El papa Francisco no escucha los quejidos de los obispos de Venezuela así como tampoco el papa Pío XII escuchó el clamor de los obispos de la Alemania de Hitler contra la matanza a los judíos. El papa Francisco fue a Cuba y se negó a recibir a las sufridas Damas de Blanco, pero fue a hacer visita a Fidel Castro en su casa y se fotografió con él en amoroso gesto tomando de las manos a ese demoníaco ser que implantó tan sanguinaria tiranía en Cuba y la expandió a otros países que como el nuestro sufre por ello indecibles calamidades.

A propósito de los extraños devaneos del papa Francisco ante la dictadura de Nicolás Maduro viene al caso recordar otros episodios similares como el del papa Pío XII respecto a Adolf Hitler, a quien siempre cubrió con su manto santificador obviando las protestas de los obispos católicos alemanes por la matanza de judíos bajo la excusa de que las políticas antisemitas eran “asunto interno de Alemania”, así mismo se negó a acceder a la petición del presidente norteamericano Franklin Roosevelt de que se pronunciara contra el exterminio de los judíos porque “la Iglesia debía elevarse sobre las partes beligerantes”, todo esto narrado con profusión de detalles en el libro El Papa de Hitler del autor John Cornwell.

Francisco desatiende el clamor de la Iglesia católica venezolana, actúa en una extraña blanditura con un régimen que mantiene en agonía al noble pueblo venezolano y se niega a condenarlo como lo condena la Conferencia Episcopal que es testigo excepcional y sufre en carne propia esta tragedia. La última ocurrencia de este Papa ha sido un recurrente mensaje aparejado con los intereses del régimen que utilizó, y pretende seguir haciéndolo, sobre un falso programa de diálogo con el cual se burló la buena fe de los directivos de la unidad opositora y que significó una trampa mortal para la lucha por la democracia, la libertad y por la vida que se lleva a cabo en esta patria.

El papa Francisco recibe suficiente información de una de las redes más veteranas y organizadas del mundo como lo es la diplomacia del Estado Vaticano para saber lo que está pasando en Venezuela, y si así no fuera le bastaría leer la avasallante información de todos los medios de comunicación en papel, televisivos y digitales del planeta donde a todo momento registran la brutal represión de cuerpos armados, militares y civiles, disparando a mansalva masivas manifestaciones de protesta que ocurren constantemente; pero fue en su última manifestación de parcialidad a favor de la genocida dictadura de Maduro su declaración sobre el fulano diálogo donde agregó que la oposición estaba dividida, eso dijo en los precisos momentos en los que la unidad comenzaba a lucir mas sólida en una magnífica demostración de venezolanidad con los 112 diputados encabezando las protestas en las calles.

Y pensar que unas pocas palabras de Francisco condenando los crímenes horrendos que en cadena comete la dictadura madurista serían bastante como para terminar con semejante horror, algo así como: “Hago un llamado al señor Nicolás Maduro Moros para que no siga mandando a matar a la gente”, eso, aunque sea en un lenguaje críptico quizás le sirva para exculparle de sus pecados de estar apoyando a diabólicos dictadores criminales, te lo pedimos señor.


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