de la actividad del hombre? Así se apela a la historia.

Los historiadores analizan la eterna lucha del ser humano por la libertad, o por independencia de muchos países. La historia como desarrollo del espíritu solo comienza, según Hegel, cuando aparece la lucha por la libertad. “La historia del mundo” escribe, “no es otra que el progreso y conciencia de la libertad”, que no logra el máximo hasta que la libertad no se obtiene universalmente. Aunque la libertad es su resultado, la historia, de acuerdo con Hegel, no es un resultado de la libertad, “pero entraña una absoluta necesidad”, esto es, cada etapa de su desarrollo ocurre inevitablemente.

Cada una de aquellas preguntas podría ser objeto de una tesis de maestría o doctoral como la que desarrollé acerca del problema filosófico de la justicia y la libertad. Y es evidente, como se infiere de ellas, que el régimen presidido por Maduro esclaviza a los venezolanos, tanto desde el punto de vista alimentario y medicinal como por la restricción de su capacidad de expresión, la libertad de pensamiento, de prensa, al chantajear con el suministro de papel y con arbitrarias medidas administrativas, para someter la línea editorial, a los fines políticos antinacionales del desgobierno, como lo están los pasquines que financia: no son la caja de resonancia de los acontecimientos reales que ocurren en el desarrollo social.

La libertad, independencia de decidir qué se desea hacer en la vida es entorpecida al bloquear el sistema educativo negándole el presupuesto indispensable para cumplir sus funciones, cuando convierte pacientes en pedigüeños de medicinas, convirtiéndolas así en limosnas a las cuales se tiene acceso si alguien porta el siniestro carnet de la patria.

Pero, más allá, en tiempos de Maduro, de la desgracia, tragedia, que es el socialismo del siglo XXI, la libertad se limita al no poder circular libremente para abastecerse de alimentos, acudir al trabajo, realizar actividades recreativas; es decir, se restringen con la inseguridad, ante la cual el Estado es indiferente, las actividades inherentes al libre albedrío, al ejercicio por los seres humanos de la libertad inmanente, sin la cual se convierten en esclavos, en meros objetos, incapaces del desarrollo espiritual que auspicia la conquista de la libertad, mejor dicho, la construcción de una nación libre, independiente, justa y a la vanguardia del desarrollo tecnológico.

El régimen cubano-comunista de Venezuela colide con los objetivos supremos de la reconstrucción nacional. Y es bueno que la MUD se percate para que abandone su complicidad con el desgobierno, cuya finalidad es empobrecer espiritualmente, quiero decir, anular la energía para desarrollar al país, anularlo como ente político con reservas para sobresalir incorporándose al engranaje tecnológico contemporáneo. De este modo,  privilegian la metrópolis cubana, auparla es la auténtica traición a la patria, como lo hacen capitostes de la dictadura, y en la MUD, Frente Amplio, sus adláteres, “que pelean a cada rato y no se sabe por qué, si no tienen programa”, como se pregunta un gran amigo, quien muestra cierta ingenuidad, puesto que es evidente la disputa por apoderarse del botín del erario público, en otras palabras, los de la MUD, y nuevos aspirantes, quieren reemplazar a los que actualmente se “comen el queso elaborado” en las finanzas públicas. Se acordarán cuando por inevitabilidad de la lucha por la libertad se supere esta etapa de oscurantismo y arcaísmo, de destrucción nacional. ¿Pueden la MUD y otros pretendientes ser portadores de libertad si están carcomidos, asidos, por el “virus” de la ambición inmoral?

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@psconderegardiz


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