Venezuela está entre dos caminos diferentes, el socialismo y el liberalismo. Y el país entero tendrá que ver esta lucha en dos etapas.

¿Por qué hablamos de dos etapas? La primera es la que se va a librar dentro de la misma oposición, pues la enorme cantidad de precandidaturas presidenciales seguramente se verán reducidas en la medida que pase el tiempo a esta dos opciones: socialismo o liberalismo.

Casi seguro que al final veamos dos bloques, un precandidato opositor afín al socialismo y otro al liberalismo.

Todo parece indicar que la opción liberal la representará María Corina Machado. Esta será la primera gran batalla por la libertad, se dará en procura de lograr la unificación política alrededor de un proyecto renovador, fuerte y liberal.

Por el lado socialista es muy probable que sea Manuel Rosales, con el apoyo de lo que quede del llamado G4.

Después de ello, vendrá la otra gran batalla, la de la libertad y por el cambio total de Venezuela. Aquí se verán la cara el candidato opositor y Nicolás Maduro.

En caso de que sea María Corina Machado, como en este momento señalan todas las encuestas, cada uno representará una opción, una visión y un concepto de país totalmente distinto.

Es decir, los liberales venezolanos se están preparando para librar esos dos grandes retos.

Van primero a tratar de ganar la representación de la oposición derrotando a la izquierda y a la centro-izquierda opositora, para así aglutinar una gran fuerza que se enfrente a Maduro.

Los liberales tendrán que luchar contra el socialismo rojo, blanco, anaranjado o de cualquier otro color, y para ello llaman a todos los liberales a unir fuerzas para allanar la ruta de lo que los une y así impulsar juntos una gran transformación de Venezuela.

Si fuera así, el compromiso que María Corina Machado tendría por delante es enorme, ella representaría la real esperanza de un cambio profundo, nuevo y realmente novedoso para el país; ella sería parte de ese gran movimiento liberal que surge en América Latina como contrapeso al socialismo y sus consecuencias nefastas en el continente.

Esta es una lucha de principios, de valores, de ideales; es una lucha por la libertad contra la opresión socialista.

Sería una lucha entre el bien y el mal, una pelea crucial para alcanzar el rescate de Venezuela por encima de un sistema que oprimió, destruyó y censuró a la nación.

Sería, como dice el himno nacional el “Gloria al Bravo Pueblo”, romper las condenas de la tiranía, de la opresión, de todo aquello que nos ha atado a dos décadas de aniquilamiento social, económico y político.

Hacer realidad la construcción de una Venezuela distinta, de una Venezuela mejor, de una Venezuela libre.

Para muchos, solo con María Corina Machado sería posible lograrlo; con María Corina Machado se podría tener un país de oportunidades, de justicia, de desarrollo, de equidad y prosperidad.

Lograr la meta de hacer que Venezuela entre, por fin, al siglo XXI y que conozca un verdadero crecimiento digno de un país del primer mundo.

Solo cambiando el sistema, el venezolano tendría la oportunidad de trabajar libremente por su futuro, podría llevar el pan a la mesa y tener una buena calidad de vida. Solo así, los venezolanos que se fueron y quieran regresar lo harían sin miedo y con esperanzas.

En definitiva, en vísperas de unas primarias para escoger una nueva conducción política opositora y de unos eventuales comicios presidenciales, se abre la posibilidad de conquistar de nuevo nuestra libertad.

¡Que viva la libertad!

Y sin más que agregar, nos leemos la próxima semana.


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