El siguiente es un manual sin estilo. Como tal debe ser leído, copiado, mancillado, criticado, vilipendiado, denostado, plagiado, censurado, posteado, compartido o publicado. Fue escrito en un país bloqueado por la dictadura de Nicolás Maduro, un señor cursi. Ratificamos su mal gusto como programador de VTV, en el que suele pasar naderías y manipulaciones históricas del tipo La vida es bella, alterando su discurso.

Fíjense lo hipócrita del señor del bigote. Muele a palos a los jóvenes, los rocía con chorros de agua a presión, los gasea, los manda a encerrar en la tumba y después se las echa de santico, de humanista, de sensible, ordenando la transmisión de la patraña demagógica de Roberto Benigni.

Cosas del fascismo y su histeria mediática ante la falta de contenido. Canibalizan e instrumentalizan filmes de terceros porque desfalcaron a la nación y les toca apropiarse culturalmente de propuestas ajenas para sobrevivir en el intento.

En fin, la guía tiene por objetivo molestar y hacerle mella a Carvajalino, Diosdado, Cabeza de Mango, la Negra, Iris Varela, Jorge Rodríguez, Pérez Pirela y cuanto lumpen precarizado lanzaron para el desfile del populismo indigente llamado la constituyente, montado con el único interés de fregar la paciencia y eternizar a la mafia de los bolichicos.

Hasta ahí quieren llevar a Venezuela: a un sumidero de degradación moral equivalente al negocio y la red corrupta de los CLAP. Por eso inscribieron a las bases mendicantes y desahuciadas.

Instauran así un estado de sitio comunal, administrado por los dueños del negocio y legislado por una cuerda de reposeros, parásitos, sindicaleros, gritones de oficio, caricaturas del peor marxismo desinformado e ignorante.

El mensaje se cae de maduro, otra vez. Nicolás busca desmarcarse de la élite del chavismo originario, picando hacia delante en la construcción de un socialismo zamorano, de la versión Chalbaud, constituido por las huestes y las bases carenciadas del PSUV, a fin de controlarlas a su antojo, a cambio de repartos y migajas.

La extinta quinta república cede su lugar a una “idiocracia” de hecho y desecho. Por tanto, el deber ciudadano reclama enfrentarla con las armas de la inteligencia, la razón y el sentido común. En consecuencia, mientras la calle la combate, proponemos erosionarla por vía de la recomendación de una serie de títulos de auténtica guerrilla, no de aquella de Zurda Konducta entregada a la adoración ciega del mentado comandante.

Para responder a los agentes del G2 cubano instalados en el Sebin, oponemos el documental hacker y de subversión de las centrales de propaganda We Are Legion, una pieza de no ficción sobre el ascenso del grupo Anonymous. Véanla en la red profunda.

Joshua: Teenager vs Superpower es lo nuevo de Netflix. Expone las estrategias de sedición de un estudiante de Hong Kong cuyo trabajo consiste en desnudar las contradicciones del Partido Comunista de China. La misión del chico radica en desmantelar el sistema educativo impuesto por las autoridades rojas, acusadas de lavar el cerebro por medio de sus libros y técnicas de manipulación. Proyéctenlo en los salones de Unearte.

Por último, vuelvan a clásicos de la estética insurgente como La batalla de Argel. De tal modo aprenderán a desobedecer y resistir con motivo en el asfalto.

El tema amerita varias entregas, derivaciones y capítulos. La lucha continúa. 


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