Los acontecimientos del sábado en la avenida Bolívar de Caracas han suscitado un debate interesante. Por un lado, están quienes tienen la convicción de que el régimen comunista es mentiroso por antonomasia, en consecuencia, lo del intento de magnicidio es un vulgar show montado por el gobierno, con la doble finalidad de victimizarse y de arreciar la persecución contra líderes opositores. Por otro lado, están quienes ven en los actos del sábado un verdadero acto insurreccional, signo de la vulnerabilidad del régimen castrocomunista.

Si bien he sido fiel creyente en la característica mitómana de la tiranía chavista, prolongada en su sucesor Maduro, considero que excepcionalmente, por esta vez Maduro está diciendo la verdad, al denunciar un intento de asesinato en los violentos actos ocurridos en el aniversario de la Guardia Nacional. Muy brevemente voy a indicar los elementos de juicio que me llevan a esta conclusión:

  1. La tiranía castrocomunista no necesita un pretexto para seguir arremetiendo contra la oposición, esa ha sido su característica básica desde su propio nacimiento.
  2. Hay testimonios documentales de la existencia y explosión de los drones, lo cual invalida la tesis de la explosión de una bombona de gas y otros artificios creados para fundamentar la tesis del show gubernamental.
  3. El argumento del montaje se cae por su propio peso al ver la estampida de los guardias que hacían la parada militar. Eso los hizo quedar muy mal por dos elementos muy importantes, a) demuestra la vulnerabilidad del dictador, b) hace fehaciente el carácter cobarde de los guardias, muy guapos para torturar mujeres y niños, pero se mueren de pánico ante una simple explosión; ello demuestra que no son capaces de defender la robolución como tanto lo pregona su líder máximo.
  4. Los errores en los diferentes elementos de prueba de que fue un show comprueban el estado de terror de la tiranía al verse descubierta su vulnerabilidad; el querer tapar el sol con un dedo ha hecho que el G2 cubano caiga en errores garrafales en su intento de desmentir el atentado para no confirmar la vulnerabilidad de Maduro, lo cual es una prueba más de la veracidad del intento de magnicidio.
  5. Finalmente, la autoculpa por movimientos clandestinos y un alto ex jefe policial le da un toque indeleble de veracidad al intento de magnicidio.

En conclusión, hay que ver en estos eventos la actuación de la resistencia, representada por los heroicos seguidores del fallecido Oscar Pérez y del capitán Caguaripano. Estas células antitiranía representan lo más digno del componente de nuestras fuerzas públicas y sin ningún atisbo de corrección política expreso que son una larva insurreccional, que deseo siga su camino evolutivo de crecimiento y llegue al objetivo final de derrocar el régimen.

La vía electoral y pacífica no tumba regímenes comunistas. La formación de un Frente Patriótico, que reúna los más diversos elementos de la oposición al castrocomunismo: militares activos y retirados, estudiantes, dirigentes políticos, sociales y gremiales, en fin, una representación de ese 90% de venezolanos que desean la caída de la dictadura y el renacer democrático en el país es la vía más idónea para salir de la tiranía. Que así sea.


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